Amenaza de huelga de los trabajadores petroleros del Brasil, rebelión de los grupos insurgentes en Nigeria, resistencia en Irak y los precios del petróleo alcanzan niveles históricos. En la última semana el barril alcanzó su mayor cotización en Nueva York: 54,45 dólares. En ese escenario de inestabilidad de precios el gobierno venezolano, cuarto exportador del mundo, resuelve aplicar la ley a las transnacionales petroleras que extraen y procesan crudo sintético en el país y eleva la cobranza de royalties de 1% a 16,6%.

La nueva medida aportará a las arcas venezolanas 767 millones de dólares anuales. Pasado el clima de inestabilidad política en el país post referendo y con una supuesta tregua de los Estados Unidos, Chávez aumenta su margen de maniobra frente a las transnacionales que, de acuerdo con Luis Lander, profesor de la Universidad Central de Venezuela, no pueden dejar de lado la seguridad del mercado productor venezolano. “Los países productores están fortalecidos. El resto del mundo no puede darse el lujo de no importar el petróleo venezolano”, asegura Lander.

En entrevista a Alia2, Lander explica que la participación de Venezuela en la reestrcturación de la Organización de Países Praductores de Petróleo (OPEP) fue decisiva para revertir las consecuencias de la apertura petrolera que en la década de los 90 provocó la baja en los precios del barril, período en el cual funcionaba la lógica de la oferta y la demanda en la regulación de los precios.

Ahora esta teoría ya no funciona como antes. Además de la inestabilidad en algunos de los países productores, la imposibilidad de garantizar las reservas del producto significan una “amenaza” al mercado petrolero. “No falta petróleo, lo que sucede es que los productores tienen poca capacidad de producción adicional”, explica Lander. El profesor de la Universidad Central de Venezuela afirma que el “factor Chávez” tranquiliza e interesa a los inversionistas.

- ¿Qué significa la medida anunciada por el presidente Hugo Chávez, de aumentar la cobranza de royalties a las transnacionales petroleras?

- Esto es parte de las condiciones en una negociación de licitación. Quien invierte debe pagar dividendos a los detentadores del recurso que está siendo explotado. Sin embargo, durante la apertura petrolera, los intereses de la industria (Pdvsa) siempre estuvieron por encima de cualquier otra consideración. La ley de Hidrocarburos de 1943 establecía que los royalties debían ser de un sexto de la producción (uno de cada seis barriles debía ser destinado al fisco).

La única posibilidad de flexibilización de este porcentaje era cuando el cobro de las tasas pudiera colocar en riesgo la exploración. En este caso la ley permitía acuerdos para bajar las regalías. Con la apertura petrolera de la faja del Orinoco -región de extracción de petróleo super pesado- se argumentó que por esta característica y por tener que disponer de nuevas tecnologías para la producción de crudos sintéticos, la cobranza de regalías debía ser reducida.

Del 16,6% que debía ser cobrado, se rebajó lo exigido a estas empresas a 1%. Estos acuerdos fueron firmados entre 1993 y 1997, cuando la ley de 1943 estaba vigente. Mientras tanto, con la apertura petrolera, de cada 100 barriles, uno era destinado al fisco y lo restante quedaba para la empresa exploradora. Una diferencia sustancial. La ley dice que cuando las condiciones que llevaron a reducir las tasas de cobro se modifican, se deben restablecer las regalías legales. Esto fue lo que hizo el gobierno. Si los mismos acuerdos fueran firmados hoy, bajo la nueva ley de Hidrocarburos (de 2001) las regalías serían del 30%.

- ¿Esta medida puede detener a los inversores extranjeros?

- No es lo que sucede en la práctica. La participación principal de Venezuela en el mercado mundial es con el petróleo. En este momento los países productores están fortalecidos por la situación de inestabilidad de los mercados internacionales. El resto del mundo no puede darse el lujo de no importar petróleo venezolano, tal como sucedió con México en 1938, cuándo Lázaro Cárdenas nacionalizó el petróleo. El mundo boicoteó el petróleo mejicano y la industria petrolera nacionalizada se vino abajo. Hoy Chávez tiene una posición estratégica. El gobierno venezolano está fuerte, aunque no es algo que tenga mucho peso.

Si llegáramos a posiciones extremas no estamos libres de que pueda ocurrir un desastre como el de Irak. El gobierno maneja la situación con cuidado. Las empresas a las que atañe el aumento de tasas fueron avisadas, nadie fue tomado por sorpresa. Los costos de producción bajaron enormemente y con el alza de los precios petroleros, las condiciones de altos costos ya no existen. A los inversores no les interesa irse, el petróleo venezolano sigue siendo un buen negocio.

- ¿Cuáles son las consecuencias de estas medidas para la economía venezolana?

- Habrá un aumento en la inversión petrolera y una mayor participación al fisco (767 millones de dólares). Lógicamente las transnacionales quieren estabilidad. Hubo un fuerte cambio. En la medida en que se estabilizó el conflicto político en el país, los inversionistas entendieron las reglas y quieren que las cosas sean estables. El punto en común con los intereses de las empresas es que la industria funcione. Ahora, los inversionistas que están haciendo negocios con el estado saben que aunque les digan que si derrocan a Chávez habrá un gobierno más favorable a sus intereses, la interpretación es que esto provocaría inestabilidad por algún tiempo. La estabilidad con Chávez es lo que hoy le interesa a estos inversionistas.

- ¿Cuál es el papel que juega Venezuela en el escenario de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)?

- La política de apertura petrolera tuvo como una de sus consecuencias el deterioro de los precios del petróleo. En la década de los 90, el monto total de lo que llegaba al fisco estuvo siempre por debajo del 30%. El papel de regulador del mercado internacional que ejercía la OPEP se debilitó enormemente, con la participación de Venezuela. Esto ocurrió porqué el país, siendo un miembro importante de la organización, adoptó una política agresiva de recuperación de mercado. Arabia Saudita (el primer productor mundial) respondió a Venezuela en los mismos términos.

Considerando que el mercado saudita es más poderoso y su petróleo de mejor calidad, este forcejeo significó un deterioro de los precios, lo que produjo una distorsión terrible en la economía venezolana. En 1998 el “factor Chávez” fue muy importante para la reordenación de este mercado. Aún como candidato, el presidente se opuso a la apertura petrolera, que era una de las propuestas de sus adversarios. Cuando asumió el cargo en 1999, el gobierno de Chávez se puso a trabajar en la recuperación de los precios.

Luego de su primera semana de gobierno, en una reunión entre los ministros de energía de Venezuela, Arabia Saudita y México (que no integra la OPEP) fue acordado un manejo del mercado con la regulación de cuotas que restringían la producción, o sea menos petróleo en el mercado. De 10 dólares iniciales el precio de la cesta Opep subió a 20 dólares.

- Eso significa que la teoría de la oferta y la demanda puede controlar los precios...

- La tesis es verdadera. Cuanto más producción, más barato se vende el barril. Históricamente es imposible prever lo que va a acontecer con el mercado petrolero. En el boom petrolero de los años 70 se decía que el barril alcanzaría en pocos años los 100 dólares y esto no ocurrió. El año pasado algunos miembros de la Opep propusieron que para el segundo trimestre de este año se podría reducir la producción porque se preveía una baja en los precios del barril. Esto no ocurrió. Estos factores muestran que es muy difícil predecir con exactitud lo que va a suceder en el mercado petrolero.

El balance entre la oferta y la demanda es un factor importante. No es el único, pero es un factor importante. Hay situaciones dónde la oferta de los países productores sobrepasa la demanda. En esa situación, si todos los productores producen a su máxima capacidad, obviamente los precios bajan porque los importadores pueden comprar a quien les ofrece mejor precio. Esta es una manera de regulación. Mientras tanto, si la oferta es inferior a la demanda habrá un incremento en los precios. Esta es la evaluación clásica. Muchas de estas suposiciones no se cumplen en la práctica.

- ¿En los últimos años la coyuntura política internacional ha actuado de manera más contundente como reguladora?

- Hay una cantidad de distorsiones que se producen en el mercado petrolero, como sucede actualmente. La Opep tiene razón en insistir que la oferta actual de petróleo es suficiente para cubrir las necesidades de la demanda. No hay escasez de petróleo en el mercado. Lo que ocurre es que los productores tienen poca capacidad adicional a la que ya producen. El problema no se resuelve rápidamente y esto hace que cualquier hecho -como ocurrió con el referendo revocatorio en Venezuela- provoque incertidumbres y desestabilice el mercado. Los posibles problemas políticos de Venezuela podrían interferir en la producción y con eso hubo un aumento en los precios del barril.ç

- ¿A qué se debe el aumento histórico de los precios del barril en los mercados de Nueva Cork y de la cesta Opep?

- Recientemente las fuerzas insurgentes en Nigeria amenazan con atacar los centros de producción. Aunque no haya ocurrido nada, la amenaza provoca intestabilidad. Con el huracán Iván, varias plataformas mexicanas y estadounidenses dejaron de producir. Los planes de Estados Unidos para Irak eran controlar y aumentar la producción, y eso no ocurrió. Cualquier cosa provoca el pánico en el mercado. La empresa petrolera rusa Yukos no pagaba los impuestos, y el gobierno amenaza con cerrarla. Además, este año el consumo de petróleo aumentó en India y China, que están importando más de lo previsto inicialmente. Son dos países con una rápida expansión económica y con déficit de consumo energético.

- Estamos a dos semanas de las elecciones regionales en el país. Este escenario cambia algo, significa algún factor de “riesgo”?

- Las elecciones regionales no cambian casi nada. El referendo revocatorio fue uno de los hechos coyunturales que produjo incremento en los precios mundiales, pero no creo que las elecciones puedan producir perturbaciones en el mercado internacional. Si las elecciones regionales se convierten en lo que algunos sectores de oposición más radicalizados pretenden, habrá una abstención masiva, principalmente de electores de oposición, y los candidatos del gobierno se verán favorecidos.

- ¿Usted concuerda con que el aumento de los royalties a las transnacionales significa la segunda nacionalización del petróleo, como afirmó el presidente de Venezuela?

- Reconozco el hecho como de importante manejo simbólico, y el simbolismo ha sido muy importante en este gobierno. El estado tuvo siempre un papel muy limitado en la conformación de la industria petrolera. Hasta 1999, cuando Chávez asumió el poder, el presidente de Pdvsa era considerado la persona más representativa en la jerarquía petrolera, más que el ministro de Energía y Minas. Esto cambió, el estado pasó a ser actor.

Aún con la nacionalización del petróleo esta estructura no cambió, salvo en el caso de algunos gerentes de la industria petrolera. La lógica era la misma, se mantenía la cultura de exploración fundada por las transnacionales. Continuaba la defensa de los intereses de las industrias.

Las referencias de Pdvsa no eran las estatales petroleras como Pemex (México) sino la Shell o la Texaco. Al destituir a muchos altos funcionarios defensores de la apertura petrolera, esta lógica fue modificada. Fue nombrada una nueva gerencia comprometida con la nacionalización y valoración del recurso petrolero, con políticas para disminuir los costos de exploración y controlar la producción. La utilización de los recursos petroleros para suplir y desarrollar otras necesidades del país simbolizan esta “nacionalización” en esta nueva etapa.

- ¿De qué manera esta política influencia el desarrollo de otros sectores de la economía?

- Venezuela no dejará de ser un país petrolero durante 100 años por lo menos. Mientras tanto, a partir de la nueva lógica, con la moralización de los recursos provenientes de la industria petrolera, tenemos un avance en las inversiones para el desarrollo de los sectores agrícola y siderúrgico. Hace mucho tiempo que se discutía como diversificar la economía y ahora la propuesta es más realista. Se trata de seguir siendo un país petrolero y el control estatal de los recursos posibilita la realización de los programas de salud, educación, de cooperativas agrícolas y reorganiza la producción económica del país.

- Con las presiones de Washington limitadas por la actual coyuntura internacional, ¿ es posible a partir de ahora, asegurar la nueva ruta de este gobierno?

- Chávez ha demostrado ser un líder muy eficiente en situaciones de confrontación. Esto ocurrió después del golpe de estado y de la huelga petrolera (abril y diciembre de 2002) y con el referendo (15 de agosto de 2004). El gobierno se fortaleció. Vemos un aumento de la concientización popular, del papel del pueblo venezolano como protagonista de este proceso, y esto poco a poco se ha venido reflejando. Hacia dónde va esta gobierno a partir de ahora, cuando todo está aparentemente en calma, todavía no lo sabemos.

La coyuntura internacional de inestabilidad en los mercados productores de petróleo y las elecciones en los estados unidos hacen que las presiones sobre Venezuela disminuyan, porque el país ahora es una de las fuentes seguras de extracción del recurso. Mientras tanto, no podemos olvidar que en la Casa Blanca hubo una reunión para saber si los Estados Unidos aceptarían o no los resultados del referendo.

Aún con este escenario turbulento, muchos no querían reconocer la victoria de Chávez. Si en Irak la situación hubiese sido resuelta y su producción petrolera estuviera controlada por Estados Unidos, como lo habían previsto, la situación sería otra hoy. Esto significa que no estamos tan lejos de una situación turbulenta como muchos piensan. Como característica histórica, el petróleo es nuestra fortaleza y nuestra debilidad. Mientras tanto, estamos seguros.

Luis Lander es profesor titular de la Universidad Central de Venezuela (UCV), de la Facultad de Ciencias Sociales. Editor del libro “Poder y Petróleo en Venezuela”