Primero fue en Madrid cuando el Canciller del gobierno Español Ángel Moratinos le cerró la entrada a su despacho a una delegación de la Fundación Cubano-americana encabezada por dos de sus dirigentes principales, el joven Chairman Jorge Más Santos y su Presidente José «Pepe» Hernández.

Y ahora la cosa se repite en Washington y todo en menos de una semana, cuando les hacen el desaire- rechazo a caja destemplada- de no permitirles la participación en una de las fiestas de gala que ha de celebrarse en la capital norteamericana con motivo de la toma de posesión del Presidente Bush.

Lo de Madrid, por más que Jorge Más vaya a programas de radio y televisión a decir que el desaire fue porque el propio Fidel Castro hizo presiones ante el gobierno de Zapatero para que se cancelara la reunión de la dirección de la Fundación con el Canciller Moratinos, nadie se ha creído ese cuento aquí en Miami, en Madrid en Washington como en La Habana.

Si hay alguna verdad es que Más Santos metió el delicado pie cuando rumbo a Madrid, antes de abordar el avión que lo llevaría con sus acompañantes a la capital española, hizo declaraciones muy indiscretas en las que señalaba que el gobierno de Zapatero prefería tener «relaciones» con el pueblo cubano a través suyo- es decir de la Fundación- que con el gobierno de la isla.

Gran chapucería al decir del protocolo diplomático. A lo que se añadió la ridícula afirmación del propio Más Santos de que él se brindaba como mediador entre Washington y Madrid para resolver lo que llamó «grave crisis diplomática» entre los dos gobiernos, provocada por la retirada de las tropas españolas de Irak.

Y a este portazo en la cara en Madrid se añade ahora lo de la fiesta de Washington a la que la Fundación no solo quería estar invitada como principal organización del exilio cubano, sino que además pretendía figurar también como patrocinadores de ese evento de gala convocado por un Instituto hispano del Congreso que preside el legislador Lincoln Díaz Balart.

Un cheque por la suma de 25 mil dólares de la Fundación como contribución a la fiesta fue rechazado por los organizadores, según dijo el congresista Republicano Mario Díaz Balart, que para añadir más insulto al rechazo del cheque de Más Santos, recalcó, hablando bien claro, que la Fundación Cubano-Americana no era bienvenida a la fiesta de toma de posesión del Presidente Bush.

Como detalle a destacar hay que decir que esta fiesta en particular, la «Gala de los Hispanos» que se celebrará mañana miércoles en el hotel Intercontinental de Washington, estará presidida por George P. Bush, hijo del Gobernador Jeb Bush y sobrino del Presidente. El «cierre» a la Fundación por lo tanto viene de «arriba».

Para nadie es un secreto que para los Bush, la familia Más Canosa no les trae buenos recuerdos. Fue en la campaña electoral en la que el Presidente Clinton derrotó al padre de la dinastía Bush, cuando el difunto Jorge Más Canosa, a última hora le dio su respaldo al candidato Demócrata dando por resultado que fue Clinton y no Bush el que ganó entonces el Estado de La Florida y la presidencia.

Dicen que fue Jeb Bush el que dijo poco antes de las elecciones: «Si mi padre gana la presidencia Más Canosa no entra en la Casa Blanca porque de allí seré yo el que lo sacaré a patadas».

Entonces el Bush padre perdió las elecciones pero Más Canosa entró en la Casa Blanca con Clinton. Ahora parece que a los Bush les ha llegado la hora de la venganza. Una desgracia detrás de la otra. Fatal que se ha puesto la Fundación. Dos portazos en la cara en una semana.

Y a la tercera va la vencida.