Es probablemente el fraude más escandaloso de los últimos 25 años. Bailarín acompañante de terroristas so pretexto de una solidaridad que nadie entiende, contorsionista capaz de inventar méritos en economía y le exacciona al Estado casi S/. 20 mil soles todos los meses a través del BCR por una asesoría hecha a su nombre. Majadero como el que más, cuando, en el 2002, en Chile se pulverizaba a Aerocontinente, Niño Diego García Sayán condecoraba en Lima, a Soledad Alvear, canciller del país del sur. ¿Este es Niño Diego, qué les parece?

¿Cómo un tipejo que azuzaba invasiones en los años 70 y que luego se fabricara una ONG de nombre pomposo, Comisión Andina de Juristas, chacrita particular caza-dólares del imperialismo, puede haberse construido una imagen -en realidad caricatura- de jurista, defensor de los derechos humanos y es hoy hasta integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos? Para eso sirven los billetes verdes y la compra de conciencias a granel.

Durante la dictadura delincuencial de Fujimori, Niño Diego hacía pingues negocios con el Poder Judicial de Montesinos, siempre a través de su ONG, la CAJ, y entre sus ayudantes estaba nada menos que el hoy pseudo-Defensor del Pueblo, Walter Albán, más conocido por su apego indescriptible a estar donde no merece. Esas entidades hicieron un convenio por decenas de miles de dólares. ¿Dónde el combate contra un régimen que le pagaba a Niño Diego por sus trapacerías revestidas en forma de estudios, propuestas, es decir, las clásicas monsergas que venden con tanto éxito las ONGs como la suya?

Luego fue ministro de Justicia del paniaguato y se ha contado ya la increíble cantidad de barbaridades pro-terroristas en que incurrió su portafolio con la inefable ayuda de compinches muy bien pagados en nombre ¡cuándo no! de los derechos humanos. Este acápite sí que ha sido una veta que ha permitido vivir muy bien a decenas de descarados.

Desde su ministerio presionaba a Torre Tagle para que varias misiones de embajadores se encargaran de propagandizar su candidatura a la CIDH. Entonces dije que eso estaba muy bien, pero que Niño Diego pagara de su propio peculio estas aventuras vanidosas.

Cuando ministro de Relaciones Exteriores se encargó de condecorar a Soledad Alvear, canciller de Chile, cuando en ese país, hacían puré a Aerocontinente. Además, Niño Diego, no tuvo reparo en expresar que era imprescindible la adhesión del Perú a la Convención del Mar, olvidando que hay colisión constitucional con el Artículo 54 de la Carta Magna. Decía Francisco García Calderón que quienes propagaban la entrega o sumisión de cualquier porción del terreno patrio incurrían en traición monda y lironda.

Ciertamente, no olvidó poner a su socio en Cepei (otra ONG), Mariano Valderrama, al frente de la APCI (Agencia Peruana de Cooperación Internacional) para controlar los dineros venidos de fuera. ¿Alguien sabe qué ocurrió durante ese régimen? ¿Se ha hecho alguna auditoría sobre el particular? Los amigotes, siempre en la preferencia de Niño Diego.

Y ya que se habla de amigotes, Niño Diego no olvidó llevar en el paseo que hicieron con el presidente Toledo -y 100 personas más- a China, a su novia. La pobrecita había sido convidada por Niño Diego que aprovechaba muy bien el dinero del pueblo.

Amenazó entonces con enjuiciarme y se orinó en los pantalones. Su rabia impotente de pusilánime la pagó un procurador que se negó a iniciar el caso porque contestó al canciller Niño Diego que si él quería accionar contra mí, tenía que hacerlo personalmente y no en nombre del Ministerio de Relaciones Exteriores. ¡Qué valiente Niño Diego!

La última majadería, de múltiples, es que mandó hacer un libro de 300 páginas con algo así ¡como 250 fotos de él! Este Narciso de juguete se creyó de veras lo que los rábulas alquilados escribían sobre él. Y bien sabido es que las imposturas se caen solas de puro débiles e inconsistentes. Niño Diego es un fraude, pero es un bailarín, un contorsionista y un majadero a quien habrá que recordar como uno de los más grandes engaños y timos que haya conocido el país.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!