Como el tiro salió por la culata, porque pensaron que el pueblo le iba a aguantar a LAN su majadería con el vídeo asqueroso contra el Perú, la antipatria agazapada, con muy buenos sueldos y pretextos mil, pretende ahora minimizar lo que fue un desmán aleve, proditor y grosero de la aerolínea sureña. Para los quintacolumnas el grito de dignidad debe -en su maniqueo lenguaje- confundirse con chauvinismo o con actitud desaforada. No se le puede pedir amor al terruño a quienes poseen angurria por los dólares vengan de donde vengan y provengan de quien provengan.
Si alguna virtud tuvo este despropósito de LAN fue la de desnudar en toda la tristísima pobreza argumental a quienes no dudarían en pasarse a la antípoda si ello significara más dólares, sinecuras y frívolos privilegios a los que están acostumbrados como símbolo de poder. Hoy maman de la ubre de las transnacionales. Mañana podrían hacerlo de cualquier otra fuente, siempre y cuando, les mantengan o mejoren el “status”.
¿Es esto nuevo o sorprendente? ¡De ninguna manera! Siempre las castas gobernantes o grupos de poder, clanes ruines y sin capacidad de mirar al horizonte, tuvieron a empleados u operadores, felipillos modernos, dispuestos no sólo a vender a sus madres sino a negociar el precio, si esto significaba la conservación de sus bienes inmuebles, empresas, puestos muy bien rentados. Los Ferreros, Lombardis, Alvarez, y demás felones, son variaciones de una sinfonía disonante de pusilanimidad aberrante.
Decía Bolívar: el pueblo es más sabio que todos los sabios. Y las encuestas en la red, en los diarios y en las radioemisoras no hacen sino confirmar el repudio que siente el hombre común por los vendepatria que han escrito a favor de LAN so pretexto que fue un error y porque ya han pedido disculpas. ¿Disculpas? ¡No señor! ¡Cinco mil millones de dólares en multa! ¡Y si no pueden pagar en 24 horas, que se vayan de una buena vez!
En Chile, no ha mucho, una imprenta cometió el yerro imperdonable de colocar una apostilla inexacta o hasta ofensiva contra el máximo héroe naval sureño: Arturo Prat. La reprimenda oficial y popular fue contundente. Es decir, reaccionaron los chilenos como aquí no quieren los vendepatrias que lo hagan los peruanos: con ira y sed de justicia. Además, también tuvieron problemas los usuarios con Telefónica, la misma empresa ladrona ibérica que actúa en buena parte de Latinoamérica y las protestas fueron numerosísimas.
Lo ocurrido con LAN fue más simple como soez: exhibieron un vídeo ofensivo contra el Perú y sus 26 millones de habitantes. ¿Cómo hay que actuar?: ¡con valentía para acusar y castigar el desmán! Los esquiroles comprados siempre pretextarán la libertad de prensa, que es un pequeño error, que no hay que caer en el chauvinismo y demás monsergas. Pero, la gente les sigue apostrofando y llamando por su nombre: ¡vendepatrias!
Un pueblo con capacidad de indignación puede pulverizar a los quintacolumna infiltrados como cáncer en su organismo nacional. Llegará el momento de fusilarlos por traidores. Mientras tanto hay que exigir que LAN indemnice al Perú y que lo haga pronto.
Nadie librará a los cobardes antipatriotas del estigma de haber actuado contra el espíritu protestante de su propio pueblo. En burro y a latigazos habrá que castigarlos por calles y plazas. Amén.
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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