Acaba de expresar su sorpresa Pedro Pablo Kuczynski en torno al inmenso caudal dinerario ganado por Minera Tintaya y por la mísera retribución que ha hecho en Espinar, Cusco. No puede negársele ¡de ninguna manera! autoridad crematística al señor de marras. Embajador de múltiples transnacionales, peruano bamba categórico con el corazón en Nueva York o en Washington, no es PPK un improvisado que no sepa lo que dice o cómo lo dice y aquí el asunto es muy serio y trasunta una impresión a todas luces bastante patética. Los de Tintaya han hecho de esa zona, el símbolo oprobioso del ¡mineral caro y cholo barato! una realidad incontestable como repugnante.

Frente a esta confesión en voz alta de PPK, el mismo que tiene larguísima experiencia en su servicio al capital transnacional, como cuando se fugó en la maletera de un auto con rumbo al Ecuador, en 1968, por haber pagado indebidamente a los de la IPC, International Petroleum Company; el informe sesgado, pleno en intencionalidad política y maniquea de poner a unos como buenos -las empresas mineras- y al resto como manipulados o bobos -el pueblo de Espinar- difundido por La Ventana Indiscreta de la calumniadora Cecilia Valenzuela, se cae por malo y tendencioso. ¡Qué pena que para estas verguenzas venales se preste un joven reportero que aún no diferencia el Perú profundo de la incontrastable realidad de un país en vías de disolución ¡precisamente! por esta clase de atentados contra su pueblo y su derecho a un porvenir libre de contaminación y con dignidad de seres humanos.

No parece una casualidad que una taifa de diarios den cuenta literal y reproduzcan la conclusión pseudo-sociológica que en Espinar hay “extremistas” y que en breve, también se llevarán a cabo acciones inusuales en Cajamarca donde opera la corrupta empresa Minera Yanacocha que ha comprado y sobornado hasta a las piedras con el avieso propósito de que canten loas a la bondad que la minería les da a sus fautores llenándoles el bolsillo con dólares abundantes. ¿Y el pueblo, por ejemplo, en Choropampa, cuyo aniversario quinto del derrame de mercurio se cumplió hace pocos días? ¡Nada de nada!

¿Qué diferencia hay entre la prensa monocorde de la época fujimorista y la “prensa democrática” de hoy? Me temo que poca o ninguna. Sólo que el membrete de “libertad de prensa” se usa para enmascarar campañas o negociados múltiples como la privatización de Sedapal, tema de bandera de PPK y hermosa perspectiva de comercio para George Soros, el especulador más importante del mundo y que estuvo ha poco en Lima coordinando la campaña presidencial del polaco flautista.

Además, y esto es un hecho sobre el habrá que pedir cuentas cuando la oportunidad lo permita, los medios no hacen sino evoluciones espectaculares sobre la epidermis de los problemas. ¡Jamás indagan por el meollo de los asuntos porque entonces descubrirían y pondrían en evidencia las tremendas pillerías del reparto que sufre el país! Las áreas de influencia en que las pandillas de comerciantes inescrupulosos ejercen su control están claramente delimitadas y se “respetan” entre ellos casi siempre.

Lo dicho por PPK es la más atrabiliaria radiografía de cuanto ocurre en Tintaya. El resto: comunicados con firmas, berreos en torno al desarrollo y a la inversión, “denuncias” desopilantes sobre terrorismo o complots contra la “democracia” no son sino disfuerzos muy bien pagados para que la gente crea que la contaminación no existe y que los mineros son bondadosos porque “trabajan” por el desarrollo del Perú. ¿Conoce alguien, siquiera a uno, que no esté pensando en llenarse los bolsillos y largarse lo antes posible de este país con gente indignada y dispuesta a defender lo poco que tiene?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!