Las aerolíneas que trabajan en el Aeropuerto Jorge Chávez han denunciado a la empresita Lima Airport Partners, LAP, concesionaria de nuestro primer terminal, porque recusan el astronómico costo que les impondría usar las mangas, aún el dictaminado por Ositran, del MTC. Según este último, la cifra sería de algo así como US$ 90 y según las afectadas, no debería ser de poco más de US$ 50. LAP, “opina” que está por encima de los US$ 230. ¡Estos caraduras quieren hacer cholitos a todo el mundo!

Parece mentira, pero salvo la excepción de muy pocos pero insistentes críticos, los medios de comunicación se hacen los sordos, mudos y ciegos frente a lo que ha sido la peor privatización, la más tramposa trampa y el robo más escandaloso del último lustro: la concesión del Aeropuerto Jorge Chávez a una empresa que ni siquiera era empresa legal cuando recibió, en carrera de un solo caballo porque fue postora única, la responsabilidad por decenas de años del aeropuerto.

LAP no era empresa cuando el 15 de noviembre del 2000 “ganó” la concesión. Su capital ridículo fue de US$ 3 mil dólares. Y la integraban originalmente Frankfurter Flughafen, Bechtel y Cosapi. ¿Cómo así que se constituyeron con tan nimia cantidad de dinero? ¿Dónde están los 1200 millones de dólares que iban a traer según dijo Javier Silva Ruete?

Hoy ya no existe Bechtel que creó otra firma, Alterra y le “transfirió” de taquito su participación concesionaria; Cosapi fue borrada de la sociedad pero siempre hace las obras civiles y Frankfurter continúa, pero ¿a quién le reclama el Estado peruano si se comprueba el dolo de modificación del trato original? ¡Aquí hay gato encerrado!

El fraude LAP ha logrado mañosamente con la Addenda 4 del 2003, que la segunda pista sea construida a partir del 2012. Pero la pista actual sólo resiste hasta el 2006. Es decir, a partir del próximo año, no hay seguridad de ninguna clase en el Aeropuerto Jorge Chávez y los accidentes trágicos podrían ocurrir diariamente con la posibilidad aberrante que no haya cobertura de seguros de ninguna especie ni clase.

La engañifa llamada LAP, con la “bendita” Addenda 4, embudinó al Perú como aval por préstamos por el orden de US$ 125 millones de dólares ante dos bancos, uno alemán y el otro norteamericano. ¿Y si no paga, quién sí tendrá que hacerlo?: ¡el pueblo peruano!

También LAP ha planteado que los pasajeros en tránsito por el Jorge Chávez, paguen la suma de US$ 14 por ese concepto. En buen romance: LAP ¡no pone nada! Y todo lo quiere fácil, sin invertir. Dicen que lo han hecho hasta por US$ 160 millones pero ni siquiera la cosmética que ha puesto bonito el aeropuerto, cuesta tanto según dicen los entendidos, entonces, ¿dónde está la bondad de la concesión?

Para colmo de males, LAP expulsó en febrero de este año, a patadas, escupitajos, empellones y no pocas agresiones verbales, a una empresa peruana con 20 años de existencia en el aeropuerto: Cexport Exclusive representante de cientos de artesanos y la mandó a un lugar lejos del tránsito de los pasajeros o compradores eventuales. Ni siquiera las ánimas pasean por el sitio abusivamente determinado para esa firma peruana. Pero sí Café Britt (costarricense) y Aldeasa (española), tienen locales gigantescos y muy bien ubicados.

Dicen las aerolíneas en su alegato que LAP pretende obligarles a un uso suntuario como es el de las mangas y que ello promovería virtualmente la quiebra porque ya tienen sobrecostos numerosos, según afirmó Carlos Palacín, representante de las mismas. En efecto, todo cuesta muchísimo en el Jorge Chávez. Y LAP lo único que hace es cobrar y vivir bien del dinero ajeno, pero no pone de la suya.

Francamente no hay en la historia latinoamericana otro fraude de mayores y peligrosas proporciones y consecuencias que éste que fue fabricado durante el fujimorismo, aprobado misteriosamente durante el paniaguato y mantenido contumazmente en el gobierno del presidente Toledo. ¿Serán juzgados, apresados y castigados los fautores de este despropósito anti-nacional?

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!