Los que fueron a CADE, en 90%, ¿son empresarios o simples empledos de alto nivel, es decir furrieles, portapliegos, de cuello y corbata, verdugos y transmisores de los reales mandamases que NO pueden perder tiempo y para el espectáculo envían a los subalternos? Que la prensa, muda y cómplice, y muy bien pagada con aceite marca dólar o euro, llame CADE electoral o cualquier otro adefesio a una cita más publicitaria que importante, es algo comprensible porque para eso se les paga. Pero pretender que este cónclave tiene alguna importancia en la vida de los peruanos ¡es un genuino disparate!

Un ejemplo simple: ¿se trató en CADE algo sobre la política energética? ¿O fue tema prohibido por los patrones? ¡Ni un cuestionamiento al pretendido y muy avanzado anillo energético que impulsa Chile con una tímida denegatoria peruana! ¿Comporta tal anillo reales y comprobables, en infraestructura y, sobre todo, avance social, beneficios para los peruanos? ¿O, es simplemente, otro negociado de grandes pandillas empresariales muy orondas y convictas que pueden seguir haciendo cuánto les viene en gana arrasando derechos y violando leyes o encargando que se las hagan demasiado convenientes y útiles para ellos? ¿Quién explica esta grosera omisión?

Los aplausos a la candidata derechista Lourdes Flores se explican porque ella representa el continuismo y la prevalencia de los contratos ley que permiten NO pagar lo que corresponde como ingresos al Estado y fleta que todo esté como está: es decir, más de lo mismo a pesar de polladas, reconocimientos tardíos de cómo es el país y cómo vive la real gente más allá de los barrios residenciales y de cómo tenemos compatricios que apenas si registran como ingresos S/ 10 ó S/ 20 al mes. ¿No comprenden estos sectores privilegiados que su apuesta excluyente, antichola, blanca y racista, globalizante e insolente, no tiene otra salida que una explosión social violenta y de imprevisibles consecuencias, ninguna de ellas pacífica? ¿Es tan difícil entender que la inclusión solidaria es un imperativo en un país profundamente dividido en que un 5% de tagarotes vive lujosamente y 26 millones lo hacen al borde de la miseria más abyecta? ¡A ese 5% pertenecen (esos que asisten al CADE) y que se llaman, farsescamente empresarios, pero que son apenas chasquis de los grandotes.

¿Qué pretendió el señor García Pérez al ofrecer que Jorge del Castillo seguiría, de llegar él al gobierno, a cargo de Pro-inversión? Los buenos entendedores saben muy bien que el mensaje, poco críptico y más bien descarado por concesivo, fue para San Dionisio Romero Seminario, el banquero de los banqueros y uno de los empleadores de mucha gente también en los partidos políticos. ¿No fue acaso aquello un disparate? Que se sepa los empleados sólo piensan lo que los patrones ordenan, disponen o custodian como ganancias y dividendos. Por tanto, cualquier aproximación a un encuadre social y legal al contrato social, sólo merece desdén desdeñoso y vanidad infinita.

Los medios limeños que se apoderan desde la capital del espectro nacional transmiten lo que la publicidad paga y con una autocensura repugnante y tácita callan situaciones que habrían provocado en otras partes levantamiento social y protestas al por mayor. ¿Alguno de los candidatos se refirió a la gravísima circunstancia que protagoniza Javier Pérez de Cuéllar, ahora aquejado de una mudez agudísima, por supuestas notas reversales con Chile en que reconocía y daba la razón al país del sur sobre sus tesis limítrofes marítimas con Perú? ¡Ni siquiera el señor García Pérez se acordó de la denuncia que él mismo había expresado públicamente! ¡Traición es la palabra que todos evitan pronunciar por miedo y porque la fábrica de figuras y figurones recibiría un demoledor cuestionamiento a lo largo y ancho del país!

CADE fue una cita de empleados de muy buenos sueldos. No pocos de ellos son más papistas que el Papa. Se entiende que tengan que defender hasta con las uñas sus sueldos obesos, forjados, sobre las asimetrías que caracterizan al Perú en que muy pocos son una cofradía miope y pseudo ilustrada y millones padecen la falta de dirección política que ataque y ponga en jaque al sistema que es un tigre de papel. En lugar de tanta propaganda banal y frívola, debieran estos empleados de alto nivel, hacer reflexionar a sus patrones, sobre la inconveniencia de hacer tanta alharaca que no es otra cosa que una fiesta sobre cadáveres, injusticias y taras que son lacerantes y heridas abiertas en el cuerpo social del Perú.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!