¿Es suficiente la buena memoria, voz profesoral y cálculo cínico, del señor Valentín Paniagua, luego de cinco años de notoria amnesia, como para que pretexte el tema del Contrato de Camisea? Dice con corrección que Camisea II no fue licitado. Pero esto no es nuevo, se dijo 8 a 9 meses antes y por voz mucho más autorizada que la de él, la del ingeniero Carlos Repetto Grand, cuando denunciaba a Pagoreni como otra estafa más. Pero no dice Paniagua cómo Hidrocarburos Andinos SRL, empresa que no existía al momento de otorgarse el Contrato de Licitación al consorcio, hoy ya desapareció del todo y su lugar lo ocupa Techint. ¿Cómo entró Techint? ¿No son los abogados los que escudriñan, o debieran hacerlo, en los recovecos y líneas chicas de los contratos? ¿Antes y después y por motivo de los sagrados intereses del país?

Más aún. La posición del señor Paniagua rezuma un vil oportunismo político. ¿Qué tal si no hubiera sido candidato, entonces, ni siquiera por casualidad recordaba lo que otra persona ya había dicho mucho antes que él? ¿O sea que la política deviene en un recurso muy interesante para aparentar preocupación por el país cada cinco años? Así no resulta raro que para el público en general la política genere vómitos y olores nauseabundos. Detrás de la añagaza cortesana está el oportunismo, para ver qué se pesca y en qué proporción del próximo –y previsible como nefasto- Congreso.

Muy tempranamente, el ingeniero Carlos Herrera Descalzi, en actitud que le honra, advirtió sobre la Cláusula 8.6 y su imprecisión sobre las regalías que debía recibir el Estado. Dijo, con previsión, Herrera, que este yerro posibilitaba un maltrato en detrimento del Perú. Y en los años siguientes hemos visto cómo el inefable ex ministro de Energía y de Economía, Jaime Quijandría Salmón, ha hecho cuanto le ha venido en gana para adecuar, a sus intereses que no son los del país, el desarrollo de Camisea. Sin licitación, contrato, concurso público, Pagoreni y sus alrededores, llamados Camisea II, han sido regalados a esa empresita tramposa argentina Pluspetrol.

Grotesca por decir lo menos, resulta la miopía de Paniagua cuando sostiene que no hubo licitación para Camisea II pero se olvida ¡por completo! de tocar lo referido a la cuarta falla del gasoducto que viene de Camisea. ¿No sabe sobre el asunto o el guión es muy estrecho? Para quien gusta de ser llamado estadista por los áulicos, este acápite constituye un baldón inexcusable.

¡No es la única barbaridad atribuible al inepto gobierno de transición que administró el señor Paniagua! La concesión del Aeropuerto Jorge Chávez a una empresita, postora única, con un capital de apenas US$ 3 (tres mil) dólares y que NO existía en los Registros Públicos cuando recibe la buena pro, Lima Airport Partners, LAP, es otra de las bestialidades facturadas bajo su comando. Hoy LAP ha embudinado al Perú en préstamos por el orden de 145 millones de dólares ante bancos alemanes y norteamericanos y con el aval del Estado. Es decir, si LAP, empresita que NO tiene dinero, no paga sus obligaciones, el pasivo tendrá que ser asumido por ¡los contribuyentes! ¿Con qué derecho se tomó la libertad de decir que con una “addenda”, y en el camino, arreglaba las imperfecciones de aquel contrato con LAP?

La pista del Jorge Chávez está técnicamente deteriorada. Ningún seguro cubriría siniestros de cualquier especie porque no hay visos de construcción de la segunda pista que LAP postergó para el 2011 y con la complicidad de malas autoridades a las que hay que enjuiciar, meter presos y quitarles todo el patrimonio mal habido con dineros deshonestos. No llame la atención un suceso trágico y las terribles consecuencias que de éste puedan derivarse. ¡Y esto es consecuencia directa de un pésimo contrato!

La grita ignorante de pepecistas arrepentidos y hoy bajo el antifaz del Frente de Centro no puede obliterar hechos macizos y contundentes. Los datos que se vienen reiterando no obedecen a cálculo electoral alguno. Decir esa barbaridad es pecar de estúpido sincero. Basta con mirar las fechas que se remontan recurrentemente al 2002, 2003, 2004, 2005 y 2006 corriente. En lugar de aconsejar con parsimonia y humildad para que no permitan las profundas inconsistencias de su candidato Valentín Paniagua, los chacales creen que pueden ocultar el sol con un dedo. Y eso es imposible.

La política no puede ser cálculo avieso de buhoneros mediocres. Cuando se esconde por “táctica” argumentos traidores que ayer nomás eran expresión pública, se engaña al pueblo y no se merece el voto ni hoy ni mañana. Y este caso de flagrante y vil oportunismo político tiene que ser denunciado urbi et orbi. Su protagonista es nada menos que un señor que en lo poco de ejecutoria gubernamental, se ha distinguido por ser torpe, cretino, tradicional y más de lo mismo.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!