El lunes 10 de abril, a las 11 y 30 horas en punto, tal como lo habían anunciado, las Madres de Plaza de Mayo arribaron a la Comisaría 30, en la calle General Hornos 768, del barrio de Barracas, para repudiar la salvaje agresión que sufrieron tres integrantes del Movimiento Evita el sábado 8, por la cual responsabilizaron al personal policial de esa dependencia. Los jóvenes golpeados fueron Javier Pitar, Rubén “El Cuervo” Carbonel y Juan Manuel Martínez. Este último debió ser operado de urgencia con un cuadro de peritonitis aguda.

Los reprimidos salvajemente habían concurrido a una casa abandonada desde hace décadas en el barrio de Barracas, con la intención de acondicionar el lugar e instalar allí un comedor comunitario, que iba a estar a cargo de la organización en la que estos compañeros actúan, el MTD Evita. El barrio de Barracas es uno de los más pobres de la ciudad y su población se encuentra entre las más golpeadas por la desocupación y la indigencia que asolan en la zona sur de la Capital Federal.

El acto frente a la Comisaría, realizado junto a otras organizaciones sociales comenzó con una conferencia de prensa en la que Hebe de Bonafini reclamó que se investigue y castigue a los culpables de la terrible golpiza. Además pidió que el Ministro del Interior, Aníbal Fernández, tome pronta intervención y remueva, si así fuera necesario, al Comisario a cargo, Roberto Kidd. Y agregó: “El ministro del Interior el otro día me dijo que la Policía Federal no tortura. Sí, señor Ministro, desde aquí le digo: tortura y casi mata”.

Si bien la actividad fue breve y la cantidad de militantes que se acercaron no fueron demasiados, la acción de las Madres contó con el acompañamiento de miembros de los agrupamientos Comedor Los Pibes, Frente de Organizaciones Sociales, JP Evita (Movimiento Evita). Además estaban presentes Marcelo “Nono” Frondizi (de ATE), Humberto Sabatini de Proyecto Popular (Movimiento Evita), la diputada Nacional por el Movimiento Evita Araceli Méndez, Humberto Tumini (Barrios de Pie- Patria Libre), y Judith Said, coordinadora General del Archivo Nacional de la Memoria, dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación. Asimismo, adhirieron Gabriela Cerruti, ministra de Derechos Humanos y Sociales de la Ciudad de Buenos Aires; Fabio Basteiro (CTA Capital); Leopoldo González y Pablo Micheli (ATE).

Frente a los periodistas también brindó definiciones el abogado de la Asociación, Sergio Schoklender, quien es el patrocinante de los agredidos. El letrado explicó el estado del proceso judicial abierto tras la golpiza. “Nosotros presentamos la denuncia penal y fue trasladada al juzgado de Instrucción Nº 10, Secretaría 133, que es el que debería haber ordenado inmediatamente la detención del personal policial y del hombre que casi mata a uno de los compañeros. Lo grave de esto es que no sólo fue castigo físico, sino que según todos los testimonios, venía acompañado de insultos de ‘montoneros, delincuentes, terroristas’, todo permitido por el personal policial que actuó en ese procedimiento”.

El final de la conferencia estuvo a cargo de Javier Pita, uno de los golpeados aquel día. El integrante del Movimiento de Trabajadores Desocupados Evita comentó cómo sucedieron los hechos. “Con total impunidad estas personas de civil que actuaban en conjunto con la policía de la Comisaría 30ª nos propinaron golpes a los tres compañeros que estábamos dentro del comedor popular y con la consecuencia de que nuestro compañero Juan Manuel Martínez hoy está internado en el Hospital Argerich”.

Tras el último punto y aparte de la conferencia, las Madres pusieron en las rejas de la puerta de la comisaría un cartel que decía “CLAUSURADO”.

Y finalizó Hebe diciendo: “Que el Ministro del Interior tome el ejemplo de las Madres, que la clausure. Porque tenemos derecho, por 30 años de lucha y por todos los compañeros que siguen luchando y que están acá: ¡A clausurar estos lugares siniestros donde se tortura y se mata con total impunidad!”.