Si la respetable Corte Suprema chilena opina que el nipón cobarde Alberto Kenya Fujimori no constituye peligro y le da libertad condicional para que circule en el país del sur, es un asunto sobre el que no hay sino que comprender que ellos así lo han evaluado merced a los documentos, pruebas y circunstancias de que estuvo premunida. Hay sí que preguntar ¿cuántos traficantes y comercializadores de los derechos humanos viven del pretexto Fujimori para conseguir más recursos en dólares, no para encerrar al delincuente sino para no perjudicar un tren de vida muelle, excursiones al por mayor, figuración mediática y “puestos sociales” en el Perú?

Se sostiene con majadera reiteración que podría Kenya Fujimori fugarse de Chile. La pregunta inevitable es ¿hacia dónde? ¿se iría a Bolivia? ¿o a la Argentina de donde acaban de traer a los Crousillat? De repente Chile le expulsa y le devuelve a Japón porque a la larga o a la corta se van a hartar de este ratero. Pero, en el peor de los casos, sería un yerro atribuible a la Corte Suprema de Chile y a su ejercicio soberano de poder autónomo. No parece muy seria esta pseudo-admonición.

Deviene, en honor a la verdad y como suceso notable recientísimo, subrayar que la opción fujimorista ha logrado algo más del 6 ó 7 % del electorado y eso le representa más de diez parlamentarios. Equivocados o no, un grueso sector de compatricios cree en esta opción política ratificada en las urnas. ¡Qué triste es la comparación, por ejemplo, si se recuerda que la señora Caviar 0.1% apenas si concitó el magnánimo y espectacular apoyo de 70 mil votos! Claro que El Comercio, Canal N, medios proletarios y al lado del pueblo, no olvidan darle tribuna cada vez que lo solicita. Una perdedora embustera que habla en nombre de un pueblo que no la reconoce ¡ni de bromas! como su lideresa, pretende transformar una clamorosa y vergonzante derrota electoral en un acto de triunfo de conciencia. ¡Vaya majaderías las que hay en Perú!

¿Por causa de qué este circo? Me atrevo a pensar que lo puesto por Perú como materia inculpatoria de Kenya Fujimori ha sido muy débil u ocioso, tanto que la libertad condicional del hampón de marras, es un anticipo de lo que podría ser un fracaso mayúsculo para el país. Nunca se pudo extraditar a Kenya del Japón. Y en Chile tampoco pareciera que la avenida está libre de piedras. Por el contrario, todo sugiere lo inverso. ¿Qué haría Chile con un individuo incómodo? ¡simplemente echarlo a su país, es decir al Japón!

Kenya Fujimori es uno de los picos más sucios de la inmoralidad y del crimen. Los abogángsteres son especialistas en borrar las pruebas. Las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta son un baldón sangriento en el archivo de este sujeto. No hay excusa que valga ni tribunal exculpatorio. Pero, no hay que ser demasiado observadores para no darse cuenta, es hasta posible que bandido Fujimori consiga atenuantes y salidas tortuosas. El castigo moral debe ser, para él y sus seguidores, el más efectivo señalizador de sus monras y trapacerías. Pero para ello hay que destruir todo el aparato mediático, comercial y funcional que se montó desde el comienzo de aquel largo túnel de infamias y violaciones de los derechos humanos. Es decir, aniquilar las cofradías empresariales, los conchabos mediáticos, las mafias burocráticas, contra las que este gobierno no ha hecho ¡absolutamente nada! La pestilencia es la misma, lo que cambiaron fueron las moscas. La cosmética embellece pero la porquería continúa sempiterna en su cáncer depredador.

Los traficantes que usan el pretexto Fujimori casi no tienen más argumentos de ninguna especie y eso es señal de decadencia absoluta. Se han desacreditado por la miopía de sus miras y por la insinceridad de sus objetivos enmascarados en campañas banales. Los fiscales del pueblo, las nuevas fuerzas tienen que pulverizar también a los farsantes y corsarios que viven muy bien en nombre del pueblo. Y, a no dudarlo, hay que vencer en las urnas y en cualquier compulsa, a los fujimoristas y llamarlos a cumplir como peruanos por el Perú ¡y no por un japonés cobarde y ladrón como Fujimori!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!