¿Han notado que cierto partido, como así gusta definirse aunque no sea sino una agrupación disímil y más bien una federación de independientes, dejó de hacer oposición y se calló en todos los idiomas reculando de sus incendiarias “denuncias”? Bastó que un ex ministro fuera premiado con la jefatura de un organismo referido a la política sobre drogas y cultivos, para enterrar el hacha de guerra. Bien dice el refrán popular: ¡dádivas quebrantan penas!

¿Puede extrañar en la política peruana semejante conducta? Lamentable la respuesta es inequívoca: ¡de ninguna manera! Es más, la teoría moderna del inmoral político tiene su premisa fundamental en el oportunismo arrancador de puestitos, sinecuras, nombramientos ad hoc, pitanzas de toda laya, es decir, el buen descarado no pone mientes a lo que le caiga, siempre y cuando, se respeten las tarifas dolarizadas. ¡La globalización también mete su hocico en la corrupción del servidor público y privado!

Conviene recordar, en el Perú las cosas de puro sabidas se olvidan –decía Haya de la Torre-, qué ocurrió pocas semanas atrás cuando se estaba por firmar –lo que a la postre se hizo- el convenio económico con Chile. Nos advirtieron, varios de los miembros de esa agrupación política, que era una “traición”, un “entreguismo”, una falta de “lectura de la historia del Perú”. La sentencia, por radio, televisión y periódicos, no dejaba de tener su lado contradictorio porque el entreguismo de la administración a la que pertenecieron dichos ciudadanos, fue de lo más asqueroso y claudicante ¡no sólo con Chile!, ¡con cualquier país foráneo que “invirtiera” o “abriera mercados”! Lo más vergonzante, por rastrero, fue la firma del TLC con Gringolandia que aún no recibe la bendición congresal norteamericana. Por tanto, había en el ambiente, desconfianza. ¿Cómo, aquellos que regalaron el país por lotes a granel, pasiva o activamente, ahora se ponían gruñones y apocalípticos?

Hay que decirlo también sin ambages: el acuerdo de complementación económica con Chile sólo reemplaza, con afeites y maquillajes, el convenio anterior rubricado con resolución legislativa del Congreso en 1998. Por eso que una autoridad agraria austral anunció que los empresarios sólo aguardaban que su Parlamento ratificara el Tratado de Libre Comercio (¡ese es su verdadero nombre!) con Perú, para seguir comprando tierras fértiles en el norte y el sur. Como aquí el Congreso no ha dicho ¡esta boca es mía! hay derecho a preguntarse si existe o sólo es fantasía que vuelve a la realidad cada fin de mes cuando les pagan a unos mudos, sordos y ciegos a quienes se les pasea el alma, les dictan la agenda y les hacen pensar que lo correcto es no hablar en voz alta. ¡No quieren parlar! El Poder Legislativo está incurriendo, por omisión, en una de las causas más flagrantes para su cerrazón política y clausura definitiva por ¡inútiles!

Volvamos al tema de las dádivas que quebrantan penas. En efecto, los cuestionadores se han callado. ¿Recuerdan los fuegos artificiales entre un ministro vigente de Vivienda y otro ex del mismo rubro? ¿Será cierta la versión que circula en los predios de ese portafolio que todo se debió a la no participación de algunas empresas que ahora, resuelto el casus belli, sí van a concursar en las licitaciones? ¿A quiénes estaban vinculadas esas firmas? ¿Será verdad tanta especulación con los dineros del pueblo y las obras a construirse? ¿Se están repitiendo moldes clásicos en que unos pocos engordan a costa del hambre y escasez del resto de peruanos? ¡Qué desverguenza!

Noten ustedes las sintonías. Los voceros ya no hacen uso de la voz en aquella agrupación que lideró el ex presidente Toledo. Las aguas permisivas han vuelto a su nivel y bastó la dirección ejecutiva, una para comenzar, para quebrantar las penas y frustraciones de subitánea desaparición cuanto que la mudez pública, radial, televisiva o telefónica es evidente. ¿Así pretenden hacer política, repitiendo los yerros desvergonzados y típicos de los malos elementos infestados de una absoluta carencia de moralidad o entereza ética? ¡Equivocados hasta el tuétano y problema de ellos!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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