Cada vez, a medida que avanzo Los Peruanoides de Pedro Villanueva Urquijo*, me convenzo que es un manual valiosísimo de instrucción cívica, docencia política y profundísimo amor por el Perú. Encuentro en sus páginas, otros luminosos párrafos:

“¿La Justicia?....

Escucho ya las protestas de todos los que van a sentirse afectados, cuando se lea en estas páginas que la existencia de una JUSTICIA en el Perú, es un supuesto.

Problablemente hay jueces honorables en nuestro país, pero, su número debe ser tan escaso, que no ha bastado para neutralizar la acción de los malos, que son los que han llevado el desprestigio a nuestros Tribunales.

Porque ésta es una verdad, que no se puede discutir: NADIE TIENE CONFIANZA EN LA JUSTICIA QUE SE ADMINISTRA EN EL PERU.

Doloroso es confesarlo, pero cada vez que algún litigante se ve obligado a concurrir a un Juzgado, va con el alma en un hilo.

No es que tema de su falta de razón; es que él tiene el convencimiento de que si no cuenta con elementos para que se le haga Justicia, pierde su causa por grandes que sean las razones que tenga a su favor.

El litigante siempre va en busca del amigo que recomienda su causa; más se preocupa de encontrarlo que de acumular las pruebas que bastarían para que cualquier Juez fallara a su favor.

Son tantos los despojos, agravios y penas sufridas por infelices ciudadanos que no contaron con esos elementos que son indispensables para hacerse justicia en nuestro país, que muchos prefieren abandonar sus intereses, dejar al criterio del más fuerte la solución que quiera imponer, que ir con la Ley en la mano, a pretender que ella sea arma para vencer a los que pueden violarla.

Nuestras luchas de toda clase; el estado de permanente rebeldía en que vivimos unas veces, para pasar después a un conformismo humillante; esas matanzas inicuas que provocan los logreros de la política; la desconfianza de los capitalistas para invertir su dinero en explotaciones del suelo y, finalmente, el apartamiento voluntario que se impone a nuestro indio, para no intervenir en ninguna de las actividades de la Nación, solo tienen como causa, la falta de respeto de los que administran Justicia.

En la conciencia de nuestro pueblo está arraigada la convicción de que el propio bienestar, sólo se puede conservar por el ejercicio de la fuerza o las influencias. La razón, no es un argumento; y el derecho de cada uno, se ejerce según la cantidad de monedas de que se puede disfrutar.

Naturalmente que, los que no podemos disponer de medios para “hacer justicia”, prescindimos de ellas. Le huimos; preferimos renunciar a lo nuestro, ya que sería inútil defenderlo, en paz y con decencia.

Este doble proceso, el del abuso de parte del que cuenta con la Justicia y el abandono del que no puede contar con ella, es la causa del predominio que ejercen desde años en el Perú, los audaces y los que tienen dinero. ¡Cuidado con que llegue un tiempo en que cada cual quiera hacer justicia con su propia mano o a puntapiés!

Cuando se habla de “regeneración” del indio, de la necesidad de sacarlo del aislamiento en que vive, se proponen muchos medios.

Bastaría quizás, uno solo: buenos Jueces y autoridades que no se alquilen a los poderosos.” (pp. 78-80)

*Los Peruanoides, Pedro Villanueva Urquijo, Lima-noviembre 2006. Editor, Armando Villanueva del Campo. (Este libro fue escrito hace más de setenta años y su vigencia sigue siendo espectacular).