Arriba: Bandera de la UNESCO (agencia de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y el retrato del ciudadano francés Robert Ménard, director de la ONG Reporteros Sin Fronteras.
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Fuentes diplomáticas de la UNESCO dijeron a la agencia cubana de noticias Prensa Latina que "la agencia tomó la decisión en virtud de la reiterada falta de ética de RSF, en sus propósitos por descalificar a un número determinado de países".

"La actuación de RSF no se ajusta al perfil ni a los propósitos de la UNESCO y vuelve a demostrar su interés sensacionalista, al querer erigirse como tribunal inquisidor de naciones en vías de desarrollo", recalca la agencia citando a los medios consultados que añadieron que "por esta causa y otros antecedentes, la entidad de la ONU valora dar por terminada de forma definitiva la relación que mantiene con RSF y excluir cualquier tipo de colaboración en el futuro".

A pesar del hecho de que es ahora bien conocida la vinculación de la seudo ONG francesa con la CIA y el Departamento de Estado norteamericano, el Secretario vitalicio de la organización había logrado penetrar círculos de la UNESCO y recuperar su red de comunicación a favor de sus amos de Washington.

RSF llegó incluso a anunciar que ponía en marcha un llamado "Primer Día por la Libertad de Expresión en Internet", bajo el patronazgo de la UNESCO, y llamaba a los internautas a "movilizarse".

Un producto mediático de la Saatchi and Saatchi

Colmo de la desfachatez, RSF comunicaba que la operación ha sido "creada y realizada" por la agencia Saatchi & Saatchi de Nueva York.

Sin embargo, el grupo que pretende enseñar la libertad de prensa no precisaba que la Saatchi & Saatchi es una filial de la multinacional Publicis, la cuarta empresa de publicidad y relaciones publicas más grande del mundo.

Tiene entre sus principales clientes a firmas tales como Dupont, General Mills, Johnson & Johnson, Toyota, Visa, Coca-Cola, Heinz, Kellogg’s, Mc Donald’s, Philip Morris, General Motors, Citibank, United Airlines, Walt Disney y, cuidado, la US Army.

También dirige las operaciones publicitarias internacionales de la Bacardi, el gigante del ron, con sede en Bahamas y cuya trayectoria como padrino del terrorismo contra Cuba se extiende sobre casi cinco décadas. De hecho, la Bacardi sigue uno de los más activos patrocinadores de los elementes anticubanos más recalcitrantes de Miami.

RSF contra China

La actual campaña de propaganda de RSF está dirigida particularmente en contra de China, nación hacia la cual lRobert Ménard ha acentuado sus ataques en función de los venideros Juegos Olímpicos.

Hay que subrayar como el 28 de enero del 2007 Ménard aceptó recibir un premio de 100 000 dólares del gobierno de Taiwán, una nación famosa en América Latina por su apoyo a los regímenes derechistas más recalcitrantes.

Menard viajó hasta la tierra de Chiang Kai-shek para recibir su premio de las propias manos del presidente taiwanés, Chen Shui-bian. Al aceptar su premio y el cheque que lo acompaña, Ménard se comprometió en crear un sitio web para seguir atacando a la Republica Popular de China.

No hay dudas de que varias otras transferencias bancarias se hicieron entre Taipei y Paris desde entonces.

Por supuesto, el patrón de RSF no puede ignorar que el gobierno taiwanés prosigue la política anticomunista de sus predecesores y que contribuyó en varias oportunidades a la salud financiera de grupos ultraderechistas de Miami.

De manera elocuente, la presencia de Ménard en Taipei no recibió cobertura alguna de la prensa francesa.

Curiosamente, recordaron los diplomáticos que hablaron con Prensa Latina a condición de no revelar sus nombres, en la lista negra de RSF "no aparece ningún país occidental y el fuego se concentra en el llamado Tercer Mundo".

Hijo privilegiado de la NED y del IRI

En realidad, muy poco sino nada se sabe o se publica en la prensa francesa sobre las amistades de Ménard fuera de Francia. Nada se supo, nunca, en ninguna prensa, de su visita a Miami el 19 de enero del 2004 cuando fue recibido como un héroe por los representantes de la mafia cubanoamericana. Y fue una gira significante.

La visita empezó con una comida en el Versailles, el restaurante de la Calle Ocho, propiedad del empresario terrorista Felipe Valls, y donde se dejó de calcular cuantas conspiraciones terroristas contra Cuba han sido elaboradas.

Entre otras visitas, Ménard tuvo un encuentro con la dirección del Miami Herald, uno de los diarios más conservadores de la ’prensa libre’ de Estados Unidos después del Washington Times, y entrevistas con WQBA, la estación de radio del terrorista Armando Pérez-Roura.

Uno de los momentos más increíbles de la visita de Ménard fue su encuentro con miembros de la dirección del Cuban Liberty Council, organización que apoya abiertamente el terrorismo.

Los representantes de RSF también intervinieron en un coloquio sobre la libertad de expresión en Cuba, auspiciado por el Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos, el famoso ’ICCAS’ de la Universidad de Miami, dirigido por Jaime Suchlicky, agente de la CIA confeso. El encuentro tuvo lugar en la Casa Bacardí, con lo que eso significa.

Muchos elementos nuevos se han añadido estos últimos años, desde que se denunció por primera vez la complicidad de RSF y de su dueño con la inteligencia norteamericana.

El propio Ménard no tuvo otro remedio, en unas oportunidades, que reconocer que recibe dinero de fuentes norteamericanas vinculadas al Departamento de Estado y tuvo que confesar – lo que negaba con vehemencia – que conoce bien al agente CIA Frank Calzon con quien se exhibió en un show anticubano que se montó en la Unión Europea.

Se sabe ahora, gracias a investigadores norteamericanos que trabajaron, con mucho valor y no sin riesgos, el dossier Menard que RSF recibe importantes cantidades de dinero de la USAID a través de la National Endowment for Democracy y del International Republican Institute.

Con la seudo ONG checa People in Need que maneja todas las actividades publicitarias desarrolladas por el procónsul Caleb McCarry en Europa, RSF es una de las organizaciones llamadas "de terceros países", señaladas y favorecidas por el Plan Bush de anexión de Cuba cuando se trata de ensuciar la imagen de la Isla en el mundo entero.

La conocida investigación del General Accountability Office, el GAO, sobre el financiamiento por Washington de organizaciones mafiosas de Miami ha revelado cómo millones de dólares del contribuyente norteamericano se desaparecen en los circuitos de distribución del dinero regado por Bush para intentar desestabilizar a Cuba.

Socio firme del cartel continental de la desinformación

Hace ya años que Ménard se asoció firmemente a esa gran mafia de los jerarcas de la prensa continental llamada Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que ataca a Cuba en cada oportunidad que se le ofrece.

La SIP que pretende representar a la libertad de prensa en América, no es otra cosa que el cartel de los grandes propietarios de medios de comunicaciones del continente, creado en Nueva York en 1950 por el agente CIA Jules Dubois, en una operación de la inteligencia norteamericana con la cual se pirateó una organización panamericana de prensa legítima, creada en La Habana en 1943.

En las horas del fracasado golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez, en abril del 2002, la representante de RSF, María José Pérez Schael, hizo la apología de los golpistas en la prensa local. A tal punto que RSF tuvo que deshacerse de ella ante las protestas

En el 2004, RSF hizo campaña contra la "Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión de la República Bolivariana de Venezuela", en clara defensa de los intereses de los grandes medios comerciales, en particular los del magnate Gustavo Cisneros.

En el 2006, el empresario Marcel Granier contrató a Ménard para desarrollar una intensa campaña contra el Gobierno Chávez después de la intervención de la cadena televisiva RCTV.

Otros detalles, comprobados en los últimos meses, confirman las peores sospechas acerca de RSF y de su Secretario vitalicio, Robert Ménard. Sabemos hoy que la contabilidad de las operaciones norteamericanas de la organización, según el Internal Revenue Service norteamericano, se hace en un bufete de Alexandria, Virginia, a menos de 15 minutos del cuartel general de la Compañía.