(Por Ana Almada).-Adolfo Pérez Esquivel es un hombre de fuertes ideales, grandes sueños. Toda su vida estuvo enmarcada por la defensa de los Derechos Humanos.
Activo luchador incansable por la Paz, motivo por el cual recibió el Premio Nobel en 1980.
En este encuentro con La Oreja Que Piensa nos dijo:
– ¿Si recibieras el Premio Nobel en este momento, cambiarias la frase pronunciada allá en 1980 cuando decías que lo recibías en nombre de los campesinos, los indígenas, los excluidos…?
– No, lo reafirmaría en su integridad, porque son los problemas que hoy todavía existen. Tenemos que estar al servicio de ellos: de los niños, de los indígenas de los campesinos, los excluidos, los pobres, de los pueblos, mi compromiso sigue siendo ese y lo será hasta que se terminen las injusticias.
– Justamente hoy estuviste reunido con un grupo de paisanos del pueblo guaraní…
– Sí, hace un tiempo que estamos trabajando con ellos sobre un conflicto que tienen con unas tierras. En este momento los estoy acompañando con la solidaridad, con la amistad, y con el compromiso, ya que son ellos los verdaderos dueños de la pacha mama.
– En estos días la Universidad Nacional de La Plata le entregó al Presidente de Bolivia, Evo Morales, el Doctorado Honoris Causa, ¿qué reflexión te merece este reconocimiento que le hacen a un presidente indígena, el primero en América Latina?
– Para mi es una alegría que un indígena aymara por primera vez en el continente sea el presidente de su país, Evo es un amigo, un compañero de lucha de muchos años. Él lo recordó públicamente, cuando en su alocución me dijo que yo era el responsable de que estuviera aquí. Era muy joven cuando comenzamos a conversar en París en la fundación Frances Libertes que dirige Danielle Miterrand. En ese entonces ella era la primera dama de Francia. Siempre muy solidaria recibió a este pibe Evo Morales que se acercó a hablar con ella y lo animó para que siga en la lucha por encontrar su camino.
Pero desde entonces muchas cosas han pasado, siempre que me encuentro con él es una alegría. El doctorado Honoris Causa que le otorgaron me parece que es un hermoso reconocimiento que hace la Universidad de La Plata a un luchador, a un hombre que viene trabajando en forma muy intensa por el pueblo boliviano, pero también por el pueblo latinoamericano. Es un compromiso de vida que él ha asumido.
Y este se refleja en la nueva Constitución y en su compromiso cuando afirma que la democracia es esto lograr un equilibrio entre todo y todos. Y coincido plenamente con esto del equilibrio, es lo que digo siempre, el equilibrio con nosotros mismos, el equilibrio con los demás, el equilibrio con la madre naturaleza, con los que son los recursos naturales, con el cosmos, con Díos, necesitamos restablecer el equilibrio para superar la violencia a la cual están sometidos nuestros pueblos.
– Al principio de la nota hablábamos de los problemas que aún persisten y entre ellos señalabas a los pibes: ¿creés que su situación ha mejorado?
– Esta sociedad castiga a los jóvenes. No los integra ni los escucha. Y una sociedad que no piensa en sus niños y en sus jóvenes es una sociedad que hipotecó el presente y perdió el futuro. Porque ese futuro se construye con el coraje que tengamos de hacer el presente, no hay otro camino. Si se le mata y se le roba la esperanza a los jóvenes esta es una sociedad sin futuro. Hoy los chicos son discriminados, y no estoy hablando solamente de los chicos más pobres, estoy hablando en general. Cuando no hay dialogo entre la familia, cuando se piensa que este problema se resuelve con dinero, esto no es cierto. La gran riqueza no es el dinero sino el entendimiento, es el poder compartir con los jóvenes una esperanza de vida, una mirada, una compresión de la vida. Pero revertir esto es un gran desafío. Debemos generar un nuevo contrato social.
– Un gran sector de la sociedad pide medidas como la baja en la edad de imputabilidad, que nada tiene que ver con el nuevo contrato social que vos señalas: ¿qué opinás sobre esta cuestión?
– Tomar una medida como esta no resuelve nada sino que agrava la situación. Alguno de estos señores que propugnan estas leyes se acerco alguna vez a estos chicos y les pregunto ¿cuál es su seguridad? ¿Cómo los trata la sociedad? ¿ Por qué viven en la calle? ¿Por qué tienen que pedir, mendigar? ¿Tienen un poco de ternura, de afecto de esta sociedad? ¿Qué es lo que pasa con ellos? ¿Qué espera la sociedad de ellos? Entonces esto de bajar la edad de imputabilidad es simplemente generar más represión, es generar mayor dolor y no resolver el problema, creo que aquí se deben tomar medidas de prevención y de seguridad social y darles una esperanza de vida a estos chicos.
A estos chicos hay que prepararlos para el diálogo y la amistad. Nosotros desde las Aldeas estamos trabajando en esto, en darles una esperanza de vida y darles una posibilidad de cambio. Creo que desde ahí desde la práctica cotidiana, se puede cambiar muchas cosas. Pero la represión, la violencia institucional nunca es buena porque eso agrava la situación y no resuelve los problemas. No quiero que a los chicos y chicas le roben la esperanza. Quiero hacer todo lo posible para que le sonrían a la vida.
– ¿Cómo crees que puede contribuir un medio alternativo de comunicación a mejorar la situación de los pibes?
– Contribuye en generar conciencia, en transmitir lo que les pasa, porque esos chicos tienen mucho que decirle a la sociedad. Creo que los medios de comunicación alternativos tiene que abrir un espacio para que sean escuchados. Los chicos tienen el derecho a ser escuchados. No hay que robarles la esperanza ni las posibilidades de vivir dignamente. Creo que un medio de comunicación alternativos tiene que generar esos espacios, ya que queda en claro la posición de los grandes medios masivos de comunicación que lo único que buscan es penalizarlos, encerrarlos, y generarles más daño.
– Por lo que señalas la intervención de los medios masivos en la vida cotidiana de las personas pareciera tener mucho peso: ¿por qué?
– Vengo trabajando desde hace mucho tiempo sobre algunos ejes, la ciencia y la tecnología. Los avances científicos y tecnológicos han cambiado el pensamiento y hay un eje fundamental que me preocupa, que es el tiempo. Hay una aceleración del tiempo provocado por la ciencia y las técnicas. Hoy, desde el punto de vista científico se habla mucho de la aceleración de partículas. La aceleración del tiempo nos cambió el pensamiento. Hoy estás frente a una computadora y si tarda medio segundo más de lo previsto te ponés nervioso o si el tren se atrasa 10 ó 15 minutos o el subte no funciona rápidamente uno ya se desespera porque quiere llegar a un tiempo que es irreal pero que la ciencia y la técnica te impone. Entonces el ser humano perdió el tiempo natural, el tiempo del día de la noche, el tiempo de la contemplación, el tiempo del silencio.
El ser humano vive totalmente acelerado. Y en los medios de comunicación pasa esto. Una noticia que antes duraba una semana ahora dura minutos y a veces segundos, porque hay una aceleración enorme en el tiempo que ya no te da tiempo para pensar, no tenés tiempo para poder elaborar la noticia con tu propio pensamiento, porque todo es tan rápido que te intoxica. Hay una intoxicación también que es propia de la información. Hoy la información que es tan acelerada pasa del drama terrible al deporte o a una noticia superflua, es una avalancha tan grande que no te permite elaborar y por esto ha llevado a una situación de desvirtuar los contenidos y creo que hasta a desvirtuar la palabra. La palabra es energía, entonces cómo recuperamos nosotros la fuerza de la palabra que es el pensamiento. No hay palabras sin pensamiento, por lo tanto creo que hoy toda esta vorágine de lo mediático hace perder la profundidad del pensamiento, la profundidad de la palabra, tenemos que hacer un alto en esto para poder vernos nosotros mismos.
Los medios de información están sometidos a esta vorágine y tienen que comenzar a repensar los verdaderos contenidos. Contenidos sociales, espirituales, culturales. La pregunta es ¿qué hacemos si esto no cambia? Vamos a necesitar de la rebeldía social espiritual, de la rebeldía social, cultural, política, para poder ser personas. El primer paso de todo proceso de liberación es la capacidad de ser personas. Si nosotros no tenemos esa capacidad para reencontrarnos como personas estamos sumergidos en esta vorágine que va hacia ningún lado.
– Nota publicada por el multimedo La Oreja que Piensa (laorejaquepiensa@hotmail.com)
– Periodista. Responsable de las Relaciones Institucionales de La Oreja que piensa.
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