¿Cuál es el primer balance que usted puede hacer acerca de cómo quedó la correlación de fuerzas políticas luego de las elecciones del 26 de abril?
or los resultados obtenidos a nivel general, nosotros estamos convencidos de que esta es una victoria alcanzada por la juventud, los trabajadores y los pueblos del Ecuador. Es una victoria de la tendencia democrática, patriótica y de cambio que la representa Rafael Correa, pero también es una victoria de la tesis de la Patria Nueva y el Socialismo. Dentro de esta tendencia, ha triunfado una de las fuerzas más consecuentes, la que le da soporte ideológico y político a esta tendencia, que es la izquierda revolucionaria, la lista 15 del Movimiento Popular Democrático. La gente ha ratificado la confianza a los luchadores populares, a los que jamás traicionan los intereses de los de abajo, y esto nos hace responsables de cumplir la propuesta que exhibimos en campaña, y que la gente ha acogido con entusiasmo, a la cual se adhirió y la calificó como la más justa. Esa propuesta la vamos a impulsar dentro de la Asamblea Nacional, pero también con el movimiento social y popular, desde las calles y plazas del país, puesto que este es el mejor momento para avanzar a la recuperación y conquista de los derechos de los trabajadores y pueblos del Ecuador.

 Pero esto solo entra en el plano de la configuración de la Asamblea, ¿y qué ocurre con el mapa político de las alcaldías y prefecturas a nivel nacional? ¿Es una oportunidad para la derecha el aprovechar esos espacios para confrontar el cambio?
 En el tema local también se expresa el triunfo de la izquierda revolucionaria. Si antes el MPD tenía cuatro alcaldías, hoy tenemos 10. Las listas 15 antes tenían 25 concejales a nivel nacional y hoy tienen alrededor de 50. Eso demuestra un avance cualitativo y cuantitativo de las fuerzas de izquierda revolucionaria. Este proceso nos ha dejado además resultados en cuanto a lo orgánico, cientos y miles de nuevos afiliados en todo el país, nuevas brigadas... Es cierto, la derecha tratará de usar sus espacios para atrincherarse, sobre todo en Guayaquil, pero lo más importante es que hay un pueblo movilizado y que ha demostrado que no quiere regresar al pasado neoliberal, de atraso, de corrupción, de dependencia, un pueblo que le ha apostado a la esperanza de construir un bienestar para todos los pobres del Ecuador, que significa el Socialismo.

 ¿Cómo interpreta el MPD las palabras de Rafael Correa acerca de que se radicalizará el cambio, y de que esa radicalización solo es posible en el socialismo y no en el capitalismo?
 Nosotros le tomamos la palabra al Presidente de la República, alentamos a que eso ocurra en nuestro país, sin embargo creemos que debe dar señales claras y contundentes de querer hacerlo...

 ¿Como cuáles? ¿Por dónde debe ir esa radicalización?
 Por ejemplo, el no afectar el derecho de los trabajadores, cuando hoy son víctimas de toda una persecución. Hace unos días atrás, los trabajadores de la empresa Palillos del Ecuador constituyeron un sindicato y hoy son despedidos, en el Municipio de Guayaquil pasó algo similar. 1.300 trabajadores que tenían ocho años laborando en Petroecuador y que fueron contratados de manera bilateral como lo exige el mandato 08, ahora están amenazados con ser despedidos. El presidente Correa debe radicalizar su posición a favor de los trabajadores, garantizando el derecho a su estabilidad, a su organización sindical, gremial, que son principios y conquistas sociales recuperadas en la nueva Constitución, que junto con la 15 logramos los trabajadores y los pueblos. No podemos admitir un Ministro de Trabajo que sea contemplativo frente a esta arremetida de los grandes empresarios, de la gran oligarquía, que pretende responder a los efectos de la crisis general del sistema capitalista a nivel mundial, lanzando a la desocupación a miles de obreros.

La segunda muestra debe ser lograr soberanía plena, en la línea de conquistar una patria libre, no pagando la deuda externa. Él dijo en una cadena sabatina que los bonos global 12 y 30 son ilegítimos, inmorales, no puede luego admitir que va a comprar parte de estos bonos.

 Pero en el análisis que se hace se dice que esa operación al final es conveniente para el país porque le ahorrará una buena cantidad de recursos...
 Puede ser que en términos cuantitativos, en cuanto al volumen de la deuda, y en lo mediato, eso resulte así. Pero recomprar la deuda ahora significa disponer de algo más de 900 millones de dólares, y eso es un valioso monto que puede ser invertido en educación, salud, para estimular la producción en el país. Nosotros demandamos del presidente Correa que, consecuente con su anuncio de radicalizar el cambio, no pague la mañosa, injusta e inmoral deuda externa.

Parte también de avanzar hacia el socialismo es nacionalizar los recursos naturales, y por eso llevamos nuestra propuesta a la Asamblea, de un proyecto de reforma a la ley de Hidrocarburos para que nunca más el petróleo esté en manos de las transnacionales, y sea el Estado el que administre esta riqueza a favor del bienestar de los pueblos.

Este Primero de Mayo le deja un gran mensaje al presidente Correa, que para enfrentar la crisis hay que generar producción en el Ecuador, y estimular el consumo, y esto debe traducirse en el incremento general de los sueldos y salarios; sin cortapizas, sin pretextos.

 ¿Y en el tema corrupción, qué significa radicalizar el cambio?
 Significa no darle tregua a este flagelo que es parte del sistema capitalista, significa que Alfredo Vera Arrata salga de la Secretaría Anticorrupción, porque más bien es un símbolo de la corrupción. Él nada dijo alrededor de las contrataciones para la construcción del aeropuerto de Quito. Es un ministro que en 1991 fue destituido porque cerró 1.500 escuelas del sector rural, porque estuvo involucrado en escándalos de todo tipo. Es el referente de la corrupción en el Ejecutivo, y Correa debe dar señales de combatir con fuerza esta lacra.

Parte también de este combate a la corrupción es movilizarnos para evitar que la justicia sea dominada por el PSC, y que actúe nuevamente para encubrir la corrupción. Este combate pasa también por recuperar todo lo que la oligarquía, como Álvaro Noboa, le ha robado a los pueblos al no pagar los impuestos. Entonces, hay que pasar de la simple declaración a los hechos; así estará respaldado por todo el pueblo.

 Pero el ministro Ricardo Patiño ha dicho que el MPD no tiene autoridad para exigir que el Presidente saque a algunos funcionarios como los que usted mencionó...
 Interpretamos el sentimiento popular, estos malos elementos conspiran contra el proyecto de cambio. Nosotros no aspiramos ni nos disputamos ningún cargo público, somos consecuentes con el anhelo de cambio de la inmensa mayoría de ecuatorianos. Está a criterio del Presidente si continuar con estas cosas o avanzar al Socialismo. Con Alexis Mera, con Vinicio Alvarado, con Alfredo Vera es muy difícil que ese proceso avance. Si sigue con ellos, nosotros dudamos en que las palabras del presidente Correa sean ciertas. Nuestro partido tiene toda la autoridad moral, política que nos ha dado nuestro pueblo en las urnas, para cuestionar al Presidente de la República, a sus malos elementos, porque queremos que el cambio avance.

 ¿Qué es lo que más destaca usted de la campaña que acabamos de vivir?
 Hoy existe un orgullo de ser emepedista, se ha reivindicado la condición de luchadores populares que tenemos, porque donde hay un emepedista hay pelea por la patria nueva y el socialismo. Creemos que hay una adhesión a las propuestas programáticas del MPD, propuestas que reflejan el interés de la patria, de los pueblos del Ecuador. Estas elecciones nos dejan resultados importantes: nuevos afiliados, nuevos militantes, nos ubica como la tercera o cuarta fuerza política en el Ecuador, y como el primer referente de la izquierda revolucionaria en nuestro país. (FF)

El cambio en el tema educación debe ser integral

Debemos echar al traste un modelo educativo que viene siendo aplicado por el ministro de la Izquierda Democrática, un ministro de la partidocracia atrasada, corrupta, que ha sido rechazada en este proceso electoral, un modelo que aplica el criterio de la educación por competencias, que solo prepara mano de obra calificada barata, ajustada a los intereses del gran capital, para acumular más ganancia a favor de los grandes empresarios, descuidando la formación integral del ser humano. Nosotros creemos en una reforma integral que signifique implementar una concepción educativa para la emancipación, donde se eduque para la patria, para la libertad, para la soberanía...

En el tema de la evaluación a los maestros, somos partidarios de que exista un sistema nacional de rendición de cuentas y evaluación, distinto al que pregona el ministro Vallejo. Él ha convertido a la evaluación en un instrumento de persecución, para despedir a cientos y miles de maestros; más aún si la planta de docentes está por alrededor de los 32, 35 y 40 años de servicio, donde nunca se ha invertido en la actualización y desarrollo profesional del maestro, entonces la consecuencia será el despido, como es el propósito del Ministro.

Creemos en una evaluación que permita diagnosticar las falencias, los errores que existen en el sistema educativo, donde estos errores sean corregidos, junto con los maestros, padres de familia y el Ministerio de Educación, para hacer mejor al maestro en el aula, para recuperarlo padagógicamente. Pero bajo ningún concepto para conculcar derechos como la estabilidad del magisterio nacional.

Respaldamos la decisión de la UNE de decretar la rebeldía y no ser evaluados, con el respeto que se merecen nuestros jóvenes que han sido hoy utilizados por el Ministro para empujar estos mecanismos de represión. Estaremos junto a los maestros, los estudiantes y los pueblos del Ecuador.