por Javier Lajo Lazo; javierlajo@hotmail.com

Nuestros abuelos, Los Amautas de la Qhapaqkuna construyeron para instruirnos eternamente, la gran «ruta de sabiduría», Qhapaq Ñan, o «camino de los justos» (1), que es (además del camino físico) un alineamiento en diagonal a 45° grados del eje norte-sur, o «línea recta» que une varias ciudades sagradas andinas pre-incas (entre otras: Potosí, Oruro, Tiawanaku, Pucará, Cusco, Huanuco-Viejo y Cajamarca); siguiendo este «ancho camino» podemos aprender completamente nuestra sabiduría y ciencias antiguas.
Qhapaq significa: Justo, Correcto, SAGRADO (2), y Qhapaq Ñan significa Ruta o Camino de los Justos, de los Correctos, es el gran camino de LO SAGRADO ANDINO. Es el andar «el mismo camino» el que explica sus misterios, «siguiendo esa ruta» podemos aprender, conocer y dominar todo el conocimiento ancestral, porque somos la punta de la madeja de ese hilo conductor que nunca se rompió, porque somos los que no podremos olvidar, los fieles, los que no traicionamos la estirpe macerada de nuestros padres Inkas.

Aquellos que «caminando el Qhapaq Ñan», estamos reconstruyendo EL ORDEN ANDINO.

Teniendo claro este gran punto de partida, transitando el «ancho camino» del Qhapaq Ñan, ya podemos darle continuidad a nuestra «escuela andina», nuestra sabiduría o conocimiento sistematizado por milenios de la historia autónoma de nuestra cultura, cuya señal y herramienta en función actual, es el Qhapaq Ñan. Siguiendo esta huella segura redescubriremos todo: la filosofía, la sabiduría, los conocimientos, la espiritualidad y las ciencias andinas, y lo que es mas importante, retomaremos nuestro desarrollo autónomo: Siguiendo el Qhapaq Ñan APRENDEREMOS NUESTRA PROPIA VERDAD HISTORICA: La utopía andina o el mito del Ecuador, Perú y Bolivia, lo único que volverá a hacer grande la patria andina: LA IDEA INKA.

El camino de los Qhapaq Inkas, o Qhapaq Ñan, es el camino que cruza los tres pachas y que nos enseña el justo equilibrio (YANANTINKUY) de la paridad complementaria y proporcional, en sus dos leyes principales:

1. LA LEY DEL YANANTIN o de la paridad complementaria; y

2. LA LEY DEL TINKUY o de la oposición proporcional.

Leyes de nuestro pensamiento andino que desecha la foránea «dialéctica» sea esta «idealista» o «materialista» ya que ambas son parte de una concepción occidental monomaniaca en donde el origen de todo es la «unidad». La unidad-espíritu es el origen del idealismo y la unidad-materia es el origen en el materialismo, dos caras de la misma moneda. Este método occidental o “DIALECTICA” sea la antigua-griega, o sea la moderna o hegeliana-marxista, es estéril por «impar» o Ch’ulla, ya que TODO O TODOS SOMOS “PARIDOS”, no existe nada, no puede existir algo que provenga solamente del «Uno», este es el origen del descarrilamiento occidental. Esta concepción «impar» (Ch’ulla) o defectivamente «unitaria» del origen, genera una «conciencia humana fraccionada», congénitamente sufriente (el valle de lagrimas de los cristianos) y por tanto con una «pulsión de dominio» y de desequilibrio permanente, que es el origen de toda guerra, de toda explotación del hombre por el hombre y de toda la injusticia y desgracia humana. Esto es lo que viene sembrando la cultura invasora desde hace más de cinco siglos en América y hace más de dos mil años en todo el mundo. Pero hay también algunos (3) que por ingenuidad o por ignorancia, levantan la llamada “dialéctica andina” (4).

La llamada «Dialéctica», no es solución a la cosmovisión unitarista o monomaniaca (sea occidental o “andina”), sino todo lo contrario, es su confirmación y su método. La dialéctica tradicional, antigua o griega, afirma la contienda o “contradicción” entre dos partes o términos, pero uno de ellos «es verdadero» y el otro «es falso», es decir uno “es” y el otro “no es” y «no puede haber un tercero que sea verdadero” (Principio del ‘tercero excluido’ de Aristóteles); posteriormente la dialéctica de Hegel (idealista) y la dialéctica de Marx (materialista), tampoco resuelven esta mono-visión occidental, ya que para filosofía idealista, la «unidad primera» es el espíritu o idea que crea (o emana) la materia, mientras en la concepción dialéctica materialista, la unidad primera es la materia y esta es la que emana el espíritu o idea. Pero «el –mono- sigue en la jaula» occidental, la unidad sigue reinando en occidente, aunque ya roto el candado.

En cambio el mundo andino-amazónico tiene la Paridad como paradigma y dos leyes principales sobre las que camina y se llaman: Yanan-Tinkuy, vínculo en el que gira el Pensamiento Qhapaq o Pensamiento Paritario.

La sabiduría andina entonces, esta basada en la COSMOVISIÓN YANANTINKUY o de LA PARIDAD COMPLEMENTARIA Y PROPORCIONAL, como la justa relación de los pares que se juntan y se confrontan, complementaria y proporcionalmente, equilibrando así LA UNIÓN EN LA DIVERSIDAD; esta sabiduría esta «escrita» con piedra y con huellas eternas en el camino de los Qhapaq, de los hombres y mujeres consagrados al cuidado de la vida y de la naturaleza, que es el pensamiento, método cosmogónico y escuela vital de nuestra ciencia andina. Por esto mismo la CRUZ DE TIWANAKU (o vulgarmente llamada “Chakana”, gracias al error de un autor que provoca la confusión e identificación hasta ahora de la constelación de la Cruz del Sur con la cruz Tiwanaku) no puede ser sino producto de una PARIDAD: La del Círculo con el Cuadrado, cuando queremos proporcionalizarlos y complementarlos (5).

Nuestro «estado de conciencia» que es el resultado del “ser social andino” criado por nuestros Apus en mas de quince mil años, es diferente al de los occidentales. ¿En que somos diferentes?. Fundamentalmente en lo siguiente: Los pueblos andino-amazónicos vivimos en un estado de conciencia propio, que difiere cualitativamente al de Occidente, porque nuestros pueblos conciben una cosmogonía y cosmovisión como producto de la paridad (o Yanantin la primera ley del Pensamiento Qhapaq), es decir, pensamos la creación de la existencia como producto de dos elementos «creadores», por tanto todo es parido (cualquier otra concepción cosmogónica es defectiva y deficiente), nuestro principio ordenador es pues, EL PAR y nuestra existencia es un cosmos-Pariverso, diferente al “cosmos-Universo»; esta nuestra cosmovisión da lugar al sujeto colectivo: El Ayllu o comunidad contemporánea y al Estado Racimo o CONFEDERACIÓN. Mientras que la cultura occidental concibe en su cosmogénesis la idea del ser único, un creador, la unidad, medida de todas las cosas o universo, que es a la vez el logos y la razón en su filosofía, es por tanto una cultura de la imparidad (o cultura Ch’ulla). Esta cosmovisión occidental da lugar al sujeto individual, al fundamentalismo individualista y al Estado «unitario».

Estos principios ordenadores de la vida, la naturaleza y la sociedad, serán opuestos y complementarios dentro de un estado de equilibrio que será el final del tránsito al que nos lleve un Proceso Constituyente Plurinacional, un Estado Plurinacional y una sociedad de Socialismo Andino-Amazónico (6). Se entiende que la sociedad Andina y la Occidental pueden ser «compatibles» o «competitivas» solo mediante relaciones interculturales simétricas o paritarias. Esta competencia, sin trampas, debe llevar a la sociedad en general de la concepción y hegemonía de un Estado unitario reflejo del individuo, hacia la concepción de un Estado racimo, o CONFEDERACIÓN, reflejo de la comunidad, cuyo predominio es requisito para el equilibrio y el bienestar de todos, que será el futuro Estado Confederacional Andino-Amazónico que de curso a nuestro Modo Recíproco (7) de Producción y Reproducción de la vida y el bienestar colectivo, comunitario e individual, que es tema delicado que lo trataremos en otra oportunidad.


NOTAS
(*) Pensamiento Qhapaq ó Pensamiento Paritario.
(1) Ver: Lajo; Javier, «Qhapaq Ñan el Camino Inka de Sabiduría», Ediciones Amaro Runa, Lima 2005.

(2) Ver el vocablo Kk’apakk, en el Diccionario Quechua Castellano de Jorge A. Lira . Convenio Andres Bello; Bogota, 1982.,

(3) Carlos Milla Villena y algún seguidor suyo vienen afirmando públicamente que mi libro: “Qhapaq Ñan, la Ruta Inka de Sabiduría”, sería “una copia o plagio” de su libro “Génesis de la Cultura Andina”, pero en su Pág. “filosófica” Nº 69, dice: “El Todo es Uno y Uno es Todo”. A buen entendedor pocas palabras.. ¿Como voy a poder copiar tamaña aberración occidental?, si en mi libro afirmo: “El todo es PAR y el PAR es todo”. ¿Acaso no saben leer y escribir, el Arqto. Milla y sus calumniadores discipulos?.

(4) Sobre ‘Dialéctica Andina’, Ver: “Génesis de la Cultura Andina” de Carlos Milla Villena. ¿Acaso sigo copiando “improperios” Arqto. Milla ?

(5) Sin embargo el Arqto. Carlos Milla Villena, persiste en su “monomanía” de plantear en su libro que la Cruz Chakana es “resultado de la relación del cuadrado y su diagonal” a la cual le añade el titulo de “la proporción sagrada” y dice que “se obtuvo” del “brazo mayor y brazo menor de la Cruz del Sur”. Seguir con esta tendencia “millista” es castrar nuestra visión paritaria, por ser la de Milla una visión “cuadrada y monomaniaca”, tan falsa, inútil y mas nociva aun que la occidental. ¿Y así se atreve a decir que mi libro que levanta el YANANTIN de los Qhapaq, es una copia del suyo?. Esta es una polémica alturada, y no son las calumnias personales, como las que Milla Villena me lanza. Yo he resistido pacientemente sus calumnias hasta ahora, pero es necesario para el bien de nuestro pueblo andino-amazónico acabar con las patrañas y monomanías de cualquier falso “mito” individual, como el que quiso ser Milla Villena. El pensamiento Qhapaq es el mito colectivo de nuestro ancestro.

(6) Las banderas que levanta el MASA-Movimiento al Socialismo Andino Amazónico, que son las del socialismo indígena u originario, que recogen las raíces mas profundas de nuestra tierra, que son las del Pensamiento Qhapaq; nada tienen que ver con los socialismos occidentales o marxistas. Sobre “Socialismo Andino Amazónico”, ver: http://www.willkapampa.org/noticias/index.php?pageid=1528

(7) Modo Recíproco de Reproducción de la vida y Producción económica que es la base de un comunitarismo orgánico y científico, cuya característica fundamental es el equilibrio paritario entre la colectividad y el individuo. Ver: Julián Masías, «La Sociedad Inka«, Ediciones Amaro Runa, Lima, 2009.