Nuestra vida cotidiana está signada por las marcas.

Las rutas están llenas de marcas, como lo están las calles, la vestimenta, el consumo diario, el espacio. Los libros se marcan, el verde de la yerba en un apunte deja la marca del tiempo en el que ese texto fue leído. Las alegrías, los amores, los des-amores, las penas, los recuerdos, en esencia, las vivencias dejan marcas.

Marcas que se inscriben en el cuerpo, en algunos casos, en la conciencia en otros y en el inconsciente en muchos.

Quizá por todo esto, no es casual que los productos de consumo estén signados por una marca, la cual no sólo potencia al objeto que le da razón de ser, sino que lo trasciende en su peso social.

La búsqueda de identidad con “su” marca es el objetivo principal de empresarios y publicistas, de manera que los seres humanos nos disolvamos en esas marcas y las marcas se disuelvan, a su vez, en la cultura, una cultura que no puede prescindir de ellas.

Es así que empresas, marcas, producto y publicidad, resultan un cuarteto inseparable en el gran mercado mundial, un cuarteto donde la líder indiscutible es la marca.

Una nueva geografía se diseñó en los tiempos de globalización y transnacionalización, una especie de sistema feudal donde las marcas resultan los grandes señores y sus consumidores los vasallos.

“Pertenecer tiene sus beneficios”, decía una vieja publicidad que encarna hoy el pensamiento empresarial donde poco importa la venta del producto y mucho, vender un estilo de vida.

Nike, Wanama, Cheeky, Mimo, 47 Street, Google, Mc Donalds, son algunos claros ejemplos de ello.

“La colección otoño-invierno 09 de Cheeky es como París, elegante, sofisticada, urbana y formal”, señalan los publicistas de la indumentaria infantil que len su última campaña gráfica muestra hermosos niños posando en distintos puntos de París y que lleva recorriendo más de 100.000 kilómetros por distintos puntos de Brasil, Perú, Moscú, Canadá, China, Àfrica, Grecia y Marruecos, con el claro objetivo de “integrar a través de la moda a todos los chicos del planeta”.

La empresa de indumentaria deportiva Nike apela a reconocidos deportistas cuyas facultades y aptitudes los convierte en seres superiores capaces de formar parte del universo de “la pipa”. “Déjalo Todo” fue una de las campañas que invitaban a ser parte de ese mundo, el que no necesita nombrar la marca, en el que sólo el logo pesa por si mismo, el de “just do it”, el de “hazlo ya”.

Buscar información por Internet, es “googlear”, un verbo inventado a partir del más importante buscador de Internet y el sinónimo de comidas rápidas es Mc Donalds.

Las marcas se han convertido en un punto de reunión y encuentro.

Las marcas producen cultura.

Las marcas marcan.

Las marcan abrazan y entre sus brazos nos dejamos cobijar.

 Nota publicada por el Portal y Agencia "Motor de Ideas".

 Periodista. Integrante del Observatorio de Medios.