Autor: Fernando Ortega Pizarro
Sección: Distrito Federal

Marcelo Ebrard rompe lo que podría ser una especie de cordón umbilical. Mediante sus iniciativas a favor del derecho a abortar y de los matrimonios y adopciones gay, desea que se le vea como un político de “izquierda” y, además, “moderna”. Pero nunca ha querido enfrentarse al poder económico. Por el contrario, cabildea entre empresarios las “bondades” de una posible candidatura. López Obrador se ha enfrentado a los grandes empresarios, a los que ha calificado incluso de mafiosos, pero nunca quiso siquiera hacer enfadar, cuando fue jefe de Gobierno, a poderes fácticos como el que representa la iglesia.

Andrés Manuel ha dicho que está en contra de las instituciones, sobre todo las electorales y de justicia. Marcelo quiere presentarse como quien está a favor de ellas y de sus sentencias.

En lo que pareció un virtual rompimiento del pacto para que sea candidato de la izquierda a la Presidencia quien esté mejor posicionado en las preferencias electorales, Andrés Manuel López Obrador manifestó el 31 de enero, el 7 de julio y finalmente en una gran concentración en el Zócalo capitalino el 25 de julio pasados su intención de ir por Los Pinos en 2012, pronunciamiento que también hizo en su momento Marcelo Ebrard Casaubón, pero sin concentración de por medio.

Posteriormente, los dos políticos manifestaron que el pacto no se había roto. Por ahora, las encuestas se contraponen, pues dan como favorito a uno u otro.

Conocedor del teje y maneje político de la capital, Adolfo Orive, coordinador de la fracción parlamentaria del Partido del Trabajo en la Asamblea Legislativa, sostiene que ambos personajes –expriistas, por cierto– son quienes van a decidir la sucesión en el Distrito Federal y quién será el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para la Presidencia.

Graduado en Economía Política por la Universidad de Cambridge, Inglaterra, explica que “en la izquierda tenemos dos dirigentes muy obvios que son Andrés Manuel y Marcelo. Los dos son amigos, compañeros de lucha y se van a poner de acuerdo, en el momento adecuado, quién de ellos es el que va de candidato a la Presidencia de la República y, además van a escoger al mejor candidato para jefe de Gobierno del Distrito Federal”.

Exjefe de Asesores del secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa reconoce que cada uno de ellos tratará de empujar a sus gallos para la capital. Sobre la posibilidad de que el secretario de Educación, Mario Delgado Carrillo, y la diputada Alejandra Barrales sean candidatos de Ebrard Casaubón, y Martí Batres Guadarrama, secretario de Desarrollo Social, de López Obrador, comenta: “Los dos van a evaluar quién es el mejor candidato para que la izquierda gane rotundamente en la ciudad de México en 2012”.

Sin embargo, ambas personalidades de la izquierda se han estado confrontando desde hace tiempo. No sólo por la Presidencia, sino para colocar a uno de sus hombres en la Jefatura de Gobierno.

La primera evidencia se dio en el congreso de refundación del PRD en Oaxtepec, Morelos, celebrado el 5 y 6 de diciembre de 2009. Izquierda Social, corriente liderada por Martí Batres Guadarrama, hombre del Peje en el gobierno de la ciudad, organizó una rechifla y lanzó gritos de “Obrador, Obrador” cuando Ebrard Casaubón y el líder del PRD, Jesús Ortega, aparecieron en el evento.

El congreso sirvió para que los presidenciables midieran sus fuerzas. Se aprobaron las alianzas con otros partidos, incluido Acción Nacional (PAN), que Marcelo apoyó y López Obrador censuró. El método de elección del candidato para 2012 no será por votación universal, secreta y abierta a la ciudadanía como quería López Obrador, sino por delegados, con la posibilidad de que se adopte el método de las encuestas, como quería Marcelo, si se aprueba por mayoría.

Izquierda Social aclaró enseguida que el rechazo fue para Jesús Ortega, pero la mayoría de las columnas políticas de la prensa lo interpretó como un acto hostil de Martí Batres al jefe de Gobierno del Distrito Federal y, de manera uniforme, anticiparon su salida, con lo que habría salido de la carrera por la administración capitalina.

Por ejemplo, Templo Mayor, del periódico Reforma, comentó el pasado 8 de diciembre: “Por ahí dicen que Marcelo Ebrard se divorcia de uno de sus consentidos: Martí Batres. Cuentan que está más que cantada la salida del tenebroso titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) dada la evidente ruptura con su jefe”.

Consideró que el recibimiento de Oaxtepec se debió a que “Ebrard le ha ido quitando poder y recursos a Martí, como para cerrarle el camino en sus aspiraciones a sucederlo. Tan es así que de ejercer más de 5 mil millones de pesos este año, para el próximo ‘sólo’ tendrá 1 mil 300 millones”.

Razones, del diario La Razón, comentó el 17 de diciembre: “Resulta que la rechifla que recibió Marcelo Ebrard durante el Congreso del PRD en Oaxtepec, promovida por la corriente Izquierda Social de Martí Batres, fue la gota que derramó el vaso. La algazara, encabezada por la hermana del titular de la Sedesol local, Lenia Batres, le costó el cargo al talibán de López Obrador, quien este fin de semana dejará el gabinete del Gobierno del Distrito Federal”.

En prensa, radio y televisión, el periodista Joaquín López Dóriga también anticipó la salida de Martí. En Tercer Grado, mencionó incluso la fecha: el 20 diciembre.

El 17 de diciembre del año pasado, Batres Guadarrama respondió al periodista, con quien mantiene diferencias desde 2006: “Joaquín me corre una y otra vez, pero el nombramiento que cuelga de la pared de mi oficina desde el 5 de diciembre de 2006 no está firmado por él, sino por Marcelo Ebrard Casaubón. Joaquín me corre, pero en la ley no aparece que los conductores de televisión tengan facultad para poner y quitar a funciones de gobierno alguno”.

En entrevista, la diputada Valentina Batres Guadarrama, hermana del secretario de Desarrollo Social, sostiene que, con el evento de Oaxtepec, “Televisa trató de meterse en la toma de decisiones y de hacerse un consejero útil para Marcelo, sembrando la discordia y la intriga”.

Martí Batres siguió en su cargo, pero las versiones de su salida seguían. En Milenio TV, el 18 de enero de 2010, el periodista Carlos Puig preguntó el punto a Marcelo, quien dejó entrever que lo mantenía en su puesto a su pesar.

—Estuvo en todas las columnas, y te lo tengo que preguntar, que Martí Batres no llegaba al 6 de enero, que no llegaba a los Reyes como miembro de tu gabinete. ¿Especulaciones? –preguntó Puig.

—Pues no –respondió Ebrard.

—Ahí está todavía.

—No sé, no me pasaron el…

—¿A ti no te pasaron el memo?

—No me pasaron el memo, ¿verdad?

—Ahí está todavía…

Marcelo, en efecto, cambió la organización de la Secretaría de Desarrollo Social. El Instituto para la Atención de los Adultos Mayores, con sus cuantiosos recursos, estaba bajo su responsabilidad, pero a partir de este año se convirtió en un órgano desconcentrado con presupuesto propio.

De esta manera, el presupuesto de la Secretaría pasó de 5 mil millones a 1 mil 300 millones. El entonces secretario de Finanzas, Mario Delgado Carrillo, se montó en las actividades de ese instituto, y de otras entidades públicas, para promocionarse, dando la impresión de que es el delfín de Ebrard Casaubón al Gobierno del Distrito Federal.

El problema con Delgado Carrillo es que no figura en las encuestas. En cambio, Martí Batres Guadarrama y la diputada Alejandra Barrales son los más mencionados como candidatos a la Jefatura de Gobierno.

La segunda evidencia de la confrontación fue la carta que Andrés Manuel envió a Marcelo para pedirle la suspensión de la construcción de la Supervía en las delegaciones Cuajimalpa, La Magdalena Contreras y Álvaro Obregón, por los daños ecológicos que causaría.

Marcelo Ebrard respondió que no detendría la Supervía, pues su gobierno no iba a dejar obras a medias, en alusión a los segundos pisos del Periférico que quedaron inconclusos en la gestión de López Obrador. Sostuvo, además, que no habrá impactos ambientales negativos.

En realidad, fue una forma en que Marcelo pintó su raya al Peje. César Yáñez, vocero de López Obrador, asegura que su jefe nunca quiso hacer pública esa carta y cree que el gobierno de la ciudad fue quien circuló su contenido.

César Daniel González Madruga declaró, a nombre de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados, que “las aspiraciones presidenciales de Ebrard para 2012, quien busca trascender electoralmente con la Supervía, están incluso por encima de la lealtad a su jefe político, quien se ha dado cuenta de los daños ambientales que provocará esta obra en el poniente de la capital”.

“Son criterios distintos”, comentó Andrés Manuel al periodista Jorge Santa Cruz, de Radio Trece, sobre la respuesta de Marcelo.

“Llevamos una buena relación, pero también llevamos una relación democrática. No es una relación de subordinación, ni de él hacia mí, ni… al contrario. Estamos actuando como personas que tenemos criterio y que pertenecemos al mismo movimiento.

“Yo respeto mucho a Marcelo Ebrard. Creo que es un buen gobernante. En este caso, hay una discrepancia. Yo le mandé esa carta porque quiero que él reconsidere las cosas, pero a final de cuentas él es la autoridad.”

Desde la oposición, el coordinador de la fracción parlamentaria del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Asamblea Legislativa, Israel Betanzos, considera, en entrevista, que los delfines de Marcelo ya están destapados: Mario Delgado Carrillo y Alejandra Barrales.

“Está muy clara la estrategia. Sabemos cómo opera el jefe de Gobierno. Está acostumbrado a hacer competir a su gente. ¿Cómo se explica a Mario Delgado repartiendo pensiones y útiles cuando no es su área o a Alejandra Barrales promoviéndose por la ciudad? Es muy clara la competencia entre ellos para ser el sucesor de Marcelo”.

Dice que Martí Batres, el gallo de Andrés Manuel, también va a querer el puesto de Marcelo.

Contra esa aspiración, alega, el PRI está dispuesto a arrebatarles el poder en 2012. “Hemos visto las últimas encuestas en medios; nos dan el segundo lugar en la ciudad. Nosotros vamos a apostarle todo para recuperar el Distrito Federal”. Inclusive, dice, estudian hacer una alianza con el PAN para la ciudad. “Si hay buenos acuerdos, ¿por qué no?”

Fernando Rodríguez Doval, presidente de la Comisión Especial para la Reforma Política del Distrito Federal y vicepresidente de la Comisión de Asuntos Políticos Electorales de la Asamblea Legislativa, considera que la pelea entre Marcelo y Andrés Manuel por la candidatura a la Presidencia y la Jefatura de Gobierno puede causar inestabilidad política si sus ambiciones no pueden procesarse de una manera eficaz.

El panista explica que, históricamente, el PRD no ha sabido diseñar al interior procedimientos y reglas claros para elegir, ya no sólo a sus candidatos, sino a sus dirigentes.

“Recordemos aquel conflicto que duró casi un año entre Jesús Ortega y Alejandro Encinas para ver quién era el presidente del partido. Se tuvo que ir hasta el Tribunal Electoral federal. Esos antecedentes nos hacen suponer que no se ve un panorama sencillo para ellos.

“Conociendo la personalidad de actores como López Obrador, que es un personaje empecinado normalmente, y el propio jefe de Gobierno, que ha estado trabajando básicamente por construir su candidatura, pues quién sabe si uno esté dispuesto a cederle el espacio al otro. Sin duda, eso ahí puede debilitar mucho a los perredistas.”

No ve grandes diferencias entre ambos políticos de izquierda: “Los dos han estado apoyados en grupos clientelares, corporativos. Hemos visto que ahí el poder de René Bejarano está muy presente tanto con López Obrador como con Marcelo Ebrard, y finalmente la ciudad sigue estando en muchos casos a merced de las tribus del PRD o de las tribus periféricas a este Partido, o de los grupos de presión, como el Sindicato Mexicano de Electricistas, por ejemplo”.

Dan la impresión de que quieren aparentar perfiles distintos, pero probablemente “sean dos caras de una misma moneda. Nosotros tampoco vemos una distinción en cuanto a formas de gobernar, aun cuando puedan tener estilos de gobernar diferentes”.

Considera que la disputa entre Marcelo y López Obrador va a definir también quién será el jefe de Gobierno. “El PRD considera que esta ciudad es de su propiedad, y en ese sentido los diferentes grupos en el PRD tratarán de imponer algún candidato específico. Esas divisiones lo único que podrán generar es que alternativas auténticamente ciudadanas, como las que pudiera postular el PAN, puedan tener mayores probabilidades de éxito”.

Previendo quizá un conflicto dentro de la izquierda, el secretario del Trabajo del Distrito Federal, Benito Mirón, apuró a Ebrard y a López Obrador a definir ya quién será el candidato de la izquierda en las elecciones presidenciales de 2012.

Comienza guerra de encuestas

Aunque la postulación de Andrés Manuel López Obrador o Marcelo Ebrard Casaubón como candidato de la izquierda a la Presidencia de la República se hará hasta 2011, algunas empresas encuestadoras ya tratan de saber quién es el mejor posicionado hasta el momento. Sin embargo, difieren sus resultados.

La más reciente encuesta del periódico Reforma, del segundo trimestre del año señala que el 61 por ciento de los perredistas está a favor de que López Obrador sea su candidato a la Presidencia (subió 19 puntos respecto del primer trimestre) y el 17 por ciento apoya a Ebrard Casaubón (bajó 14 puntos).

En un escenario en que compitieran por la Presidencia Enrique Peña Nieto del PRI, Santiago Creel del PAN y López Obrador como candidato de la izquierda, este último tendría la segunda posición, con el 24 por ciento de los votos. Con Ebrard Casaubón, mantendría el segundo lugar, pero con el 19 por ciento de las preferencias.

Esto quiere decir, según Reforma, que Andrés Manuel tiene un mayor arrastre en el electorado nacional que el actual jefe de Gobierno capitalino.

Resultados distintos arroja la Encuesta nacional gobierno, política y sociedad 2010, del primer semestre de 2010, dada a conocer el 24 de agosto último por el Gabinete de Comunicación Estratégica, que dirige Liébano Sáenz: Marcelo es el mejor posicionado entre los perredistas, con el 40 por ciento de las preferencias, y le sigue Andrés Manuel, con el 30 por ciento.

Ambos políticos sólo tendrían un 10 por ciento de posibilidades de ganar la Presidencia de la República, según esa encuestadora.

Consulta Mitofsky reportó que, de febrero a mayo de 2010, los partidos menos rechazados por los mexicanos son el PRI y el Partido Verde, con 19 por ciento y 27 por ciento, respectivamente, de ciudadanos que dicen que nunca votarían por ellos; les sigue el PAN, con 30 por ciento.

Por el contrario, los partidos agrupados en el Diálogo por la Reconstrucción de México (coalición de izquierda: PRD, PT y Convergencia) son los que, en este momento, son rechazados por un mayor número de ciudadanos en México.

Se mantiene la preferencia de 39 por ciento hacia el PRI, seguida del 17 por ciento para el PAN, 9 por ciento para el PRD y 5 por ciento para otros partidos (30 por ciento no declara preferencia).

En forma espontánea, el nombre de Enrique Peña Nieto es mencionado por el 27 por ciento de los mexicanos como la persona que les gustaría que fuera el próximo presidente; después de él aparecen Andrés Manuel López Obrador (6 por ciento), Fidel Herrera (4 por ciento) y Marcelo Ebrard (4 por ciento).

De seis aspirantes panistas a la candidatura, sigue apareciendo Santiago Creel como el político que genera más preferencias tanto en toda la población como entre los simpatizantes del PAN.

Después de Creel, aparece Josefina Vázquez Mota y muy atrás de ellos un bloque de secretarios de Estado: Alonso Lujambio, Ernesto Cordero, Heriberto Félix y Javier Lozano.

En el PRD, al igual que en el caso del PAN, quien encabeza hoy las preferencias entre sus simpatizantes es el mismo que lo hacía hace seis años, Andrés Manuel López Obrador, aunque hoy su ventaja sobre Ebrard es significativamente menor a la que tenía en 2004 sobre Cuauhtémoc Cárdenas.

Al enfrentar a Santiago Creel, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, el posible candidato del PRI obtiene un altísimo 54 por ciento, dejando a sus potenciales competidores con menos de 13 por ciento.

Las condiciones de hoy a 2012 pueden cambiar, por lo que no se puede considerar pronóstico por ningún motivo, aclaró Consulta Mitosfky.