Formado con la disciplina de la fotografía documental y foto periodística, ahora es alumno de la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina ARGRA donde se capacita en fotoperiodismo. En su rol docente, actualmente coordina el taller teórico práctico de fotografía básica en el Centro Cultural Cine Club La Lupa, de la localidad de San Miguel.

 ¿Cómo descubrís el mundo de la fotografía?

 Con la fotografía tuve una conexión muy hobbista. De muy chico empecé a incursionar en la fotografía desde ese lugar y no lo veía como un medio de expresión. Esa idea fue mutando y creciendo a medida que fueron pasando los años. Pasé por otra experiencia, la de tener un programa de radio en la zona de Hurlinghan, hasta que hice pie en la fotografía por su compromiso social. Por eso me vuelco al fotoperiodismo, al documentalismo. Una manera de estar comprometido y en comunicación con lo que nos está pasando, con el contexto, con lo que tenemos a nuestro alrededor.

 ¿Quiénes son tus referente?

 Hago pie con dos tipos muy grosos: Josep Kudelka (**) y Brassai (***), quienes tienen una fuerte intervención de lo fotográfico como corresponsales de guerra. El corresponsal de guerra dentro del fotoperiodismo digamos que es un punto extremo. Eso creo que lo podemos trasladar a diario a la vuelta de mi casa.

Esta gente me ha detonado desde ese lugar, como una expresión máxima. Tomar esa idea y como Kudelka, que es un monstruo como fotógrafo, pueden en una situación bélica mostrarte a vos como espectador una visión tan personal de lo que está pasando. De esa manera se te abre algo nuevo, algo diferente, innovador. Ahí es donde parte esta fundamentación de lo que estamos hablando y de ahí bajarlo a otro nivel.

Se puede trabajar como corresponsal de guerra o hacer otro trabajo en el barrio, a la vuelta de tu casa, en otro contexto, en otras situaciones. Ahí es donde yo baso el tema de la fotografía, para lo cual entiendo que toda disciplina artística necesitas herramientas, necesita técnicas, necesita explorar. La formación va mucho por la exploración. Lo importante es cómo combinar entre cámara y ojo, ojo y cámara esa forma de hablar, de expresarte.

 Vos estas detrás de cada foto, pero presente en ninguna…

 Claro, ese es mi rol. El día que decido volcarme hacia la fotografía, ver la fotografía como un medio de vida, ahí es donde empieza a tomar forma esta idea y este rol. Considero que lo cumplo como fotógrafo. Cuando decido dar clases y abrir a la gente esta idea tiene que ver con esto. Yo hago la toma, pero no estoy en ninguna, no me presento físicamente.

 La docencia ocupa un lugar importe en tu vida, de transmitir el conocimiento y hacer conocer esta profesión…

 Sí, por supuesto. Porque la docencia me ha llamado poderosamente la atención. Es la primera vez que la estoy desarrollando, es algo muy nuevo. En estos momentos tengo un curso a mi cargo. Y me encanta, me gusta mucho. Es necesaria la docencia en todas las disciplinas y por eso estoy explorando. Y que me dan ganas de hacer muchas cosas. Pero la idea es contarle a la gente, que se interese. No es la única función de la fotografía saber usar una cámara. Es un medio, una herramienta. Es el cincel para el escultor.

 Hay un enorme avance en la digitalización, mejores cámaras pero lo que nunca se cambia es la sensibilidad que está detrás de esa cámara, que está en el hombre.

 Sí. En mi experiencia dentro del curso de fotografía, lo que busco es que la gente se comprometa con la imagen. No busco la excelencia técnica. Cada uno verá si le interesa buscarlo o no. Busco el compromiso con la imagen, interviniendo como docente y dándole cuerpo y existencia a esa sensibilidad que implica un registro fotográfico. Lograr esto en un curso corto de dos meses está bueno, Después que esa persona utilice ese conocimiento para sacar fotos de su reunión familiar, de su viaje. Me parece excelente. Actualmente mucha gente hace fotos. Pero lograr que detrás de la cámara haya un ojo crítico, una mirada distinta, es una tarea difícil. Pero creo que se puede plantear a través de la docencia.

 ¿Que significó ese ensayo, este trabajo de salir a hablar con los vecinos y se conoce como “El barrio-la cuadra-la casa”?

 Yo estoy estudiando en el ARGRA y de allí surge la idea de hacer un trabajo donde cada uno pueda mostrar el barrio. La consigna fue tomar a los vecinos del barrio, proponerles participar en una actividad distinta. Desarrollar por un rato, durante la sección fotográfica, hacer el laburo que hacia el tipo de al lado, modificar los roles. Y de esa manera volcar lo que sucedía a nivel general de un barrio, la interrelación y donde se genera una personalidad propia. Cada barrio tiene una personalidad. El que trabaja en el supermercado se convierte en el mecánico. El peluquero se convierte en ferretero, etc

Aborde ese trabajo con temor, pero lo sorprendente es que la gente aceptó la propuesta, prestaron sus lugares de trabajo como fueron los modelos. Para darte una idea, el mecánico no participó pero me prestó el taller. Noté ganas de compartir. Y lo que se logró en este trabajo fue romper con el individualismo propuesto desde los medios masivos. Noté muchas ganas de participar.

 ¿Cómo ves la explotación del recurso humano, de apropiarse del saber? Algo que sucede en tu profesión muy a menudo.

 Creo que pasa en todas las disciplinas, es preocupante. Si una persona que hace fotoperiodismo, trabaja en un medio que le pauta las fotos que tiene que sacar y lo publica con el nombre del medio, ahí se genera ese modo perverso. El tipo que te da el billete es el tipo que te aniquila. Lo veo en mis compañeros. El fotoperiodista busca meterse en un medio que le permita ganarse el mango para vivir. Fíjate que lo hacen los grandes medios: plantean como una cuestión pluralista del pueblo con la prensa, que convocan a que manden sus fotos que van a ser subidas al portal. Es una mentira, y eso es aniquilar el trabajo del fotógrafo.

 ¿Qué crees que se puede hacer?

 Yo creo que esto se puede modificar y es necesario que lo hagamos. Lo que podemos hacer es entender que existen otros medios, que somos una pieza importante, tanto periodistas, fotógrafos. Creo en un proyecto que pueda ser compartido con varios compañeros, donde se desarrolle el fotoperiodismo como una función social por fuera de los medios masivos. Hay muchas experiencias de prensa zonal, de espacios comunitarios.

La capacitación nos va a permitir canalizan las ideas que tenemos. Lo que nos intentan transmitir que vos sos un mero espectador. Creo que se puede romper con eso y todos desde nuestro lugar pueden aportar. Estoy en una fase de mi vida que recurro a la actividad interdisciplinaria, estoy convencido de esto. Vos sabes de esto, el de enfrente sabe otra cosa, yo sé esto, juntémonos a charlar, hagamos algo que de esto vamos a sacar una idea conjunta. En esa participación se obtienen resultados.

 Fuente: www.laorejaquepiensa.com.ar.
(**) Josef Koudelka nace en 1938 en Checoslovaquia. Fotógrafo
(***) Brassai pseudónimo de Gyula Halász (1899 - 1984), fue fotógrafo húngaro conocido por sus trabajos sobre Paris, ciudad donde desarrolló su carrera.