Dos vehículos cargados de explosivos estallaron el 11 de mayo de 2013 en Reyhanli, pequeña ciudad del sudeste de Turquía situada a sólo 8 kilómetros de la frontera siria y a la que han llegado numerosos refugiados sirios. Las explosiones dejaron 51 muertos y más de 100 heridos.

El gobierno turco acusa a los servicios secretos sirios de haber perpetrado los atentados terroristas de Reyhanli. Según los resultados preliminares de la investigación turca, varios miembros de un servicio secreto estarían vinculados a los atentados. El viceprimer ministro turco, Besir Atalay, declaró que casi todas las personas vinculadas a los atentados han sido identificadas. Según fuentes divergentes, entre 5 y 10 personas han sido arrestadas.

El ministro turco de Relaciones Exteriores ya proclamó que su país está en su derecho de dar «cualquier tipo de respuesta» [a Siria]. Por su parte, el primer ministro hizo notar que los atentados pueden ser también una provocación ya que cerca de 25 000 refugiados sirios viven en la ciudad afectada. El jefe del gobierno turco no excluye que adversarios de la reconciliación nacional siria sean los autores de los atentados.

Damasco declaró que el poder sirio nada tiene que ver con esos hechos. En una comparecencia en vivo ante las cámaras de la televisión nacional, el ministro sirio de Información Omran al-Zoubi subrayó que «nadie tiene derecho a emitir acusaciones falsas».

El 11 de mayo de 2013, unas 40 personas murieron y más de 100 resultaron heridas en dos explosiones en la ciudad turca de Reyhanli, cerca de la frontera con Siria. Dos coches-bomba habían estallado en lugares céntricos de esa ciudad –uno frente a la alcaldía y otro delante de la oficina de correos. Horas después ciudadanos turcos atacaron el campamento de refugiados sirios.

Por supuesto, Estados Unidos condenó los atentados. Al expresar sus condolencias a las familias de las víctimas de los atentados, el secretario de Estado John Kerry dijo que la noticia de las explosiones había causado «mucho dolor» en Washington.

Anders Fog Rasmussen, el secretario general de la OTAN, también expresó su apoyo a las víctimas. Pero no se ha hablado, hasta ahora, de hacer ninguna reunión urgente de la alianza atlántica sobre esos atentados. Los representantes de la OTAN precisaron que no se han previsto acciones comunes en respuesta a los atentados pero que la alianza está en espera de un informe detallado de los turcos sobre esos hechos.

Alexei Pushkov, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del parlamento ruso, había vaticinado el día anterior que [Occidente y Turquía] culparían a Siria. Y así sucedió.

Algunos especialistas estiman que las explosiones de Reyhanli pueden convertir la guerra civil siria en un conflicto internacional. Pero Said Gafurov, director científico del Instituto de Estudios del Oriente y África, señala, en entrevista concedida a Odnako, que es poco probable, por el momento, que se produzcan acciones militares directas de parte de Turquía:

«No excluyo la posibilidad de que Turquía emprenda una respuesta militar pero pienso que es poco probable. Ante todo, Siria no tiene nada que ver con esos hechos y, por demás, todo el mundo se da cuenta de ello, tanto en Turquía como en Siria. Lo más importante es que eso lo entiende muy bien el mando de las fuerzas armadas turcas, que no tiene ganas de embarcarse en una guerra impopular contra Siria. Como también sabe que si, por desgracia, las autoridades políticas lo obligan a entrar en guerra contra los sirios, rápidamente se producirá un motín en la retaguardia de los turcos. Y no serán los kurdos los únicos en rebelarse (a pesar de que ya hay negociaciones con ellos) sino también los alauitas, que constituyen gran parte de la población de la Turquía rural y precisamente de la Anatolia oriental. Así que tendrían un incendio en la retaguardia y las divisiones turcas se verían rodeadas de enemigos. Es por eso que el ejército no quiere embarcarse en esa guerra.

Además, Turquía es miembro de la OTAN. Pero la OTAN ya declaró, por boca de su jefe Rasmussen, que no participará en el conflicto fuera del marco de una decisión del Consejo de Seguridad [de la ONU], donde las posiciones de Rusia y China siguen siendo las mismas.

Y, para terminar, los sirios no tiene realmente nada que ver [con los atentados]. Evidentemente, Erdogan puede tratar de modificar algo, sobre todo con la esperanza de una guerrita relámpago, pero el problema viene del hecho que no logrará una guerrita victoriosa. Además, durante su campaña por el poder su principal consigna electoral era “cero problemas con los vecinos”. Y ahora tiene problemas con todos los países que tienen fronteras con Turquía: Grecia, Irak, Siria, Armenia, etc.

Ese atentado es un hecho interno de Turquía. Pienso que existe el peligro de que suceda en Turquía –al menos en su parte oriental– lo mismo que en Líbano o en Siria, o sea una guerra civil intercomunitaria, no tanto basada en la religión (en principio, los alauitas son gente pacífica que no pregonan su religiosidad) sino en la cuestión étnica. En esa misma provincia de Hatay, en Alejandreta [Iskenderun], hay muchos árabes de distintas religiones, hay kurdos, turkmenios... Y si funciona la provocación y se llega a saber cuál de las partes turcas en conflicto organizó las explosiones, hay una fuerte probabilidad de que la gente contraataque para vengarse.

Por otro lado, Turquía no tiene una situación económica tan buena. O sea que el milagro económico turco que Erdogan había alcanzado cuando aplicaba una política comedida está actualmente en peligro. Por ejemplo, extrañamente, la ruptura de los intercambios comerciales y económicos con Siria ha afectado sobre todo precisamente a la parte del país que apoya a Erdogan, no a Estambul sino a las provincias interiores. Por un lado, la guerra aumenta el crédito de manera evidente. Por el otro, todo puede volverse en contra.

Así que el único argumento en apoyo de la hipótesis de que Erdogan emprenda la guerra sería una decisión estrictamente personal para aumentar sus posibilidades electorales. Pero la oposición sería tan grande en el seno de la administración turca –en la élite política y militar, los partidos en el poder y la oposición– que no sucederá nada grave. Los turcos no son tan tontos como para atacar Siria sin garantizar [que tendrán] el apoyo de todo el bloque de la OTAN.»

Fuente
Оdnako (Rusia)

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Louis-Benoît Greffe