Según el diario libanés As-Safir, el anuncio por el emir de Qatar de su intención de dejar el trono en manos de su hijo Tamim no se debe al estado de salud del actual emir sino a presiones de Estados Unidos.

Después de haber «descubierto» las maniobras clandestinas de la micromonarquía qatarí, así como una serie de transacciones financieras ilegales, Estados Unidos parece haber empujado al monarca hacia la puerta de salida, al igual que su primer ministro, imponiéndole además la nominación de su hijo Tammim como sucesor.

La transmisión del poder tendrá lugar a principios de agosto y modificará profundamente la coyuntura regional. Qatar era el proveedor de fondos de la Hermandad Musulmana y de la guerra contra Siria.