El cargo de ministro del Interior se asemeja al de capitán de un barco: muere al mando de su nave o supera la fiereza del mar para arribar sano y salvo a puerto seguro. Difícil, aquí o en la Cochinchina, entender que un funcionario cuestionadísimo en ese portafolio, parta a la Ciudad Luz desde el 2 de los corrientes y con propósitos que llaman a más de una reflexión.
En efecto, la Agencia Oficial Andina en su despacho del 2 de los corrientes y bajo el título:
Pedraza viaja a Francia para concretar cooperación antidrogas y en seguridad
Lima, julio 2 (ANDINA) El ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, viaja hoy a Francia para concretar la cooperación técnica entre su portafolio y las autoridades de dicho país en temas como lucha contra las drogas, mantenimiento del orden público, seguridad ciudadana y capacitación técnica de los pilotos de aeronaves."
Importante recordar, de ahora en adelante, que fueron también a ese viaje el viceministro de Gestión Institucional, Roberto Reynoso Peñaherrera y un representante de la Policía Nacional y de acuerdo a lo contenido en la Resolución Suprema 221-2013-PCM, publicada en el boletín de Normas Legales del Diario Oficial El Peruano.
Y como recién regresarán el 7, entonces se encargó la cartera del Interior al ministro de Defensa, Pedro Cateriano, abogado como también lo son Wilfredo Pedraza y Roberto Reynoso Peñaherrera. Pareciera ser que en los tiempos actuales y para mirar escrupulosamente cualquier clase de convenio o la letra escondida o menuda que casi nunca se ve, en los ámbitos de Defensa y del Interior, se da preferencia a abogados.
En noviembre del 2012 estuvo por Francia el presidente Humala y la coordinación como es obvio y así debe ser con todos los funcionarios oficiales del Estado peruano estuvo a cargo de la actual embajadora Cristina Velita, obstetra de profesión. A todas luces resulta muy interesante saber qué buenos oficios cumplió aquella para con la visita de Pedraza y Reynoso.
Como habrá notado el lector, París, Ciudad Luz, ejerce un atractivo irresistible para los peruanos, allí sirvió varios años como agregado militar el hoy presidente Ollanta Humala cuando ejercía la embajada Javier Pérez de Cuéllar y allí, también, nació la vinculación que hizo de Cristina Velita, la eficiente funcionaria a cargo de la representación peruana en la nación gala.
Hasta donde se sabe el tema referido a las drogas en buena parte del mundo y aquí también, se suele manejar en coordinación -por llamarla de algún modo- del gobierno peruano con la DEA, Drug Enforcement Agency, de Estados Unidos que otorga desde calificaciones que nos hacen pasibles de millones de dólares o denegatorias si se descuidan los comportamientos que exige.
Lo más cercano que se sabía acerca de Francia y las drogas fue materia de una extraordinaria película de los años 70, Contacto en Francia I y II con la actuación sobresaliente de Gene Hackman. Como los tiempos evolucionan, ahora la globalización también abarca el submundo nefasto de las drogas y el tema es reconocible urbi et orbi. Ese parece haber sido el espíritu del acuerdo técnico de supervisión y cooperación suscrito el 28 de enero entre el Ministerio del Interior y su par de Defensa de Francia.
Cuando las papas queman y el miedo recorre en forma de asesinos impúdicos que matan a sus víctimas a balazo sucio frente a cámaras y en lugares públicos, es difícil entender que el ministro Wilfredo Pedraza haya ido a Francia a pedir consejos o a tomar conocimiento en torno a seguridad ciudadana a París. El capitán del barco timonea la nave, supera la braveza de un mar encrespado o se hunde en el intento. NO se va al otro lado del mundo para buscar consejos o manuales -en francés- para ver cómo atajamos a los pistoleros, secuestradores y violadores que se pasean por las calles y avenidas de todo el Perú.
Pocos años atrás París ardió literalmente por acción de vándalos y salvajes que quemaron miles de autos y se identificó a los autores como hijos o nietos, sobre todo, de inmigrantes africanos o no franceses. Poco o casi nada pudo hacer la policía gala frente a sucesos de tan grave magnitud. ¿Creerá el ministro Pedraza que aquellos son los más autorizados para darle consejo de cómo manejar el sinfín de huelgas, paros, desórdenes e irregularidades en Perú de sur a norte y de oeste a este? A simple vista el asunto parece una pérdida de tiempo.
Buena parte de las aeronaves en Perú son de procedencia rusa. Si el señor Pedraza requería de capacitación técnica para los pilotos, entonces debió haber ido a Rusia o a alguno de esos países cercanos por la razón monda y lironda de origen de los aviones que aquí operan.
¿Tan buenos son estos abogados que no sólo saben de temas del Interior, Defensa, capacitación aeronáutica táctica y etc? ¿qué más sorpresas nos develará el ministro a su retorno?
Volvemos a una pregunta que desafía la lógica: ¿qué hace un ministro casi con el cuello ante la guillotina viajando para -según dice la crónica oficial- tomar contacto para materias tan urticantes como seguridad ciudadana, lucha contra las drogas, aeronavegación táctica?
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