Equilibrado es el único presupuesto bueno

Tenemos ofertas políticas para todos los gustos, con la finalidad de alcanzar el sillón presidencial. Los candidatos hacen propuestas para captar votos, tienen que ver directa o indirectamente con incrementar los egresos de la caja fiscal, aumento del gasto público o disminución de impuestos que bajarían los ingresos tributarios el 2016, pudiendo incrementar el déficit fiscal o sea ofertas raras que no han dado resultados cuando se han practicado, claro no en el escritorio. Olvidan al padre de la economía moderna Adam Smith que decía “El único presupuesto bueno es el presupuesto equilibrado”.

Ningún candidato es claro ni sustenta con cifras, las alternativas planteadas para solucionar problemas de los votantes ya sean inversores privados y/o consumidores. Por ejemplo no se trata a profundidad la problemática de la inseguridad ciudadana y la corrupción generalizada, reformarlo y cómo tener un Poder Judicial ecuánime para generar confianza, mejorar la calidad de la atención de la salud pública ESSALUD, la reforma integral de la SUNAT por su manera de recaudar y su ineficiente personal, hablan a medias tintas sobre estos temas, pero propuestas concretas que pueden ser realidad no mencionan.

No dicen cómo combatir el narcotráfico que corrompe a nuestra juventud, se alegran porque antes éramos los primeros y ahora el segundo productor de hoja de coca del mundo y en nuestra economía se mueve $ 2000 millones anuales, y felicitan a DEVIDA no sabemos ¿por qué?, seguramente por dedicarse a transferir dinero y gastos superfluos en consultorías caras que no dan ningún resultado con S/. 50 millones anuales en acciones sin producto, se han olvidado de la minería ilegal y artesanal que mueve $ 2900 millones al año, el lavado de activos $ 6000 millones entre otros problemas.

Incluso hay un candidato que habla con desconocimiento de nuestra historia económica de la época de la hiperinflación 1985–1990 que fue un bochornoso hecho económico mundial (donde los precios de los alimentos subían diariamente como una espiral sin tope contra el poder adquisitivo de la moneda que generó escasez y desempleo acompañado con recesión y el país casi quedó al borde del abismo y/o quiebra con niveles de pobreza extrema de la cual nunca nos recuperaremos), provocada por otro candidato, promete controlar precios o que en su lenguaje propio de ser diferente, llama defender precios justos al consumidor, olvidándose, por ejemplo, de los micro y pequeños productores agrarios cuyos precios de productos que ofertan en el mercado son bajos y con mínimos niveles de rentabilidad que les resta competitividad por falta, entre otros, de tecnología y asistencia técnica caso productos de Sierra y Selva.

Hay naturalmente una serie de contradicciones, por ejemplo a los que dicen bajar el impuesto general a las ventas IGV por un tiempo, el actual ministro de Economía y Finanzas les recordó que ya dispuso una rebaja de impuestos a fines del 2014 y refiere que ahora “ya no hay espacio para nuevas rebajas de impuestos”, ante la caída de la recaudación tributaria.

¿Cómo hacemos para evitar tantas mentiras ofertadas en campaña como cuando se nos dijo que estábamos “ante el milagro peruano” y que nuestro crecimiento sería permanente, y que ahora el 2015 con una economía en desaceleración PBI 2.9%, luego de haber crecido 2007 8.9% y el 2008 9.8% se nos dice que la economía se manejó mal, lo que jamás estuvo proyectado por los gurúes economistas de la tecnocracia del MEF que prometieron las reformas de segunda generación? Olvidaron al premio Nobel Paul Samuelson que sostenía que la “economía no es una ciencia exacta. Cualquier pronóstico basado en evidencia puede ser horriblemente malo”.

Sin embargo cuando asumen el poder dicen con descaro a la población, que no se puede ejecutar lo prometido porque se generaría incremento del déficit fiscal, desaceleración y estancamiento económico o recesión, caída del PBI, con un posible rebrote inflacionario y que esperen los electores a que todo mejore o sea dentro de 5 años al 2021.

Nadie lo dice o lo consideran iluso proponer por consenso técnico y político un Plan Estratégico de Desarrollo Nacional Técnico que esté conformado por programas y proyectos, con variables que tengan gastos racionales y eficientemente redistribuidos que contengan metas y acciones concretas para promover un crecimiento sostenido del PBI nacional que no baje del 4%. Dicho Plan debe dar prioridad a implantar una verdadera economía social de mercado, al crecimiento descentralizado de nuestra economía con metas realistas de mediano y largo plazo, atacando los principales problemas estructurales falta de empleo de calidad, eliminación de la extrema pobreza y mejora de la productividad. Distribuyendo equitativamente el gasto público y cortando radicalmente los gastos superfluos del Estado caso el gasto de las Fuerzas Armadas ¿Para qué sirve realmente?

Es necesario recomendar a los economistas y técnicos que vienen asesorando a los candidatos, honestidad en sus propuestas y que no olviden que lo que debe primar es lo técnico, pero no se trata de engañar a una población deseosa de bienestar y de tener un Estado pequeño que cumpla con sus obligaciones constitucionales básicas. No olvidar a Laurence Peter cuando decía: “Un economista es un experto que sabrá mañana por qué las cosas que predijo ayer no han sucedido hoy”.

Las promesas deben demostrarse en cifras para evitar ofertas como el balón de gas que bajaría a S/. 12 soles y en el Cusco cuesta actualmente S/. 45 soles, lo que fue una mentira más. Otro tema es los que creían en los Organismos Reguladores y que ahora que postulan como candidatos nos dicen que no cumplen bien con su función y están limitados en su accionar Ositran, Osinergmin, Sunass, Osiptel, (el precio de los servicios telefónicos suben, los servicios de luz y agua también, la atención es mala y deficiente ver casos de ESSALUD y las AFP´s) y todavía en defensa del consumidor y el libre mercado, actualmente se preguntan por qué no baja más el precio de la gasolina si el petróleo ha bajado de $ 133.9 a $ 34 está barato y no saben ellos mismos qué responder, solo nos envían al burocratizado e inexperto INDECOPI. Si hablamos de las AFP´s ya es el colmo, los pensionistas pasan mil suplicios para que les devuelvan sus ahorros que es el esfuerzo de toda su vida, a pesar que muchos de ellos tienen enfermedades terminales y casi siempre la rentabilidad que éstas ofrecen son bajas y con pérdidas, ojo que el oligopolio de las AFP´s administra S/. 125,051 millones.

La tecnocracia no debe perder la oportunidad de ayudar a cambiar al país en vez de seguir mejorando únicamente ellos en su propia posición social en cargos de confianza, claro del Estado. Hagamos algo, el Perú lo necesita.