El 24 de marzo de 1999, el Senado italiano reanudó sus sesiones a las 20:35 con una comunicación ‎de Sergio Mattarella, el entonces vicepresidente del gobierno D’Alema (Ulivo, Pdci, Udeur): ‎‎«Honorables senadores, como han informado las agencias de prensa, a las 18:45 han comenzado ‎las operaciones de la OTAN».‎

En aquel momento, las bombas de los F-16 de 31er escuadrón estadounidense, que habían ‎despegado desde Aviano (Italia), ya habían golpeado (las ciudades) de Pristina y Belgrado y estaban ‎llegando nuevas oleadas de cazabombarderos de Estados Unidos y de sus aliados, también ‎provenientes de bases italianas. ‎

En violación de los artículos 11, 78 y 87 de su Constitución, Italia se veía así implicada en una ‎guerra, que el gobierno italiano anunciaba al parlamento después que las agencias de prensa y ‎después de iniciadas las operaciones. ‎

Veinte días antes del ataque contra Yugoslavia, el primer ministro Massimo d’Alema –como ‎él mismo contara en una entrevista publicada el 24 de marzo de 2009 en Il Reformista– había ‎viajado a Washington, convocado por el presidente Bill Clinton, quien le hizo la siguiente ‎proposición: «Italia está tan cerca del escenario de guerra que ni siquiera le pedimos participar ‎en las operaciones militares. Basta con que ustedes pongan a disposición sus bases.»‎

D’Alema les respondió con orgullo: «Asumiremos nuestras responsabilidades por igual con los ‎demás países de la Alianza». O sea, que Italia pondría no sólo sus bases sino también sus ‎cazabombarderos a disposición de la guerra contra Yugoslavia. En total, 54 aviones italianos ‎participaron en los bombardeos, atacando los objetivos que el Mando estadounidense ‎indicaba. ‎

‎«Era moralmente justo y era también la manera de ejercer plenamente nuestro papel», explica ‎D’Alema en la entrevista. ‎«En cantidad de aviones fuimos segundos, sólo después de ‎Estados Unidos. Italia es un gran país y no hay que sorprenderse del compromiso mostrado en ‎esta guerra», había declarado en junio de 1999 en su calidad de primer ministro, afirmando ‎además que, para los pilotos, aquello había sido «una gran experiencia humana y profesional».‎

Italia desempeño así un papel de primera importancia en la guerra contra Yugoslavia. Desde las ‎bases italianas despegó la mayor parte de los 1 100 aviones que, en 78 días, realizaron 38 000 ‎misiones aéreas contra Yugoslavia, lanzando 23 000 bombas y misiles (gran parte con uranio ‎empobrecido) sobre Serbia y la región de Kosovo. ‎

Así se activó y se puso a prueba todo el sistema de bases militares de Estados Unidos y la OTAN ‎en Italia, preparando a la vez su perfeccionamiento para las guerras venideras. La siguiente fue ‎la agresión contra Libia, en 2011. ‎

Durante la guerra contra Yugoslavia, el gobierno D’Alema participó en la cumbre de la OTAN ‎realizada en Washington del 23 al 25 de abril de 1999, encuentro donde se declaró operativo el ‎‎«Nuevo Concepto Estratégico» que convierte la OTAN en una alianza que compromete sus ‎países miembros a «realizar operaciones de respuesta a las crisis no previstas en el artículo 5, ‎fuera del territorio de la Alianza». ‎

Allí comienza la expansión de la OTAN hacia el este. En 20 años, después de haber destruido la ‎República Federal de Yugoslavia, la OTAN se extiende de 16 a 29 Estados (30 si se incluye Macedonia), y ‎avanza cada vez más hacia las fronteras de Rusia. ‎

Hoy en día, el «área atlántico-norte» se extiende hasta las montañas de Afganistán. Y allí están ‎los soldados italianos, confirmando lo que D’Alema definía con orgullo como «el nuevo status ‎de gran país», conquistado por Italia hace 20 años con su participación en la destrucción de un ‎país que no había atacado o amenazado a Italia ni a sus aliados. ‎

La guerra contra Yugoslavia será uno de los temas del Coloquio Internacional sobre los ‎‎70 años de la OTAN

El tema “Yugoslavia: hace 20 años, la guerra que fundó la nueva OTAN” se abordará, incluso con ‎documentación audiovisual, en el Coloquio Internacional “Los 70 años de la OTAN. ¿Cuál es el ‎balance histórico? Salir de la guerra ya”, que se desarrollará en Florencia (Italia) el 7 de abril, en ‎el Cinema Teatro Odeon, Piazza Strozzi (horario de las 10 hasta las 15 o las 18 horas).
Entre los demás temas de este Coloquio estará “Europa en primera línea de la confrontación ‎nuclear”.‎

Intervendrán M. Chossudovsky, director de Global Research (Canadá); V. Kozin, experto en temas ‎político-militares del ministerio de Exteriores de Rusia; Z. Jovanovic, presidente del Foro de ‎Belgrado (Serbia); D. Johnstone, ensayista (Estados Unidos) y P. Craig Roberts, editorialista ‎‎(Estados Unidos).
Entre los participantes italianos estarán A. Zanotelli, G. Strada, F. Cardini, F. ‎Mini, G. Chiesa, A. Negri, T. Di Francesco, M. Dinucci.‎

Organizadores: Comitato No Guerra No NATO y Global Research, con Pax Christi, Comboniani, ‎WILPF y otras asociaciones.

Para participar en el Coloquio (la entrada es libre) sírvase comunicar ‎su nombre y dirección a G. Padovano (email giuseppepadovano.gp@gmail.com, teléfono 393 998 ‎‎3462)

Fuente
Il Manifesto (Italia)

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio