Al intervenir por videoconferencia ante la Asamblea General de la ONU, el 29 de septiembre ‎de 2020, el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, se dio el lujo de jugar cruelmente con ‎los nervios de la población libanesa [1].‎

Al referirse a la gigantesca explosión que arrasó el puerto de Beirut y parte de la ciudad, el 4 de ‎agosto de 2020, Netanyahu designó lo que podría ser el epicentro de un próximo hecho similar –en Jnah, un suburbio de Beirut– donde, según afirmó, habría un depósito de armas del ‎Hezbollah a 50 metros de una gasolinera. ‎

Inmediatamente, el ejército israelí divulgó fotos aéreas del blanco designado por Netanyahu y de ‎otros más en el sur del Líbano. ‎

El secretario general del Hezbollah, Hassan Nasrallah, respondió anunciando que se organizará ‎de inmediato una visita de la prensa al lugar señalado por Netanyahu para que los periodistas ‎puedan comprobar personalmente que el primer ministro de Israel mintió nuevamente a la ‎Asamblea General de la ONU. ‎

[1«Intervención de Benyamin Netanyahu en ‎el 75º periodo de sesiones de la Asamblea ‎General de la ONU», por Benyamin Netanyahu, ‎‎Red Voltaire, 29 de septiembre de 2020.