La asociación británica Full Fact ha creado una coalición que reúne por un lado una serie de ‎ministerios del Reino Unido y Canadá y ciertos gigantes de la información (Facebook, Twitter, ‎Google-YouTube y la agencia de prensa Reuters) para luchar contra la “desinformación” en las ‎redes anglófonas de internet. ‎

Hoy en día los gobiernos de casi todas las grandes potencias disponen de un servicio especializado ‎para garantizar la difusión de su propaganda en internet –desde la Primera Guerra Mundial, ‎los británicos fueron siempre los más eficaces en la divulgación de su propaganda a través de los ‎medios de difusión [1].‎

Algunos periodistas británicos ven la información desde un punto de vista estrictamente binario, ‎creyendo que siempre será cierta o falsa, y se dan a la tarea de buscar los errores que pueden ‎lastrarla –principalmente la difusión de afirmaciones falsas– en el sentido de que no corresponden ‎a la realidad de los hechos. Esos periodistas pretenden así hacer en horas lo que los tribunales ‎sólo logran resolver al cabo de meses de trabajo, cuando son llamados a pronunciarse sobre casos de ‎difamación, los cuales exigen una comprobación precisa de la realidad de los hechos para hallar ‎la verdad. ‎

En la práctica, si bien es posible y necesario descubrir las imputaciones erróneas, eso no quiere ‎decir que sea fácil determinar la exactitud de los hechos. ‎

El único antídoto contra la desinformación es el espíritu crítico, que exige cultura general ‎y tiempo. Lo único que puede hacerse rápidamente es verificar la lógica de los “hechos” que ‎se reportan [2]. ‎

Sin eso, no se lucha contra la desinformación sino que, al contrario, se alimenta la ‎desinformación en nombre de un supuesto “consenso”. ‎

[1«Las técnicas de la propaganda militar moderna», ‎por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 de mayo de 2016.

[2«Propaganda y postverdad», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 5 de noviembre de 2019.