En 2019, Twitter censuró cuentas en Irán, Arabia Saudita, Rusia, Bangladesh y España ‎para ‎bloquear la difusión de «informaciones respaldadas por Estados». ‎

También en 2019, Twitter comenzó a bloquear cuentas institucionales. En Venezuela, ‎Twitter ‎bloqueó las cuentas del Banco Central de Venezuela (BCV), de la Fuerza Armada ‎Nacional ‎Bolivariana (FANB, el ejército regular de Venezuela), la cuenta de la oficina de prensa de ‎la ‎presidencia de la República Bolivariana y la del ministerio venezolano de Finanzas. ‎

En 2020, Twitter firmó con el gobierno británico un acuerdo para luchar contra las ‎‎«mentiras» ‎‎(sic). ‎

Poco después, esa red social se inmiscuyó en la campaña presidencial ‎estadounidense ‎censurando todos los mensajes sobre la corrupción de Hunter Biden, hijo del ‎entonces candidato ‎a la presidencia Joe Biden, y también sobre la corrupción del ahora flamante ‎inquilino de la ‎Casa Blanca. Entre los mensajes sobre ese asunto censurados por Twitter ‎estuvieron los del ‎‎New York Post [1].‎

Después de la irrupción de manifestantes en el Capitolio de Washington –el 6 de enero de 2021–‎‎, ‎Twitter censuró 70 000 cuentas de partidarios de Donald Trump, la cuenta personal del propio ‎Trump e ‎incluso la cuenta del presidente de Estados Unidos (POTUS), naturalmente utilizada por ‎el ‎entonces presidente saliente. ‎

Ahora, Twitter acaba de cortar el acceso a la cuenta institucional de la nueva legislatura de ‎la ‎Asamblea Nacional de Venezuela porque Estados Unidos y sus aliados cuestionan la ‎legitimidad ‎de la elección legislativa venezolana realizada el 6 de diciembre pasado. En cambio, ‎mantiene activa la cuenta de Twitter utilizada por la anterior legislatura, cuyo mandato ‎constitucional ‎ya expiró, encabezada por el autoproclamado «presidente encargado» Juan ‎Guaidó, cuyo ‎mandato como parlamentario también expiró. ‎

Según la oficina del director de Twitter, Jack Dorsey, todas esas decisiones de censurar ‎cuentas ‎han sido tomadas por subordinados, el propio Dorsey no tiene nada que ver con esa ‎censura e ‎incluso deplora esas decisiones. Pero, también según su oficina, el señor Dorsey ‎no está ‎disponible para comentar personalmente esos hechos de censura. ‎

Miembro del Partido Republicano, Jack Dorsey ambiciona convertirse en alcalde de Nueva York ‎y ‎ya se implicó indirectamente en la vida pública en California. También lo hizo a nivel internacional: ‎es miembro del consejo de administración del Instituto Nicolas Berggruen, a través del ‎cual ‎milita por el libre comercio con China y dispone de “contactos” en los gobiernos de ‎Francia ‎y Alemania. ‎

Twitter, al igual que Facebook, comenzó censurando a personalidades catalogadas ‎como ‎‎«extremistas» sin que sus actos de censura fuesen objeto de críticas y ahora se da el lujo de ‎amordazar a ‎quien exprese o defienda opiniones contrarias al pensamiento «políticamente ‎correcto» y a quien cuestione las posturas y decisiones del establishment estadounidense. ‎