Washington está tratando ‎de redefinir su prioridad estratégica. El predecesor del presidente ‎Joe Biden –Donald Trump– ya había establecido que esa prioridad no debía ser la guerra contra el ‎‎«terrorismo» sino la competencia económica con China. El presidente Biden ahora busca precisar qué ‎tipo de cooperación sería posible en medio de esa competencia. ‎

Así que el Center for American Progress, principal think tank del Partido Demócrata, acaba de ‎publicar un informe sobre la creciente presencia de China en África [1]. ‎Dicho informe pretende rectificar el discurso de Estados Unidos introduciendo las siguientes ‎afirmaciones:‎
 Los africanos ven a Estados Unidos con tan buenos ojos como a China.‎
 Las actividades económicas de China en África no son únicamente extractivas y también crean ‎empleos.‎
 No hay pruebas de que China trate de usar las deudas como trampa diplomática pero la ‎transparencia es una preocupación importante.‎
 El financiamiento que el Estado chino les aporta ayuda las empresas chinas a dominar el ‎desarrollo de las infraestructuras de las telecomunicaciones en numerosos países africanos.‎
 La actividad comercial china afecta el medioambiente en muchos países de África. ‎