El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha obligado la OTAN a abandonar a los mercenarios ‎kurdos de la alianza en el norte de Siria. ‎

Anticipándose a la probable liberación de las familias de yihadistas que los grupos armados kurdos ‎respaldados por Washington y la OTAN aún retienen en territorios sirios bajo su control, Francia acaba de cambiar repentinamente su posición y ha comenzado a repatriar las mujeres ‎e hijos de yihadistas franceses, al parecer para poner esas personas a la ‎disposición de los tribunales franceses. ‎

El hecho que Washington y la OTAN hayan cedido ante la presión de Turquía –para que ese país no obstaculice la admisión de Finlandia y Suecia como nuevos miembros de la alianza atlántica– ‎podría traducirse en una próxima retirada de las fuerzas militares de Estados Unidos que permanecen ilegalmente en suelo sirio. ‎

Por su parte, el sitio web israelí DEBKAfile afirma que el 18 de junio la aviación rusa bombardeó la base ‎estadounidense de Al Tanf, en suelo sirio fronterizo con Irak. Eso evidencia que Moscú estima que las fuerzas de Estados Unidos ya tienen que retirarse no sólo del norte de Siria sino de ‎todo el país. ‎

Según diversas fuentes, el general estadounidense Michael Erik Kurilla (ver foto), jefe del ‎CentCom –el mando de las tropas de Estados Unidos en el Medio Oriente– habría tratado de ‎resumir la situación comparando a Rusia con «un perro sin collar». ‎