Se acaba de publicar el resultado de una investigación realizada a nivel nacional en Estados Unidos sobre la discriminación que existe entre la población de origen hispano de todo el país.

Según la encuesta el 83 % de los hispanos considera que la discriminación por parte de otros latinos es un grave y gran problema. Uno de cada seis de los entrevistados para la investigación dijo haber sufrido la experiencia de haber sido discriminado por otro hispano, según acaba de revelar el estudio realizado por la "Pew Hispanic Center" y el "Henry Kaiser Familiy Foundation" de Washington.
En la investigación se entrevistaron a hispanos de casi todos los países del continente que viven en Estados Unidos en calidad de emigrantes, haciéndose notar que no se trata de la discriminación que puedan sufrir en este país de parte de los norteamericanos blancos. Se trata concretamente de la discriminación entre los propios hispanos.

En Miami, por ejemplo, además de los que son de origen cubano, que constituyen la mayoría, viven colombianos, dominicanos, puertorriqueños, nicaragüenses por no hablar de los argentinos salvadoreños y venezolanos que también suman miles. Y para decir la verdad, es enteramente cierto que el espíritu de confraternidad es poco común entre los hispanos de las distintas nacionalidades.

Los cubanos, que fueron los primeros en llegar en grandes cantidades al sur de La Florida sentaron la pauta de agruparse por razones étnicas, cosa que ya habían hecho antes en New York y Chicago y otras grandes ciudades norteamericanas los italianos, los judíos o los polacos.

Copiando a la " Little Italy" fue que surgió la "Pequeña Habana" en el South West de Miami. Y quizás repitiendo los mismos vicios de los italianos, porque en lo de la Mafia newyorkina también hay copia papel carbón por estas tierras floridanas, con sus familias que controlan los negocios, la política y todo lo demás.

Los otros hispanos que arribaron a Miami siguieron el mismo patrón cubano. Es decir, constituyeron sus asociaciones compuestas exclusivamente por sus coterráneos, dando por resultado que existan perfectamente separados los puertorreriqueños, los colombianos, los nicaragüenses, los dominicanos y los cubanos. Con los haitianos ha ocurrido otro tanto. Viven aislados por la lengua y por el color de su piel. En fin que en vez de integrar una gran unidad dentro de la diversidad, los latinos se establecieron por separado dando resultado que aún cuando la población de origen hispano es muy numerosa, los cubanos que son los mas, se han apoderado de los instrumentos de poder político y económico de la ciudad, estableciendo una virtual discriminación de los otros grupos que hablan español.

El único esfuerzo por romper en el sur de La Florida con esa auto discriminación entre los hispanos ha sido la "Alianza Martiana", una organización integrada por igual por latinos de todos los orígenes que se califica de Martiana y Bolivariana con sus puertas abierta para todos los latinos sin discriminación para ninguno de los sectores nacionales que integran la gran familia americana.

Lo cierto es que existe la discriminación entre los propios hispanos. Y no vamos a negar, porque sería hipócrita hacerlo, que los cubanos han sido los primeros en llegar y también los primeros en discriminar. ¡ Cuantas veces no hemos escuchado a un cubano llamar "indio" o indígena" en tono despectivo a un centroamericano como si la arrogancia blanca fuera la que dictara la conducta. En esos casos habría que recordarle a ese discriminador cubano la popular poesía folklórica del recitador Luis Carbonell que repite como estrillo aquello de, "Y tu abuela donde está". Está escondida por negra en el cuarto de atrás.

Si condenable es la discriminación de los norteamericanos contra los latinos, peor es que entre nosotros los hispanos, los que somos de allá del sur, de la América de Bolívar, de San Martín, de Benito Juárez y José Martí nos discriminemos los unos a los otros. Eso, eso , no tiene perdón de Dios.