El encuentro, que fue instalado en un acto protocolar que encabezó el vicepresidente ejecutivo de Venezuela José Vicente Rangel, se extenderá hasta el viernes con la participación de más de un millar de parlamentarios, académicos, políticos, dirigentes campesinos, sindicales y empresariales y representantes de organismos multilaterales y de la sociedad civil.

En ese acto, realizado en el teatro Teresa Carreño, además de Rangel intervinieron el presidente del Grupo Venezolano del Parlatino, Walter Gavidia, el presidente de la Comisión de Deuda Social del organismo legislativo regional, Filinto Durán, y el líder indígena ecuatoriano Miguel Tankamash.

Rangel dio en nombre del presidente venezolano, Hugo Chávez, la bienvenida a los asistentes de esta tercera cumbre, que sigue a las similares realizadas en Caracas (junio 2001) y Barquisimeto (septiembre 2003).

El funcionario destacó como un «avance extraordinario» el impulso dado por estas cumbres a la redacción de la Carta Social para Latinoamérica y el debate sobre el desarrollo endógeno, como parte de un nuevo concepto de integración regional.

Rangel defendió los programas sociales que adelanta el gobierno venezolano -especialmente los dedicados a salud y educación- y dijo que desde su aplicación han permitido «rescatar a miles de venezolanos de la indignidad. Ese es el mayor logro del gobierno», resaltó.

«No hacemos caridad, la meta es transformar a los seres humanos que se han beneficiado con esos planes en personas dignas», explicó.

Rangel también admitió la existencia de una deuda social en su país a la cual agregó una «deuda política» que se acumuló debido a la ineptitud de los sectores que dirigieron la Nación antes de la llegada de Chávez al poder, en 1999.

Gavidia, por su parte, refirió que esta tercera cumbre invita al compromiso ético para revisar la exclusión, la pobreza y la defensa de los derechos humanos en el continente y abogó por que los pueblos pobres sean incorporados en los debates sobre los mecanismos para superar la exclusión. «No pueden ser testigos», dijo.

«Ojalá después de la cumbre, los pobres de América Latina recobren la esperanza de que con nuestros aportes vendrán días mejores», agregó.

En la misma línea, Filinto Durán reiteró que esta cumbre «se propone unir esfuerzos, voluntades y propósitos para sacar a nuestros países de la pobreza y el atraso».

El líder indígena Miguel Tankamash, fundador de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), propuso aprovechar la cumbre para borrar las «inútiles fronteras» que separan los países y considerar que «toda agresión a nuestros pueblos es una agresión contra todos».