La realidad del mundo es desalentadora: mil millones de seres humanos viven en el abandono: unos 180 millones de niñ@s sufren de malnutrición aguda, 1.5. millones de personas no tienen acceso a los servicios médicos primarios, ni al agua potable. y más de mil millones de adultos no saben leer ni escribir. Estas cifras, lejos de disminuir, aumentan

No son sólo cifras....

¿Qué significa que en el mundo vivan 800 millones de hambrientos? Incluso, que en Colombia haya 33 millones de pobres de los cuales, según las estadísticas más serias, 10 millones de compatriotas vivan por debajo del índice de la pobreza,...?

¿Qué significa que al menos 1.300 millones de seres luchan por sobrevivir con menos de un dólar por día y que en Colombia el 21% de la población -9 millones de personas- sobrevivan con esta cifra consumiendo menos de 1.500 calorías por día, cuando en los países desarrollados el promedio es de 3.390 calorías día?

¿A quiénes conmueven esas cifras? ¿Qué política gubernamental estratégica en Colombia se ha diseñado para resolver este problema de lesa humanidad, a sabiendas de las consecuencias negativas demostradas que tiene el hambre persistente sobre la salud, la inteligencia y el crecimiento integral de las personas?

Se requiere de una fuerte voluntad política y de un verdadero compromiso que permita, sin tocar los elementos esenciales del sistema capitalista financiar el desarrollo: Tasa del 0.1% de impuestos a las transacciones de la especulación financiera, la llamada Tasa Tobin, cuyo recaudo iría a un fondo mundial contra la pobreza (400 mil millones de dólares anuales). Tasas a la compra de armamentos. El cumplimiento del acuerdo por el cual los países más desarrollados sitúen un 0,7 % de su PIB como ayuda al desarrollo ( 160 mil millones de dólares anuales). La condonación de la deuda a los países subdesarrollados proveería la extraordinaria suma de 430 mil millones de dólares.

El hambre, un crimen de lesa humanidad

¿Por qué los seres humanos mueren de hambre siendo la producción de alimentos uno de los renglones más rentables de la economía? Aunque esta situación parece natural, responde a medidas e intereses de grupos de poder.

La historia nos lo permite comprender. El hambre ha funcionado como arma de guerra y aún sigue siendo así. Igual la pobreza. Es claro que el hambre y la pobreza son dos consecuencias desgraciadas del orden mundial imperante, comprometido en la construcción de una sociedad excluyente e injusta.

Estas consideraciones son importantes, más aun cuando datos de la economía mundial nos informan que la producción de alimentos es la de mayor valor en toda la producción mundial por ramas. Es de 3.5 billones de dólares, de los cuales el 17% está mercantilizado y el 83% está

en manos de pequeños productores y campesinos. La Misión de la OMC (Organización Mundial del Comercio) es aniquilar este 83%. El derecho a la alimentación está siendo violado y las medidas que toma la dirigencia del mundo apunta a que esto se profundizará. La soberanía alimentaria de nuestro pueblo está en riesgo de perderse totalmente.

Esta violación de un derecho histórico e inalienable, se traduce en beneficios políticos y económicos para algunos sectores o grupos privilegiados, principalmente de las multinacionales que controlan el mundo alimentario -Nestlè, Dole, Coca Cola, Unilever, Cargil, Chiquita, Brands, entre otras-. Con los acuerdos de libre comercio en ’negociación’ esta realidad se profundizará.

Esta realidad nos plantea un dilema que no podemos eludir: ¿Cómo disfrutar de lo que es nuestro? ¿Cómo garantizar el ejercicio pleno del derecho a la alimentación, mientras persisten situaciones concretas que lo impiden?

La alternativa jurídica

El Alimento, un derecho humano fundamental

Para entender el derecho a la alimentación como un Derecho Humano Fundamental, es necesario mirar los Derechos Humanos en su concepción holística. Es necesario entender los Derechos Humanos, Económicos, Sociales, Culturales, Ambientales, Civiles y políticos, como un todo, integrales, interdependientes, indivisibles y conexos.

No podemos pensar en el pleno goce del derecho a la salud o a la educación, o al pleno ejercicio de nuestras libertades, o al respeto y garantía del derecho a la vida, cuando una sociedad presenta índices de desnutrición o altas tasas de mortalidad infantil. No podemos pensar que una madre mal alimentada pueda parir hijos que puedan competir en igualdad de condiciones por el "libre" acceso a la educación o por el "libre" acceso al mercado laboral.

Pensar en el Alimento como un Derecho Humano nos lleva a pensar la relación directa que existe entre el acceso a la tierra, la economía y el hambre. Así mismo se hace obligatorio un análisis sobre la responsabilidad del Estado colombiano ante la ausencia de políticas concretas de lucha contra el hambre. En este sentido merecen atención particular los artículos 64, 65, 66 y 333 de nuestra Constitución Política.

Art. 64 Es deber del Estado promover el acceso progresivo a la propiedad de la tierra de los trabajadores agrarios, en forma individual o asociativa, y a los servicios de educación, salud, vivienda, seguridad social..., Comercialización de los productos, asistencia técnica y empresarial, con el fin de mejorar el ingreso y calidad de vida de los campesinos.

Art. 65. La producción de alimentos gozará de la especial protección del Estado. Para tal efecto, se otorgará prioridad al desarrollo integral de las actividades agrícolas, pecuarias, pesqueras......."

Art. 66 "Las disposiciones que se dicten en materia

crediticia podrán reglamentar las condiciones especiales del crédito agropecuario, teniendo en cuenta los ciclos de las cosechas y de los precios, como también los riesgos inherentes a la actividad y las calamidades ambientales.

Art. 333. La actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común....."

"...... La empresa, como base del desarrollo, tiene una función social que implica obligaciones. El Estado fortalecerá las organizaciones solidarias y estimulará el desarrollo empresarial....."

"... La ley delimitará el alcance de la libertad económica cuando así los exijan el interés social, el ambiente y el patrimonio cultural de la nación".

Colombia

Algunas causas que impiden el pleno goce del derecho a la alimentación:

1. Desempleo y ausencia de un salario digno

· Existen 4 millones de desempleados (20%) de la población económicamente activa (PEA)

· Siete millones de subempleados (35%) -trabajan 1 hora a la semana-

· Doce millones (60%) de los trabajadores tienen un empleo informal y flexibilizado.

· Solo 4 millones de trabajadores tienen un empleo formal -25% de la mano de obra. El 97% tienen un empleo inestable y solo el 3% llega a los10 años de antigüedad.

· 3.200.000 trabajadores -80%- devengan salarios precarios por debajo de $350.000 pesos mensuales

2. Destrucción de la capacidad de producción de alimentos

· A finales de 1980, la producción campesina abastecía el 73% del consumo nacional, ahora solo abastece el 48%

· Pasamos de importar 400 millones en 1990 a 1.600 millones en 1999 (de 700.000 a 7 millones de toneladas, especialmente de alimentos estratégicos (bienes básicos). Para el año 2003 aumentó sensiblemente a 9 millones de toneladas.

· No ha sido posible una distribución equitativa de la tierra.

· En los últimos cinco años se ha perdido un millón de hectáreas para la producción agrícola, debido a la concentración de la propiedad de la tierra.

· De 43 millones de hectáreas disponibles para cultivar, el 70% está en manos del 8% de los propietarios.

· Esta concentración ha contribuido al desplazamiento de 3 millones de connacionales, en su mayoría campesinos dueños de pequeñas propiedades ubicadas muy cercana a los mercados más importantes

· Se ha destruido, por medio del terror, una vía de desarrollo construida por los campesinos y pequeños y medianos productores.

· Importante mencionar los planes de fumigación que han destruido los cultivos de pan coger, así como la pérdida de producción causada por la sustitución violenta de los cultivos de uso "ilícito", por grandes extensiones sembradas de palma africana para la exportación.

· Se han destruido la producción de alimentos estratégicos -cereales, leguminosas, leche y carne. Las tierras más ricas del país (Sabana de Bogotá) están en manos de los floricultores y otras grandes empresas internacionales.

· Se fortalece el control de las transnacionales sobre productos básicos de exportación: café (Cargil, Nestlé, Kraft, Jacopsh); Banano (Del Monte, Chiquita Brands, Dole), Palma Africana (Unilever, Wr Grace), Caña De Azúcar (Ferruzzi, Tile And Lyte).

· Extensión sensible del hambre (no hay acceso a los alimentos). Los altos precios de los alimentos impiden su compra. Existe un monopolio en la producción y comercio de alimentos.

3. Incidencia de

los megaproyectos

· Los Megaproyectos (construcción de la infraestructura y producción de materia prima necesaria para exportar los recursos productivos de un país) son otra de las causas que generan el empobrecimiento y la hambruna de la población. Los cultivos de palma africana, especialmente en Bolívar, Orinoquia (Meta, Casanare, Vichada), Arauca. Cultivos que se desarrollan particularmente en zonas de control paramilitar.

· El agua recurso vital: la privatización de acueductos, la venta de tierras donde se encuentran los nacederos y la contaminación de ríos y quebradas con los desechos tóxicos de las empresas, sumado a la contaminación por las fumigaciones y demás agroquímicos que se utilizan en Colombia, agravan mucho más la situación.

El mayor reto de la humanidad: no dejarse matar de hambre

Construir resistencias en torno a los alimentos, es una alternativa que habla de recuperar el alimento como rito y cultura de los pueblos.

Nutrirnos con el alimento significa entender las diferentes dimensiones a través de las cuales la humanidad ha escrito su historia y a través de las cuales los seres humanos vivificamos nuestra existencia física, espiritual, cultural y social. El alimento como ritual que nutre lo han perpetuado nuestros pueblos ancestrales que siempre lo han recibido como un regalo de la Madre Tierra y que lo han cultivado invocando los espíritus de la luna, del sol, de la lluvia y de los vientos. El alimento ha sido en la historia motivo de grandes celebraciones, en torno a las cuales se comparten desde grandes decisiones de la vida política hasta las más sencillas anécdotas familiares.

Es un ritual social que cohesiona, teje y une.

Desde esta conexión con el alimento, es importante reflexionar sobre algunas empresas Transnacionales que con su ánimo de lucro, prisa y tecnología nos están robando el rito de nutrirnos, aglutinándonos alrededor de "comida basura" en sitios contaminados de ruido, plástico y latas, en donde la gente se atraganta en forma rápida y sin pérdida de tiempo para seguir produciendo. Nos proponemos también reflexionar sobre algunos discursos, entre ellos el de la conveniencia de remplazar las semillas nativas por las transgénicas, u otro tipo de propuestas que pretenden etiquetar el qué y el cómo alimentarnos, imponiendo sistemas de siembra y recolección que no atienden la vocación natural de la tierra y que inciden sobre la cultura alimentaria de los pueblos. Discursos que igualmente buscan imponer condiciones económicas, sociales y laborales que incluso ponen en riesgo la vida de algunos trabajadores en sus empresas.