Según las ultimas encuestas de cómo votarán los norteamericanos realizadas pocas horas antes de acudir a las urnas los datos indican un virtual empate entre el Presidente Republicano George Bush y su retador el Senador Demócrata Jon Kerry.

Quizás nunca antes en la historia moderna de la política en este país se haya producido una polarización tan extrema de la opinión pública como que tampoco ninguna otra campaña presidencial anterior haya estado matizada de tan fuerte rechazo a lo que representa para sus adversarios la imagen del candidato contrario.

Para los Republicanos John Kerry es poco menos que un "traidor" que de ser electo llevaría al país a la mano de sus enemigos, utilizando como argumento-denuncia la oposición que hiciera el Senador Kerry a que se continuara la guerra de Viet-Nam. Claro, que en ello obvian los Republicanos que mientras Kerry si fue a esa guerra, en la que ganó mas de una condecoración por su bravura en combate, en cambio el Presidente Bush eludió ir a Viet-Nam buscando refugio seguro en la reserva de la Fuerza Aérea del Estado de Alabama.

Los argumentos negativos de una y otra parte se han hecho sentir a lo largo de toda la campaña electoral en desplegados y costosos anuncios negativos publicados en la prensa, la radio y la televisión. Jamás, nunca antes se desarrolló en Estados Unidos publicidad política tan negativa y sucia como la que ha tenido lugar en estas elecciones presidenciales. En esta guerra electoral la primera baja en caer en combate ha sido la verdad.

Latinoamericanos en los EEUU informándose sobre las elecciones estadounidenses.

Cómo en la elección anterior, La Florida es uno de los campos de batalla decisivos en este proceso comicial del año 2004 ya que los 27 votos electorales de este Estado pueden significar la victoria tanto para Kerry como para Bush. En los comicios del año dos mil, el candidato Demócrata Al Gore, al suspenderse el conteo de los votos por orden de la entonces Secretaria de Estado de La Florida, la Republicana Catherine Harris, le regaló la victoria a Bush por 537 votos, lo que ha pasado a la historia como una "brava técnica," mas bien digna de una "República Bananera", al decir de los más imparciales observadores.

No es extraño entonces que para personas de intachable conducta ética como el ex presidente Jimmy Carter, este hay puesto el ojo en La Florida ante el fundado temor de que se produzca en este Estado lo que en Cuba se llamaba un "pucherazo electoral". Así están las cosas por acá a solo unas pocas horas antes de abrirse los colegios de votación este martes dos de noviembre bien temprano en la mañana.

Y cómo en aquellas elecciones del año dos mil, el voto cubano está jugando un papel fundamental para los Republicanos. Cuenta el presidente Bush, que con el apoyo de la extrema derecha cubana de Miami ganará el Estado de La Florida, lo que explica que ayer domingo viniera a Miami el Presidente a decir en un mitin en el centro de Convenciones de Coconut Grove la tantas veces repetida frase de "Viva Cuba Libre".

¿Bastará con eso para ganar el Estado de La Florida? ¿Y acaso no significará esa alianza expresa con la agenda delirante de la extrema derecha cubana de Miami un punto de rechazo por el resto de los hispanos de todo el país, que suman millones y que en nada se identifican con los cubanos extremistas del sur de La Florida? Me temo que al Presidente le va a salir el tiro por la culata en eso de jugarse la presidencia con la carta cubana extremista de Miami.

Mañana se decide en las urnas quien será el próximo Presidente de este país. Es importante para Estados Unidos, para el Mundo y para América Latina el resultado electoral de mañana martes. Como lo es también para Cuba, porque del resultado de las urnas en estas elecciones - Kerry o Bush-depende si en el futuro Cuba deja de ser o no un tema de campaña en las futuras elecciones norteamericanas.
¡Ha llegado pues, la hora de la verdad!