“Los Dueños de Venezuela” de Ernesto Carmona denuncia el poder mayor fáctico en Latinoamérica y el mundo.

Si en América Latina tenemos 220 millones de pobres y entre ellos 98 millones que viven en extrema pobreza, en el mismo territorio unos 25 multimillonarios poseen cada uno más de mil millones de dólares de fortuna personal, resaltándose así la contradicción básica y antagónica en estas economías mal llamadas emergentes.

Ese tema de una riqueza a todas luces inmoral y de su contrario, la miseria en que sobrevive el 44% de la población latinoamericana, es el tema central de un último libro del periodista chileno Ernesto Carmona Ulloa, quien recientemente publicó “Los dueños de Chile”. Ahora, en una segunda parte que desmiente el dicho, porque este texto iguala o supera al anterior, se trata de “Los dueños de Venezuela” con el subtítulo de “Economía, poder y medios comunicación en América Latina” (232 páginas). [1]

De inicio, nos aclara el autor que estamos ante un escrito periodístico, “un relato que corre la cortina para develar situaciones que están a la vista de todos, como el Mar Caribe, pero quizás por su misma aplastante evidencia se presentan como natural... y la paradoja es que son poco conocidas”. Puntualicemos nosotros que leemos un valioso ensayo que, estadística en mano, establece las relaciones de causalidad de esta real enfermedad catastrófica de nuestras sociedades, uno de cuyos síntomas es la mayúscula desigualdad en la distribución de los ingresos nacionales.

Uno de los valores de este trabajo radica en la exposición agregada de los fenómenos súper estructurales que se originan en aquel cimiento económico-social que es la variante actual del capitalismo denominada -con dudoso apelativo- libre mercado e inseparable de su gemelo ideológico, el neoliberalismo. Tal es el caso, muy bien expuesto, de los medios de comunicación, herramientas encargadas de una constante defensa a ultranza del sistema y tarea que cumplen a costa de un empobrecimiento evidente del ejercicio periodístico convertido de lleno en un aparato propagandístico.

El neoliberalismo se convirtió en una religión, monoteísta y excluyente, apunta Carmona, y remacha: “Los medios de comunicación no admiten críticas ni análisis del sagrado modelo neoconservador de sociedad. Las pantallas de televisión y los impresos rinden pleitesía a las decisiones del mercado y a las cifras macroeconómicas (...).El éxito de los países dependientes no se mide por los progresos de sus pueblos -que más bien van para atrás-, sino por las cifras de la macroeconomía”...

El título del libro se justifica, puesto que el origen, desarrollo y enigmas de la economía venezolana constituyen un eje central del estudio. Enhorabuena ya que la realidad de Venezuela, país en que el autor vivió 18 años, es en estos tiempos muy tergiversada con objetivos políticos contrarios al presidente Hugo Chávez. Así, nos enteramos, con acuciosa información, que el enorme desprestigio de los partidos políticos tradicionales, no tiene otro origen que el despilfarro con las utilidades del petróleo que practicaron en la etapa pre Chávez.

En el tinglado de quienes, en un país de riquezas naturales, llevaron a la pobreza a la mayoría de la población, aparecen los ricos, los Dueños de..., encabezados por Gustavo Cisneros, líder de un clan que controla empresas mediáticas y otras de diversa índole y quien surge hoy como una suerte de cabecilla, ora abierto, ora escondido, de la oposición contra Chávez. El exhaustivo análisis del papel abiertamente político e incluso sedicioso que los órganos de comunicación están practicando en Venezuela es uno de los numerosos aportes del escrito de Carmona.

Mas, Venezuela es hoy un país pleno de novedades positivas. En forma de contrapartida a la carencia de información veraz, anota el autor se registra “la aparición de variadas manifestaciones de prensa alternativa, pequeños periódicos, semanarios y quincenarios que han venido proliferando en todo el país. Hay más de 100 radioemisoras comunitarias que antes no existían, e incluso tres estaciones de TV”.

Otro efecto de respuesta al amañado periodismo de los grandes medios es el hecho novedoso de que el programa radio-televisivo semanal del presidente Chávez ha devenido en el de mayor sintonía del país. Y es que el presidente no sólo da cuenta de su gestión y de la Revolución Bolivariana, sino que además proporciona relevantes noticias que son exclusivas. Se afirma en Los Dueños..: “Aló Presidente es una suerte de show en vivo, en el que Chávez hace gala de sus condiciones naturales de animador y comunicador”.

Regresemos al tema central de la economía. En ese ámbito, Los Dueños.. no se limita a un ejercicio estadístico. “El poder real lo ejercen personas con nombre y apellidos” sostiene Carmona, y subraya: “El mundo está gobernado por unos pocos países ricos que controlan, además, esa suerte de senado mundial denominado Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, rellenado con algunos países chicos para que parezca democrático”.

Es un informe de la ONU emitido en 2002 el que advierte que el 1% más rico de la población mundial tiene ingresos iguales al del 57% más pobre. Existen entonces, unos “dueños del mundo” que son aproximadamente 587 individuos cuya actividad es vital en la mundializada economía del siglo XXI.

Cuando usted se entere de los grandes sucesos políticos, económicos o sociales de América Latina, puede estar seguro de que detrás de ellos, de manera directa o soslayada, se encuentra la mano de los 22 multimillonarios de este subcontinente, cuya nómina, con fortuna incluida, nos proporciona el notable texto Los Dueños de...

[1Carmona U. Ernesto, Los Dueños de Venezuela, Economía, poder y medios de comunicación en América Latina. Caracas, Fondo Editorial Question, 2004