Carlos Mendoza Potellá

Nuestra meta es diversificar los mercados, pero no se trata de la Guerra Fría. No se trata de la Rusia comunista ni de una Rusia enfrentada a los Estados Unidos, es una Rusia cuyo presidente ha dicho que su candidato es Bush. ¿Entonces cuál es el problema? Además en ese país están todas las transnacionales del petróleo, sostiene enfáticamente el embajador de Venezuela en Moscú, Carlos Mendoza Potellá.

Mendoza, antiguo embajador en Arabia Saudita, ex directivo de Petróleos de Venezuela, profesor universitario y economista petrolero, señala que, históricamente, las relaciones entre Venezuela y Rusia han sido cercanas a cero.

"Los intercambios comerciales entre ambos países no llegan a 40 millones de dólares. Creo que este año llegarán a más o menos 27 millones de dólares y que básicamente se explican por las compras de alúmina que hacen empresas rusas en el país. Venezuela, por su parte, le compra a Rusia cerca de ocho millones de dólares en productos químicos destinados a la industria farmacéutica. Estas son todas nuestras relaciones comerciales con el país más grande del mundo, donde cabemos 18 veces, donde existe multitud de posibilidades de negocios rentables para ambos países y para comerciantes e industriales de ambos países", señaló.

El embajador indicó que "hemos vivido de espaldas a Rusia por razones históricas y algunas de ellas relacionadas con la Guerra Fría, por razones de fidelidad perruna hacia Estados Unidos entre algunos sectores de la economía, en particular del sector petrolero".

"Hoy en día Rusia posee una economía gigantesca con los problemas de un capitalismo naciente, salvaje, con problemas de obsolescencia tecnológica pero que a su vez tienen con nosotros muchos puntos en común que podemos desarrollar. El parque industrial de Rusia ha sido víctima de la bonanza petrolera y le está pasando lo mismo que a Venezuela durante los años 70. Su equipo industrial está siendo sometido a tensiones vinculadas a la disposición de un ingreso petrolero masivo como primer productor mundial que es hoy. Y eso le está generando problemas internos de competitividad que se agregan a los problemas que ya tenía tras el colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas".

- ¿Entonces de qué nos sirve estrechar relaciones con ese país?

- Es que se trata del país más grande del mundo y que en si mismo constituye un cuarto polo. El mundo va a contar cuatro polos políticos y económicos: China, Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia. Y Venezuela debe mantener relaciones con los cuatro. Ya tenemos y estamos en un proceso de crecimiento de las relaciones comerciales y tecnológicas con China. ¿Y por qué no vamos a hacer lo mismo con otro de los polos? Entre Rusia y Venezuela pueden aprovecharse muchas cosas positivas. Por ejemplo, tenemos unas industrias petroleras muy parecidas. Rusia es uno de los países productores de petróleo más antiguos, y nosotros también. Los dos países tienen una gran cantidad de yacimientos que se encuentran en estado de madurez, es decir, de agotamiento, y que por lo tanto lo que nos va quedando cada vez más son crudos pesados. Y como ha dicho el presidente de Lukoil, como productores de crudos pesados tenemos que defendernos en el mercado petrolero internacional del descuento que se le hace a ese tipo de productos respecto al crudo liviano. Se entiende que hay un descuento de calidad pero el que se aplica hoy día es demasiado grande.

- ¿Sería como una especie de asociación de países productores de crudos pesados?

- Podría pensarse en algo así. Tal vez no sería una asociación pero sí podría pensarse en la firma de acuerdos bilaterales para coordinar la defensa el precio de los crudos pesados. Nosotros tenemos un descuento del promedio de nuestra cesta de crudos y productos respecto al West Texas de casi seis dólares y de casi cuatro con respecto al Brent. ¿Y por qué? ¿Quién determinó eso? Este es un pequeño ejemplo puntual de la existencia de intereses comunes. Pero puedo dar otro: durante la visita del vicepresidente José Vicente Rangel, en una de las sesiones de trabajo con el jefe del Consejo de Seguridad, Igor Ivanov -que fue anteriormente el canciller-, sugirió la posibilidad de una asociación de países exportadores de gas, tema que por cierto luego le han planteado a los bolivianos. En principio se ha pensado en la creación de un mecanismo de coordinación.

- ¿Eso podría ser viable en el 2005?

- Eso podría ser viable muy pronto, porque nosotros y los bolivianos compartimos un mercado gigantesco.

- ¿Y cuáles son los riesgos de acercarse a un mercado tan grande con una economía enorme?

- La economía rusa no es tan grande, Venezuela cabe 18 veces en su territorio pero otra cosa sucede en el caso del tamaño del Producto Interno Bruto. Rusia tiene problemas porque en ese espacio solamente viven 144 millones de habitantes, resultado de un proceso de merma de la URSS y de la población por un fenómeno de baja expectativa de vida, altas tasas de mortalidad y de emigración.

- ¿Qué le puede ofrecer Venezuela a Rusia además de negocios en el sector petrolero?

- Hay algunos negocios en el área del aluminio. Rusal (Ruski Alumini) está negociando con la CVG una asociación para montar una planta de alúmina de un millardo de dólares. Y Lukoil quiere invertir entre uno y tres millardos de dólares en el sector petrolero en proyectos conjuntos con Pdvsa en un periodo de 10 años, en campos marginales, nuevos campos operativos, etc. Ya estamos firmando cartas de confiabilidad y de intención.

- ¿Qué persigue Venezuela en el área petrolera en relación con Rusia?

- Rusia necesita invertir afuera, tiene el dinero y quieren hacerlo, porque su economía no tiene la capacidad para absorber los ingresos que perciben por las exportaciones de crudo y eso les está causando efectos negativos. Y dónde invertir mejor que en un país petrolero que tiene una industria parecida a la de ellos, a la cual le pueden suministra tecnología de perforación, que es una tecnología distinta a la que usamos.

Eso no quiere decir que vamos a sustituir la excelencia de la tecnología de perforación de las empresas occidentales que han surtido a Pdvsa, no. Lo que queremos es contar con otros actores. El capitalismo es igual, el capital es idéntico, no hay que hacerse ilusiones de que viene los rusos buenos contra el estadounidense malo, simplemente vienen otros oferentes y punto. Y a nosotros eso nos conviene.

- ¿Y que puede ofrecer Venezuela?

- En realidad hemos hecho esfuerzos infructuosos porque es difícil mover a nuestros empresarios privados. El Estado no puede ofrecer nada que no sea oportunidades que para los empresarios rusos inviertan en el país. Creo que los empresarios petroleros venezolanos tendrían campo allá, por la similitud de los sectores, pero se trata de un viaje muy largo y de un mercado competido y difícil.

- ¿Cómo podría tomar la Casa Blanca la profundización de las relaciones con Rusia?

- Nuestra meta es diversificar los mercados, pero no se trata de la Guerra Fría. No se trata de la Rusia comunista ni de una Rusia enfrentada a los Estados Unidos, es una Rusia cuyo presidente ha dicho que su candidato es Bush. ¿Entonces cuál es el problema? Además en ese país están todas las transnacionales del petróleo.

- ¿Existe alguna meta de incremento de los intercambios comerciales con Rusia?

- No porque cualquier objetivo que se establezca la meta seria de 8.000% porque prácticamente estamos partiendo de cero.

Publicado en Quantum N.40