Se habla de una negociación comercial bilateral, por ello nada de cuestiones políticas ni de privilegios, el techo de lo que podremos obtener es lo que hoy se tiene en el régimen APTDEA -Ley de Preferencias Arancelarias Andinas- que en poco ha beneficiado realmente al sector exportador del país, y el piso, es decir, lo mínimo que los norteamericanos aceptan es lo obtenido en CAFTA - Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos-. De entrada significa que la negociación tiene un esquema y un contenido propio, y que las rondas sólo son óperas bufas donde se reúnen un grupo de negociadores colombianos a hacerle más concesiones a su contraparte norteamericana.

A tal indignidad se ha llegado, que las delegaciones de los países andinos tuvieron por su propia cuenta que conseguir escenarios para los famosos "cuartos de al lado" que estuvieron más vacíos que nunca, quizás porque a muchos empresarios no les dieron la visa para ingresar a los Estados Unidos, asunto que tampoco es tema de negociación porque no es político.

Ninguna de las mesas se cerró, ninguno de los grandes temas se resolvió ni pareció tener salida satisfactoria, la mesa de textiles negoció sin el representante norteamericano, o sea que no negoció con nadie, la actitud de negociación norteamericana parece ser la de oídos sordos y presiones indiscriminadas para obtener todo a cambio de nada o de muy poco.

Se anunciaron como ya es habitual, una nueva ronda en Ecuador, y una final en los Estados Unidos (Washington de nuevo), y mientras el tiempo sigue en contra de los gobiernos de los países andinos y el desgaste político aumenta, varios sectores se han levantado en contra de la propuesta y aumentan quienes se oponen a la misma. Los presidentes Lucio, Uribe y Toledo y sus ministros y equipos negociadores tienen cada vez más problemas para convencer a sus ciudadanos que lo malo es bueno.

Y mientras tanto, los cabildos indígenas del Cauca hicieron respetar sus derechos, y se manifestaron en un referendo contra la firma del tratado, acusados de "ignorantes" o "fácilmente manipulables" por los funcionarios de gobierno quienes restaron importancia a esta manifestación política, y prometieron hacer una cartilla para enseñarles a los indígenas que el robo y saqueo de sus conocimientos ancestrales y sus recursos naturales es algo bueno, o sea para convencerlos de las bondades del libre comercio.

Así las cosas, parece que las rondas siguientes serán aún más oscuras.