El lunes 6 de mayo de 1968 la universidad Sorbona de París, Francia, era un hervidero de convulsiones estudiantiles. Dos días antes, la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de Nanterre, habían intentado participar en la manifestación obrera.
El 4 de mayo la facultad de Nanterre fue cerrada por sus autoridades, a la vez que se abría un expediente a Daniel Cohn-Bendit, portavoz más conocido del Mouvement 22 mars. 24 horas más tarde los estudiantes colmaron el patio central de la Sorbona para protestar contra el cierre y por la comparecencia de ocho estudiantes ante el consejo de disciplina.
El rector llamó a la policía y por la fuerza, el edificio fue desalojado.
Los estudiantes franceses invadieron el Barrio Latino de Paris. Allí tomaron la decisión de adelantar otras y más contundentes acciones de protestas y en las noches de los días 6 y 7 de mayo de 1968, las calles se llenaron de barricadas y enfrentamientos con la policía. La juventud universitaria en actitud de combate revolucionario, le dio un nacimiento de fuego a aquel mayo que pasaría conocerse como "el mayo francés".
Entre las horas que corrieron del 6 y al 11 de mayo, la revuelta de los universitarios de la Sorbona alcanzó toda la extensión del denominado Barrio Latino. Se trató de una oleada de espontaneidad causado por la decisión de las autoridades de permitir el acceso de la policía a los patios universitarios.
Se suman los obreros
Al llegar el 11 de mayo el sindicato de la enseñanza superior se unió a los estudiantes. Los comités de acción comenzaron a dirigir y organizar éste movimiento. Durante todo el día París estuvo ocupado por las manifestaciones estudiantiles. Los comités de acción de enseñanza media declararon la huelga en los liceos.
Los hechos parecían ir a una velocidad que los hacía incontrolables para las autoridades. Tras una noche de enfrentamientos con la policía, una manifestación de más de 50.000 personas recorrió el centro de París desde el Barrio Latino hasta l’Etoile.
Jacques Sauvageot, Alain Geismar y Cohn-Bendit, destacaron como voceros a lo largo del recorrido. Las reivindicaciones de estos primeros días se centraban en la liberación de los estudiantes encarcelados, la reapertura de la Sorbona y la retirada de la policía del Barrio Latino.
La convulsión estudiantil no cesaba, lo que motivó -el día 13 de mayo- que las grandes centrales sindicales: CGT, FEN, SNE-sup, FO, CFDT y CGC llamaran a la huelga general bjo el lema "alto a la represión, libertad, democracia, viva la unión de obreros y estudiantes".
14 de mayo de 1968. Obreros de la Sud-Aviation de Nantes ocuparon la fábrica. Se abría una nueva dinámica en la que obreros se incorporaban a la revuelta iniciada por estudiantes.
Dos días más tarde, una concentración de los trabajadores de la Renault-Billancourt marcaba un punto de inflexión que otorgaba nuevas dimensiones a la protesta iniciada en la Sorbona el día 6 de mayo.
Vacío de poder
Al pasar de una semana Francia estaba totalmente paralizada. Comenzaban a escasear los artículos de primera necesidad, también el combustible y hasta el servicio de electricidad.
Durante esos días se produjo un auténtico vacío de poder. El presidente Charles De Gaulle, el gobierno y los partidos se vieron humanamente sobrepasados por una situación cuyas raíces y dimensiones no llegaban a comprender.
Los sindicatos quisieron tomar el control de las protestas, imprimieron un comunicado conjunto sobre la base de una serie de reivindicaciones laborales. De Gaulle decide disolver la Asamblea Nacional y llama a elecciones, parecía mermar el conflicto, pero no estaba del todo desactivado.
De vuelta a la Sorbona
Las manifestaciones públicas, cualquiera que fuera, así como los grupos de la extrema izquierda fueron prohibidas y disueltos por decreto. El 16 de junio, los estudiantes volvieron a las aulas de la Sorbona.
El 23 mayo, sería un día crucial para el movimiento iniciado el 6 de mayo de 1968. Llegó el día de las elecciones, la derrota electoral de la izquierda fue aplastante, así como claro el triunfo de los gaullistas y sus aliados. Así se ponía un sello final al mayo del 68, al mayo francés.
Francia había estado al borde del abismo
Mayo del 68 fue el crisol en el que se fundieron todos los síntomas del malestar que arrastraba la sociedad francesa. Al mayo francés quisieron fracasarlo en ese momento, pero trascendió a las barreras del tiempo y terminó transformando, no sólo a la sociedad francesa, sino al resto del mundo, como un ejemplo de voluntad.
Las consignas como el reconocimiento de los derechos de la mujer, la liberalización de las costumbres, la democratización de las relaciones sociales y generacionales, la destrucción del autoritarismo en la enseñanza, parieron desde las calles de París una nueva visión de los seres humanos.
Algunas de las consignas más famosas
– Seamos realistas, pidamos lo imposible.
– Paren el mundo que me quiero bajar
– Los que hacen las revoluciones a medias no hacen más que cavar sus propias tumbas.
– El patrón te necesita, tú no necesitas al patrón.
– Trabajador: Tienes 25 años, pero tu sindicato es del siglo pasado.
– Están comprando tu felicidad. Róbala.
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