Me encuentro en Bruselas para unirme a los representantes de más de 80 gobiernos e instituciones reunidos para proclamar con voz clara y enérgica su apoyo a la transición política en Irak. Hace un año, la Resolución 1546 del Consejo de Seguridad de la ONU fijaba el calendario que Irak debía respetar. Hoy, la reunión en Bruselas tiene como objetivo recordar que la comunidad internacional apoya a Irak y es consciente de sus avances, a pesar de todas las dificultades enfrentadas.
Como estaba previsto, las elecciones se celebraron en enero y tres meses más tarde la Asamblea Nacional de transición ratificaba al gobierno de transición. Los partidos dominantes efectuaron sus debates sin excluir a nadie y se abrieron a los partidos sunitas. Actualmente, esos partidos están enfrascados en la elaboración de una Constitución que deberá ser ratificada mediante referendo. La ONU trabaja para que todos los iraquíes estén representados en el proceso de redacción y para que se respete la fecha tope del 15 de agosto. Habrá, sin duda, atrasos y dificultades, pero no olvidemos que en la actualidad los iraquíes discuten todos los aspectos de su futuro político. La ONU los ayuda a hacerlo.
Las Naciones Unidas han respondido pronta y resueltamente al llamado de los iraquíes y actualmente más de 800 miembros del personal de la ONU trabajan en Irak. Pero nuestros esfuerzos y nuestras victorias se obtienen sin alardes, lejos de las cámaras. Es sobre todo de los propios iraquíes que dependerá el éxito o el fracaso de la acción llevada a cabo por la ONU para ayudarlos. Ellos son los únicos que pueden redactar una Constitución justa que no excluya a nadie. El compromiso entre los diferentes grupos integrantes de la población iraquí que servirá de base a la Constitución tendrá tanta importancia como las disposiciones del texto. La ONU, en la persona de mi representante especial, Ashraf Qazi, ayuda a cumplir la delicada tarea de abrir el proceso político a todos los grupos de iraquíes.
Hay, por supuesto, quienes quisieran atizar las tensiones entre las etnias e impedir la creación de un Irak democrático, pluralista y estable. Esa gente trata de sacar provecho de las graves dificultades que enfrenta la población iraquí y explotar la cólera y el resentimiento de la población para alimentar el odio y la violencia. Contra ellos no basta reforzar las medidas de seguridad. Hay que crear un marco institucional que permita a todos los iraquíes comprender que resultarán victoriosos en el nuevo Irak.
Es igualmente importante que Irak asuma su pasado tortuoso y reorganice sus infraestructuras y servicios públicos. También en esas esferas la ONU puede ser útil. La transición sigue siendo dolorosa y ardua para los iraquíes, que tienen todavía un largo camino que recorrer. La ONU se considera privilegiada por poder marchar junto a ellos, y está muy decidida a hacerlo. De ese modo no ayuda sólo al pueblo iraquí, sino a todos los demás pueblos que aspiran a que en el corazón del Medio Oriente se construya un Irak estable, pacífico y democrático.

Fuente
Gulf News (Emiratos Árabes Unidos)
Gulf News es el principal diario dedicado a todo el Golfo Arábigo-Pérsico. Difusión: más de 90 000 ejemplares. Redactado en Dubai en inglés, es leído sobre todo por la muy importante comunidad extranjera radicada en la región.
Washington Post (Estados Unidos)
Le Figaro (Francia)
Difusión: 350 000 ejemplares. Propiedad de la Socpresse (creada por Robert Hersant, hoy es propiedad del constructor de aviones Serge Dassault). Es el diario de referencia de la derecha francesa.
Korea Herald (Corea del Sur)

«There’s Progress in Iraq», por Kofi Annan, Washington Post, 20 de junio de 2005.
«L’ONU en Irak: beaucoup de travail, peu de bruit», Le Figaro, 22 de junio de 2005.
«Progress made in Iraq transition», Korea Herald, 23 de junio de 2005.
«There’s progress in Iraq, but the road ahead is tough», Gulf News, 23 de junio de 2005.