De acuerdo con la Convención del Mar todo país que la suscriba tendría un mar territorial de sólo 12 millas marinas con soberanía limitada, vale decir que en el caso del Perú veríamos reducir -nuevamente- nuestro territorio de 200 millas de soberanía absoluta a 12 millas cuya soberanía dependería de lo que diga un grupo "élite" que en Naciones Unidas hace todo en favor de las transnacionales. Para convencernos que debemos sacrificar esas 188 millas marinas contadas desde la milla 12 hacia el Oeste se ha recurrido a la hipócrita caridad y benevolencia arguyendo que el Perú haría este sacrificio "en beneficio de la humanidad", ignorando señalar que serán los grandes monopolios transnacionales los directos beneficiarios de ese sacrificio.

Del total de países miembros de Naciones Unidas, sólo 158 han firmado la Convemar, escasamente unos cinco países harían el mencionado "sacrificio en pro de toda la humanidad" pero curiosamente todos esos países necesitan que la humanidad haga urgentes sacrificios por ellos por las situaciones emergentes que los aquejan y por los efectos de la deuda externa que siempre penden contra ellos como espadas de Damocles. Sudáfrica cuya población está agobiada por el SIDA; Perú que sufre las laceraciones que le causa el atraso; Ecuador cuya economía se debate entre la vida y la muerte; la inestable Angola; y la joven república de Namibia aún sin reacción. Estas naciones cuentan con mares limpios frente a sus costas los que se proyectan hacia el horizonte marino sin encontrar obstáculos como islas o archipiélagos extranjeros y otras naciones geográficamente cercanas. Por ello, de acuerdo con el Derecho Internacional, dichas naciones no tienen la necesidad de delimitar el espacio de su proyección marina respecto de la correspondiente a las costas de otros Estados, enfatizando que el Derecho Internacional les garantiza las 200 millas como parte de sus territorios y una delimitación frontal.

No existe razón por la que el Perú tenga que renunciar al 94% del territorio marino. Nada ilegal se ha cometido al declarar e incorporar al Perú esas 200 millas marinas contadas desde su costa hacia el Oeste y paralela a ella. Los peruanos lo podemos hacer porque nuestros intereses en esa franja no colisionan con los de otros Estados; porque no usurpamos derechos ajenos; porque sabemos que nuestras 200 millas guardan ingentes riquezas que deben servir para los peruanos; porque nunca perdemos la esperanza de salir del atolladero y darle a nuestro pueblo los frutos de esa riqueza que se halla en su suelo marino y en sus aguas. Nos apoya el Derecho Internacional que ahora quieren cambiar introduciendo la inaceptable y antiperuana Convemar.

Al suscribirse la antipatriótica Convemar perderíamos el mar territorial a partir de la “milla 13” que se convertiría en aguas internacionales. Todo eso lo perderíamos y el nuevo Derecho Internacional nos diría cómo comportarnos en esas aguas, es decir se botaría nuestra soberanía al basurero. Ninguna autoridad peruana tendría jurisdicción directa sobre el mar a partir de la “milla 13” y nadie le haría caso si osara hacer valer derechos que ya no ostentan y que le entregaron a las transnacionales. El mapa del Perú se vería recortado, una vez más, gracias a sus malos hijos. El consejo "élite" de Naciones Unidas nos obligaría a pagar un derecho que se crearía en el futuro si deseáramos realizar una actividad de pesca para alimentar a los peruanos en territorios que fueron nuestros. Toda aquella transnacional o grupo monopólico que instale plataformas de explotación de recursos a partir de la “milla 13” no estará obligado a sujetarse a los fueros administrativos y judiciales del Perú por lo que no se les podría conminar al pago de un miserable canon o al pago de impuestos a la renta. La “milla 13” sería la puerta del envenenamiento de los peruanos por la contaminación. Las plataformas también podrían ser militares y no sería raro que un país adverso al Perú instale una de observación en la “milla 13” con su bandera izada en la zona sur de la patria y lo haría por la razón o por la Convemar. El consejo “élite" de la Convemar nos ordenaría lo que tendríamos que hacer dentro de las 12 millas porque hasta nuestra soberanía sería limitada en este ridículo "mar territorial".

La tarea patriótica es derrotar a la Convemar y a la antipatria.