Se daba volteretas, agitaba los brazos, movía las piernas, cerraba los puños: Daniel era un niño muy inquieto desde el vientre de su madre; ¡abrazaba balones de alegría en cada suspiro del alma!

Con esta afición por atrapar la felicidad condensada en una pelota de fútbol, Daniel Rueda nació en Durán, en 1962. Allí creció en un barrio pobre, pero alborotado de anhelos y deseos de superación: ‘La Orilla Opuesta’.

Tanto fue el cariño hacia su terruño y amigos de pelota, que formó parte del equipo bautizado con aquel desafiante nombre de barriada, y que participó con éxito en el Primer Campeonato Interbarrial que organizó Diario El Universo, en 1977.

En ese torneo demostró sus cualidades como arquero, como el amante efectivo que evitaba el romance entre el balón y las redes. Por sus espectaculares atajadas y don de mando en el área, fue considerado para ingresar a la Escuela de la Asociación de Fútbol del Guayas.

En esta institución perfeccionó su técnica, que, unida a sus atributos naturales para volar como un águila, le permitió ser seleccionado de Durán (1978) y posteriormente de la provincia del Guayas, donde quedó campeón nacional en 1979.

Este éxito en su temprana carrera futbolística, le permitió ser parte del equipo de reserva del Club Sport Emelec, que tenía como arqueros titulares a figuras como el ‘Ñato García’ e Israel Rodríguez.

Su juventud e ímpetu le exigieron buscar otros horizontes, donde tendría más oportunidad de ser el número uno en el pórtico; así, formó parte del equipo de Filanbanco que ascendió a la primera división del fútbol nacional; compañeros suyos en este recordado club fueron Emilo Valencia, Marcelo ‘El Colores’ Hurtado, Freddy Bravo, Luis Macías, el ‘Tractor’ Preciado, entre otros futbolistas que actuaron por varios años en el balompié rentado de nuestro país.

El destino, tan impredecible y saltarín como una pelota, llevó a Daniel a militar en el Deportivo Cuenca (1982); compartiendo el gran desafío de ahogar los gritos de gol con los guardametas Juan Domingo Pereira y ‘Willi’ Rodríguez.

En el cuadro morlaco, Daniel tuvo sus 20 minutos de gloria en el fútbol profesional: “Jugábamos con Liga de Quito, en Cuenca; nosotros necesitábamos el empate para no descender… Faltando veinte minutos para el final, se lesionó Juan Domingo Pereira y me tocó entrar a mí… Tenía nervios. El partido estaba empatado y se decretó un tiro penal a favor de Liga. Cobró ese gran delantero llamado JJ Pérez y, para fortuna de todos, tiró el balón afuera. Pocos minutos después, el mismo jugador efectuó un tiro libre. Me quedé ‘paradito’, la pelota se estrelló en el poste. Aquella noche, la suerte estuvo del lado del Cuenca, empatamos y no descendimos; aquella noche, el destino quiso que en mi debut en primera división no me marcaran ningún gol…”, relata, emocionado, Daniel Rueda.

Al tiempo de su desarrollo deportivo, nuestro personaje no descuidó sus estudios universitarios: llegó hasta cuarto año de periodismo y posteriormente culminó su enseñaza superior en optometría.

Al llegar el tiempo de las decisiones ‘cruciales’ -que no son más que otra vuelta del carrusel de la vida-, Daniel decidió dejar el fútbol profesional y dedicarse por entero a la optometría.

Después de vivir algunos años en Nueva York, regresó al país y se radicó en Quito. En la actualidad forma parte del grupo de oftalmólogos y optómetras de Centro Visual Columbia y, además, trabaja en una Fundación Médica: “Creo que la obra social complementa la formación de todo profesional; es más, creo que es lo fundamental. Yo nací en un barrio pobre, y sé las necesidades que padecen muchas personas, de ahí mi compromiso por servir a la comunidad”, expresa Daniel, quien desea atajar de esta manera y de acuerdo a sus posibilidades, los múltiples balonazos de la pobreza.

Daniel Rueda tiene ya 45 años; y, por supuesto, sigue jugando al fútbol; continúa volando como un águila, pero ahora en el fútbol barrial: vuela de ‘palo a palo’ en distintas ligas de la capital, La Hospitalaria, El Tejar, El Placer; en esta última quedó campeón del torneo ‘Campeón de Campeones’ de la categoría máster (más de 40 años), en el 2004.

“Todavía me mantengo en forma, y es lindo seguir jugando pelota con futbolistas ex profesionales como ‘Maradona’ Ordóñez, ‘Colorina’ Barreto, Carlos Rodríguez, ‘Cocoa’ Pazmiño, ‘Chifle’ Mosquera, ‘Piquetero’ Méndez, Francisco Reinoso, Milton Cobo, entre otros, que participan en este tipo de competencias máster”, manifiesta Daniel.

Grandes amigos, dedos fracturados y la emoción única de evitar la máxima expresión del fútbol, el gol (abrazar balones de alegría en cada suspiro del alma), es la herencia futbolística de Daniel Rueda, quien además de volar cómo águila, hace que sus pacientes, en la óptica, vean como águilas…