La UNE es la organización sindical más grande del país, cuenta con alrededor de 100 000 afiliados y con cerca de 60 años de vida. La ilegalización decretada por la dictadura militar de los años 70, y una medida parecida adoptada años después por el gobierno de la Izquierda Democrática, con Alfredo Vera Arrata como Ministro de Educación, no logró dispersarla ni descomponerla y ha vivido un proceso de fortalecimiento teniendo como eje la defensa de la educación fiscal, laica, gratuita, democrática y de calidad. Ha sido a no dudarlo -y de ahí el encono de los sectores derechistas- una organización que con tenacidad y lucha ha defendido la educación pública y los derechos de sus agremiados. La fortaleza de sus posturas, la unidad gremial, la democracia interna (sus dirigentes son elegidos por votación universal, secreta y directa) su tenacidad y sacrificio en la lucha, incluso a costa de la vida de varios maestros, le ha permitido gozar de una gran simpatía y respaldo de los sectores populares y el respeto de organizaciones del país y fuera de él.

La ineptitud de los distintos ministros, la incapacidad de resolver los problemas de la educación por los gobiernos de la Democracia Popular, del Partido Socialcristiano, de la Izquierda Democrática, del PRE, de Sixto Duran Ballén, Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez, indujeron como una necesidad recurrir a la movilización, al paro, a la huelga de hambre de los maestros para impedir que se consume la privatización de la educación, para impedir que se recorte más su presupuesto, para condenar a ministros y funcionarios corruptos que han pasado por esa cartera de Estado. Todos a su turno y con el apoyo de una prensa amarillista y corrupta, vinculada con los grupos oligárquicos y ong’s acuñaron la mentira de que la UNE controlaba la educación, que la UNE tenía secuestrada a la educación.
Durante los nefastos gobiernos protagonistas de la ‘larga noche neoliberal’ han ocupado el cargo de ministros de educación alrededor de 19 personajes, encargados de aplicar las políticas gubernamentales, ninguno de ellos fueron nombrados o apoyados por la UNE.

Son esos gobiernos y ministros los que han tenido secuestrada la educación, los que han buscado destruirla, han buscado a como dé lugar que la educación deje de ser responsabilidad estatal, buscando privatizarla, se han festinado sus recursos, negándole a la niñez y a la juventud el derecho a la educación; así lo confirman, como ejemplos: el 9% de analfabetismo, que 9 de cada 10 jóvenes del sector rural no cursan la educación secundaria, las 5 000 escuelas cerradas, las 6 500 escuelas con un solo profesor, los 23 000 profesores pagados por los padres de familia, la precaria y desastrosa situación de miles de establecimientos educativos que acogen a la niñez sin las más elementales condiciones de salubridad y seguridad. De esa realidad no le pueden culpar a la UNE, a los maestros, a los padres de familia, a los niños y jóvenes. Esa realidad la debemos a quienes desde el gobierno y desde los ministerios tenían la responsabilidad de resolver este problema, no a quienes son víctimas de la ineptitud e incapacidad.

Hoy, los mismos responsables de la crisis del país y de la educación, los mismos personajes corrompidos, carentes del más mínimo sentido patriótico, defensores camuflados o a ultranza del neoliberalismo, frustrados en sus afanes privatizadores de la educación para convertirla en un negocio y asociados con los mismos medios de comunicación, relanzan la misma campaña infame, la misma mentira repetida mil veces por décadas para desprestigiar a la UNE.

En actitud oportunista (pues son firmes opositores y conspiradores) han felicitado al gobierno y al ministro Raúl Vallejo, no por la creación de las 12 mil partidas, sino por el decreto 708 que reforma el Reglamento de la Ley de Carrera Docente y Escalafón del Magisterio y le dota al Ministro de Educación de excesivos poderes para la distribución de las partidas docentes; para regular los concursos de oposición y merecimientos, y de atribuciones supremas para sancionar a las autoridades educativas, anulando el proceso hasta hoy vigente. Este evidente retroceso a los derechos democráticos alcanzados por los maestros es motivo de la algarabía de cadáveres políticos como Alfredo Vera, Marcelo Dotti, y otros personajes de la misma condición enfermiza y corrupta y amplificada por los medios de comunicación.

Aprovechándose del decreto y los desacuerdos presentados por la UNE con justa razón, buscan por un lado que el Gobierno se afirme en este error, y por otro que la UNE entre en confrontación con el Gobierno, incluso anunciando un paro no resuelto por este gremio.
La UNE tiene el gran mérito de haber defendido en todos estos años de la larga noche neoliberal la educación pública, laica, gratuita y democrática, su lucha y la del pueblo no ha permitido que aniquilen la educación pública, como ha sucedido en varios países de América Latina. Este valor tienen los maestros ecuatorianos, esta historia tiene este gran gremio, que ahora, continuando con su línea de defensa de la educación ecuatoriana, ha presentado la propuesta pedagógica denominada: “Educación para la Emancipación”, con la cual se proponen desarrollar los valores libertarios, de la solidaridad, de los derechos humanos, de la defensa de la patria, entre otros aspectos. Propuesta que fue elaborada contando con el concurso y las capacidades de académicos y maestros ecuatorianos y que fue debatida por más de tres mil delegados de maestros, estudiantes y padres de familia, reunidos en abril de este año en el II Congreso Nacional de la Educación Pública y que tuvo el aval del Ministerio de Educación. Propuesta que está socializándose entre todos los maestros y la comunidad educativa y que puede y debe servir de base para una real transformación educativa que esté acercada a la realidad y necesidades de nuestros pueblos y de nuestro país.