Respondiendo a una demanda judicial de los familiares de las víctimas del 11 de septiembre de 2001, las compañías aéreas implicadas afirman que los atentados hubieran tenido éxito de todas maneras, por mucho que ellas reforzaran las medidas de seguridad.

Según los abogados de las compañías aéreas, es la inacción de las autoridades lo que condujo al desastroso resultado de aquel día. Para fundamentar ese razonamiento, los abogados defensores expresaron su intención de obtener el testimonio de los agentes del FBI.

En efecto, después de los atentados, el FBI llevó a cabo una amplia investigación. Y elementos obtenidos durante esa pesquisa parecen demostrar que el gobierno no tomó aquel día las medidas reglamentarias que hubiesen reducido las proporciones de los atentados.

Sin embargo, como consecuencia de una intervención del secretario de Justicia de los Estados Unidos, Eric Holder, el juez Alvin Hellerstein prohibió el testimonio de los agentes del FBI, impidiendo así que las compañías aéreas desarrollaran su defensa. La audiencia debe reanudarse el 28 de julio.
8 años después de los atentados, ningún tribunal ha podido examinar la investigación del FBI, que incluye 155 000 pruebas y 167 000 actas de interrogatorios. Su contenido no se conoce más que a través de procesos sobre otros casos vinculados [1] y declaraciones de agentes a la prensa. Estos últimos aseguran que su investigación desmiente la versión gubernamental de los hechos [2].

En flagrante contradicción con las declaraciones de los responsables de la CIA y de los sucesivos secretarios de Justicia, el FBI siempre se ha negado a atribuir los atentados del 11 de septiembre a Osama Ben Laden y ni siquiera lo está buscando como autor de esos hechos.

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[1] Por ejemplo, durante el juicio contra el francés Zacarias Mousaoui, acusado de haber conspirado para participar en el secuestro del vuelo 93 de la American Airlines, el FBI rechazó las conversaciones telefónicas grabadas aquel día entre pasajeros de los aviones secuestrados y sus familiares en tierra. Los funcionarios declararon –bajo juramento– que, según la investigación que ellos realizaron, aquellas llamadas, citadas tan repetidamente, nunca tuvieron lugar y son falsas.

[2] «41 anciens responsables états-uniens de l’anti-terrorisme et du renseignement mettent en cause la version officielle du 11-Septembre», por Alan Miller, Réseau Voltaire, 9 de junio de 2009.