Mucho podría decirse, pero sobre todo, habría que afirmar que ha impuesto un giro absoluto al quehacer económico, político y social en nuestras tierras.

Resultó una respuesta revolucionaria a los intentos norteamericanos de instaurar en esta área geográfica el titulado Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Fue un modo de anular el papel de vertedero de mercancías Made in USA y abastecedora de materias primas: destino diseñado por Washington para la región por medio de semejante engendro.

Sin dudas, el ALBA resultó en ese momento la más recia respuesta al ALCA, pero también el inicio de la integración de nuevo tipo que dejó atrás, por su calidad y valía, a las restantes experiencias intralatinoamericanas hasta entonces basadas en puros acápites comerciales.

Para el ALBA lo preocupante no era, en el más estricto contexto regional, la puja por los aranceles o las cuotas de exportación. La complementariedad y el reconocimiento de las asimetrías entre nuestras naciones fue el primer puntal a tomar en cuenta en todo acuerdo o acción.

La justicia y equidad resultan las bases de toda negociación económica, desde la seguridad energética y los planes de desarrollo agrícola y alimentario hasta las industrias grannacionales que ya funcionan en varias de las naciones integrantes de la Alianza Bolivariana.

Por demás, esta nueva forma de integración ha dirigido ingentes y potentes esfuerzos al área social. De su autoría son la Operación Milagro, los planes de alfabetización masiva o los estudios especializados para incorporar a la sociedad a las personas discapacitadas en diversas naciones, todos –y otros—programas dirigidos a las urgencias de nuestros pueblos.

Porque se trata de economía, pero también de prioridad de las necesidades del ser humano.

El ALBA ha incursionado además como ente de elevada ejecutividad política. No puede olvidarse que fue la primera instancia latinoamericana en condenar con extrema energía el golpe de estado fascista en Honduras, orquestado por la oligarquía local y la ultraderecha norteamericana, así como en promover el aislamiento global de los usurpadores, medida que, América Latina acata.

Son, sin temor a equívocos, algunos de esos valores trascendentes que hoy puede citar con orgullo esta agrupación que rompe moldes, establece derroteros, crea… y edifica acorde con principios éticos de altos quilates.

Agencia Cubana de Noticias