Antes de abandonar el cargo de primer ministro para comenzar su campaña electoral, el ahora aspirante socialista a la presidencia de Francia Manuel Valls firmó con su ministro de Justicia, Jean-Jacques Urvoas, un decreto que pone la Corte de Apelaciones –equivalente francés del Tribunal Supremo– bajo el control de un órgano de nueva creación designado como Inspección General de la Justicia [1].

En Francia no existe una separación propiamente dicha del poder judicial sino una «independencia de la Justicia». Tradicionalmente, al ser un órgano de justicia independiente, la Corte de Apelaciones no puede hallarse bajo el control del ministerio de Justicia.

El primer presidente de la Corte de Apelaciones, Bernard Louvel, escribió al nuevo primer ministro francés, Bernard Cazeneuve, solicitando explicaciones sobre el decreto de su predecesor (Ver imagen).

[1«Décret n° 2016-1675 du 5 décembre 2016 portant création de l’inspection générale de la justice» - NOR: JUST1635482D - Journal officiel de la République française, 6 de diciembre de 2016.