La repentina aparición del nuevo partido político llamado En Marche! en la escena electoral francesa y la candidatura de su presidente, Emmanuel Macron, a la presidencia de República no tienen nada que ver con la casualidad. Está lejos de ser esta la primera maniobra de los partidarios de la alianza entre la función pública francesa y Estados Unidos.
Es imposible comprender la súbita aparición en la escena política francesa del hoy candidato a la presidencia Emmanuel Macron sin conocer las maniobras anteriores a esta, orquestadas por Jacques Delors y Dominique Strauss-Kahn. Para entender lo que sucede detrás del escenario, es necesario mirar al pasado.
1982: la Fondation Saint-Simon
En 1982, personalidades del ámbito universitario y directores de grandes empresas francesas decidieron crear una asociación que favoreciera «el encuentro entre los investigadores de las ciencias sociales y los actores de la vida económica y social y difundir al público los conocimientos resultantes de las ciencias humanas y sociales». Esa asociación fue la Fondation Saint-Simon [1].
Por más de 20 años, la Fondation Saint-Simon impuso en Francia los puntos de vista de Washington, creando lo que sus críticos llamaron «el pensamiento único». Después de las huelgas de 1995 y el fracaso de la reforma del sistema de jubilación, esa fundación decidió disolverse, en 1999.
La Fondation Saint-Simon organizó 70 seminarios anuales en los que participaron siempre unas 40 personas. Publicó 110 Notas mensuales y alrededor de 40 libros. Más discretamente, organizó también una cena mensual en la que se reunían personalidades del medio universitario, jefes de empresas cotizadas en la Bolsa de París y los principales empresarios de la prensa francesa.
En el marco de aquellas cenas no sólo se acercaron los puntos de vista de los participantes sino que los patronos de la prensa decidían los temas que abordarían sus publicaciones y cómo enfocarlos. Poco a poco el pluralismo de la prensa fue cediendo su espacio al «deber de informar» y después ante el «poder de formar» las mentes.
La Fondation Saint-Simon había sido creada, de un lado, por el historiador Francois Furet y el sociólogo Pierre Rosanvallon, y del otro lado, por el cabildero Alain Minc, el industrial Roger Fauroux, el banquero Jean Peyrelevade y, finalmente, el editor Yves Sabouret y el intelectual Jean-Claude Casanova. Su financiamiento estaba concebido por Henry Hermand, una eminencia gris de la izquierda no comunista.
Eran notorios los vínculos de todas esas personalidades con un poderoso grupúsculo estadounidense: los neoconservadores. Estos últimos, intelectuales trotskistas, acababan de unirse entonces al presidente republicano Ronald Reagan. Dejando de lado los conceptos de «derecha» e «izquierda», decían luchar contra estalinismo y querer «democratizar» el mundo a toda costa. No disimulaban su admiración por el filósofo Leo Strauss, teórico de una dictadura global ilustrada. Algunos de ellos crearon la National Endowment for Democracy (NED) y el United States Institute of Peace. A pesar de las apariencias, estas dos últimas fundaciones fueron concebidas como instrumentos al servicio de los «Cinco Ojos», o sea del acuerdo existente entre los servicios secretos de Australia, Canadá, Estados Unidos, Nueva Zelanda y el Reino Unido.
Al principio, la Fondation Saint-Simon recibió subvenciones de la John M. Olin Foundation, que había invitado a Francois Furet a impartir clases en Chicago. Este organismo estadounidense, considerado muy derechista, ya había financiado antes a los trotskistas neoconservadores. Rápidamente, la Fondation Saint-Simon se incorporó a The Hague Club (el Club de La Haya), una supraestructura de la Fundación Rockefeller encargada de financiar una treintena de asociaciones atlantistas europeas con fondos de la CIA y posteriormente de la NED.
Es por tanto con dinero de los servicios secretos estadounidense que se organizaron las cenas mensuales en las que personalidades del mundo universitario se reunían con los patronos del CAC40 (la Bolsa de París) alrededor de los directores de medios de prensa como revistas como Études, Esprit, la radio Europe 1, las publicaciones L’Expansion, L’Express, Le Figaro, Libération, Le Matin de Paris, Le Monde, el canal de televisión M6, el semanario Le Nouvel Observateur, la RTL y periodistas estrellas de las televisiones Antenne2 y TF1.
En los años 1990, cuando el sociólogo británico Anthony Giddens lanzó la «Tercera Vía» para adaptar la retórica socialista a la economía de mercado, la Fondation Saint-Simon celebró entusiasmada aquel acto de prestidigitación impulsado por el presidente estadounidense Bill Clinton y el primer ministro británico Tony Blair.
1993: la operación de Jacques Delors y Martine Aubry
En 1993, los miembros de la Fondation Saint-Simon decidieron presentar su propio candidato a la presidencia de Francia: el entonces presidente de la Comisión Europea Jacques Delors. Simultáneamente, prepararon también el ascenso de la hija de su candidato, la ministra del Trabajo Martine Aubry, para convertirla en primer ministro de Delors.
El entonces socialista Jacques Delors había iniciado su carrera política en la derecha, en el gabinete del primer ministro Jacques Chaban-Delmas. Martine Aubry, entonces socialista, había hecho su debut como responsable de Relaciones Públicas del grupo industrial Pechiney, cuyo director, Jean Gandois, se convertirá en jefe del sindicato de patronos de Francia.
Mientras los medios de prensa cuyos directores eran miembros de la Fondation Saint-Simon comenzaban a cantar loas a la gloria de Jacques Delors y de su hija Martine Aubry, el tesorero de la fundación, Alain Minc, creaba, en los locales de la propia fundación, 2 organizaciones diferentes:
– la Asociación Nacional de Empresas por la Inserción (ANEI), para implicar grandes empresas en la campaña electoral de Delors;
– y la Asociación de Amigos de la Fundación Actuar Contra la Exclusión (FACE), para financiar el ascenso de Martine Aubry.
Después del fracaso de Francois Bayrou en el congreso de los demócrata-sociales (CDS), Jacques Delors se da cuenta de que resulta imposible crear una nueva mayoría que reúna a socialistas y centristas. Renuncia entonces a presentarse a la elección presidencial. La ANEI es disuelta y sus fondos se transfieren a la FACE.
El programa político de la Fondation Saint-Simon del padre y la hija –Jacques Delors y Martine Aubry– consistía en convertir a Francia en el pilar de la Unión Europea. Preveía transformar Francia en el «hub» europeo desarrollando los transportes por carretera transversales y basar la economía en un incremento de la mano de obra. Para eso resultaba conveniente mantener la incorporación de las mujeres al trabajo y aumentar la inmigración. Para contener el desempleo, durante el periodo de transición, sería necesario disminuir el tiempo de trabajo.
Ese programa llegó a aplicarse parcialmente, más tarde, bajo el gobierno de Lionel Jospin, aunque la coyuntura internacional ya había cambiado. En 1998 y en el año 2000, Francia adoptó la semana laboral de 35 horas, en contra de la opinión de los patronos que habían apoyado esa medida en 1993-1995 y aumentó la inmigración laboral.
Pero el resultado fue contrario al que se esperaba en 1993: el desempleo creció inexorablemente. Mantener las mujeres en el trabajo planteó nuevos problemas en materia de jardines de infancia o guarderías infantiles, de tiempo de trabajo de los niños en las escuelas y, finalmente, de reducción del nivel de los alumnos. En ese contexto, la presencia masiva de inmigrantes desestabilizó el sistema social en su conjunto.
1995: l operación Juppé-Notat para la reforma de las jubilaciones
El proyecto de ley del primer ministro de derecha Alain Juppé sobre la reforma de la jubilación contó con el apoyo de la revista Esprit y la CFDT (sindicato de izquierda), bajo la coordinación de la Fondation Saint-Simon.
Fue durante aquella campaña cuando el sociólogo Alain Touraine emergió como portavoz de los miembros de esa fundación.
Sin embargo, ante las gigantescas huelgas de diciembre de 1995, hubo que retirar el proyecto de ley. Víctima de su fracaso, la Fondation Saint-Simon no tardó en disolverse.
2000: el Instituto Montaigne
En el año 2000, el grupo asegurador AXA creó el Instituto Montaigne, un nuevo tanque pensante. El instituto publicó rápidamente un trabajo colectivo de personalidades universitarias y jefes de empresas titulado Le Courage de réformer [“La valentía de reformar”]. Posteriormente nombró como su director al periodista Philippe Manière. Este último fue formado por la Fundación Rockefeller en el Centro Bellagio, sede del Hague Club.
El Instituto Montaigne milita a favor de reformas económicas y sociales idénticas a las que pretendía implantar la Fondation Saint-Simon. En 2004, este instituto redacta la Charte de la diversité en entreprise [“Carta de la diversidad en la empresa”], que recibe de inmediato el respaldo de la FACE y que ha sido adoptada actualmente por numerosos grupos. En 2012, publica un segundo libro colectivo, Réformer par temps de crise [“Reformar en tiempos de crisis”]. Después de la salida de Claude Bebear de la dirección de AXA, su sucesor a la cabeza del grupo asegurador, Henri de Castries, se convierte en presidente del instituto.
2008: Terra Nova
En 2008, Olivier Ferrand, colaborador de Dominique Strauss-Kahn, crea la asociación Terra Nova utilizando locales prestados por Henry Hermand. Este nuevo tanque pensante introduce la modernidad estadounidense en la vida económica, social y política de Francia. Su funcionamiento sigue el modelo del Progressive Policy Institute creado por Bill Clinton y el senador estadounidense proisraelí Joseph I. Lieberman.
Como antes sucedió entre la Fondation Saint-Simon y el banco Crédit Lyonnais, Terra Nova mantiene estrechas relaciones con varios bancos, principalmente con Rothschild & Cie.
En 2011, Terra Nova organizó la primera elección primaria para designar el candidato del Partido Socialista a la elección presidencial, con ayuda de la National Endowment for Democracy (NED) que incluso envió a París a su especialista Tom McMahon. El objetivo era lograr que otros partidos, además del Partido Socialista, adoptaran como candidato único a Dominique Strauss-Kahn, para garantizar que este lograra pasar a la segunda vuelta de la elección presidencial y ganarla. «DSK», entonces director del Fondo Monetario Internacional (FMI), se encargaría de implicar a los franceses en la globalización.
Pero Strauss-Kahn es arrestado en Estados Unidos poco antes de la primaria y Martine Aubry toma su lugar. La hija de Jacques Delors pasa a la segunda vuelta de la primaria socialista, donde es derrotada por Francois Hollande.
Después del fallecimiento de Olivier Ferrand, secretario general de la CFDT, Francois Chereque pasa a ocupar la presidencia de Terra Nova.
2016: la operación Emmanuel Macron
Este largo preámbulo permite entender la operación Emmanuel Macron.
A su salida de la ENA [2], Emmanuel Macron inicia su carrera, en 2004, en el gabinete de Jean-Pierre Jouyet. Este último es un ex colaborador de Roger Fauroux –el presidente de la Fondation Saint-Simon– y de Jacques Delors –quien había sido el candidato de la fundación a la presidencia de Francia. Jouyet será ministro del presidente de derecha Nicolas Sarkozy, pero luego se convierte en secretario general de la presidencia de la República bajo el presidente socialista Francois Hollande.
Emmanuel Macron pasa entonces cierto tiempo en el banco Rothschild & Cie, antes de convertirse en miembro del equipo del presidente Hollande como adjunto de Jean-Pierre Jouyet, reemplazando en esa función a Francois Perol, otro gerente asociado de Rothschild & Cie.
En 2006, Emmanuel Macron entra al Partido Socialista y se hace miembro de la Fundación Jean-Jaures, cuyo financiamiento garantizan parcialmente los trotskistas neoconservadores de la NED. En 2007, se une también un grupo de ex patronos y altos funcionarios llamado Les Gracques, reunido alrededor de Jean-Pierre Jouyet. Esa asociación trata de organizar una alianza entre el Partido Socialista y los centristas.
En 2012, Macron se convierte en Young leader de la French-American Foundation [3], en la que aparecen como administradores Philippe Manière (director del Instituto Montaigne) y Alain Minc (tesorero de la Fondation Saint-Simon). Recomendado por el propio Alain Minc, Macron se convierte también en Research Fellow en la London School of Economics, cuando sale del Elíseo, en 2014.
En mayo-junio de 2014, Emmanuel Macron es invitado a la reunión anual del Grupo de Bilderberg. En el orden del día aparecían tanto el intercambio de información de inteligencia entre Estados como la estructura del Medio Oriente ampliado posterior a las “primaveras árabes”. Cabe recordar que el Grupo de Bilderberg fue creado al margen de la OTAN, que garantiza directamente la seguridad de sus encuentros sin importar en qué país se reúna. El presidente actual del Grupo de Bilderberg es el francés Henri de Castries, presidente-director general del grupo asegurador AXA y presidente del Instituto Montaigne.
En 2016, Macron crea su propio partido, En Marche!, en los locales del Instituto Montaigne y con ayuda de Henry Hermand –uno de los principales mecenas de la Fondation Saint-Simon y más tarde de Terra Nova [4]. Después de dar amplias explicaciones al respecto, Henry Hermand fallece en noviembre de 2016, a la edad de 92 años.
La originalidad del partido de Macron es que, durante sus 8 primeros meses de existencia, sólo tiene un candidato a la elección presidencial… sin programa ni proposiciones.
Pero eso no impide que le aporten su apoyo todo tipo de personalidades que evidentemente no necesitaban que les explicaran lo que ya sabían: el programa de Macron es el que ya tenían Jacques Delors y Dominique Strauss-Kahn.
Si bien la candidatura de Jacques Delors apuntaba a hacer de Francia el pilar de la Unión Europea, la de Emmanuel Macron –como antes la de Dominique Strauss-Kahn– pretende hacer entrar a los electores –ya nadie se atreve a decir «los franceses» en la globalizacion. El apoyo que aportan los medios de difusión resulta ahora más fácil que hace dos décadas debido a su concentración en unas pocas manos y al hecho que los 6 principales patrones de la prensa son favorables a la globalización.
Siendo ya Macron candidato a la presidencia, Martine Aubry renuncia esta vez a participar en la elección primaria del Partido Socialista. En febrero de 2017, Francois Bayrou, el hombre que no pudo lograr que los demócrata-sociales apoyaran a Jacques Delors, anuncia su respaldo a Emmanuel Macron.
Así es como se vende algo viejo haciendo creer que es nuevo.
Año tras año, los franceses celebran la fiesta del «beaujolais nouveau» y vuelven después a sus ocupaciones de siempre porque, contrariamente a la «France éternelle» de Charles De Gaulle, ese vinito puede parecer agradable... pero no se conserva.
El autor participó en numerosos seminarios de Fondation Saint-Simon durante una decena de años.
[1] «La face cachée de la Fondation Saint-Simon», por Denis Boneau, Réseau Voltaire, 10 de febrero de 2004.
[2] La ENA (Escuela Nacional de Administración) es el centro de estudios –extremadamente elitista– donde se forma la mayoría de los altos funcionarios y políticos de Francia. Nota del Traductor.
[3] «Caballo de Troya estadounidense en Francia: la French American Foundation», por Pierre Hillard, Red Voltaire, 7 de agosto de 2007.
[4] « Henry Hermand: "Mon soutien à Macron ne doit pas faire plaisir à Hollande" », Mathilde Siraud, Le Figaro, 18 de septiembre de 2016.
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