Luego de haber intentado infructuosamente desestabilizar Venezuela, el presidente ‎estadounidense Donald Trump propuso a Cuba, en declaraciones hechas el 2 de mayo a Fox ‎Business, una apertura económica si La Habana «retira sus tropas» de la República Bolivariana. ‎

Hace meses que la administración Trump habla de la presencia de 300 000 soldados cubanos ‎en Venezuela –al menos 25 000 trabajarían en los servicios de inteligencia. También según la ‎administración Trump, es la presión de esos miles de cubanos lo que impide que el 90% de los ‎militares venezolanos se decida a ponerse del lado del autoproclamado «presidente encargado» ‎Juan Guaidó. ‎

La Habana ha aclarado repetidamente que nunca ha tenido tropas en Venezuela, y ahora acaba ‎de subrayarlo nuevamente. Pero, la propaganda sigue repitiéndose como si fuese una verdad ‎evidente, y ya cabe preguntarse si Washington todavía es capaz de distinguir ‎la diferencia entre la realidad y su propia propaganda. ‎

Durante los últimos meses, Estados Unidos ha restringido nuevamente las cantidades de dólares ‎que los cubanos emigrados pueden enviar a sus familias en la isla. Washington ha decidido ‎además poner en vigor una serie de sanciones, aprobadas en 1996 pero cuya aplicación ‎se mantenía en suspenso, contra las empresas extranjeras que tienen inversiones en Cuba. ‎

El objetivo de la nueva maniobra de la administración Trump es culpar a Cuba del evidente fracaso ‎del golpe de Estado contra el presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro.‎