El consejero especial del presidente estadounidense Donald Trump, su yerno Jared Kushner, está ‎a cargo de la elaboración de un plan de paz para resolver el conflicto entre Israel y los demás ‎países del Medio Oriente. El anuncio de esa proposición –el llamado «Trato del siglo»– ha sido ‎pospuesto en varias ocasiones y finalmente debería concretarse después del ramadán, en junio ‎de 2019. ‎

Pero casi todos los protagonistas del conflicto ya han denunciado el método estadounidense ‎consistente en ignorar el derecho internacional y en plantear la cuestión sólo en base a la ‎situación actual, ignorando los orígenes del conflicto y las condiciones planteadas en 1948.‎

Ninguna “solución” será aplicable sin que la gran mayoría de los protagonistas lleguen a un ‎acuerdo pero el consejero de Trump parece pensar que los pueblos adoptarán una solución que ‎sus dirigentes ya rechazan. ‎

El 2 de mayo de 2019, Jared Kushner mencionó su plan en el Washington Institute for Middle East ‎Policy, pero sin revelar su contenido. Sin embargo, Kushner sorprendió a todos presentándolo ‎no como una fórmula mágica capaz de resolver milagrosamente un problema que ya tiene ‎‎70 años de existencia sino como una manera de desbloquear la situación para negociar después la ‎solución. ‎

O sea, su objetivo sería violar el derecho internacional para dar una apariencia legal a lo que los ‎diferentes protagonistas han hecho ilegalmente a lo largo de 70 años y hacer posible una solución ‎aparentemente legítima, lo cual significa que no habrá nuevas negociaciones sobre una solución ‎hasta que las partes acepten los hechos consumados. ‎