A solicitud de Estados Unidos, el tanquero iraní Grace 1, que navegaba bajo bandera panameña, ‎había sido inmovilizado por la marina de guerra británica, el 4 de julio de 2019, ante la costa ‎de Gibraltar. Según Washington, el barco iraní transportaba un cargamento de petróleo ‎destinado a Siria, en “violación” del embargo decretado por la Unión Europea, embargo ilegal a ‎la luz del derecho internacional. ‎

El hecho es que la Unión Europea puede tener el derecho de prohibir lo que le parezca a ‎sus ciudadanos y empresas, incluyendo la venta de petróleo a la República Árabe Siria. Pero, ‎por supuesto, la Unión Europea no tiene derecho de prohibir absolutamente nada a países que ‎no son miembros de esa entidad supranacional. Sólo el Consejo de Seguridad de la ONU tendría ‎derecho a imponer sanciones mundiales. ‎

En definitiva, cuando Irán respondió deteniendo dos petroleros británicos –el British Heritage y ‎el Stena Impero– un magistrado de la Corona británica en Gibraltar liberó el tanquero iraní. ‎Las autoridades iraníes ya liberaron el primero de los dos petroleros británicos y estarían a punto ‎de liberar el segundo. ‎

Según la justicia británica de Gibraltar, Teherán se había comprometido a no enviar a Siria el ‎cargamento de petróleo del tanquero retenido, al menos eso dijeron las autoridades de ‎Gibraltar, que no es otra cosa que una colonia británica en suelo español. ‎

Por su parte, Brian Hook, responsable de la lucha contra Irán en el Departamento de Estado ‎estadounidense, se comunicó con el capitán del barco iraní y trató de sobornarlo ‎infructuosamente. ‎

Entretanto, el Grace 1 cambió de bandera y de nombre. Ahora navega bajo bandera iraní y ‎se llama Adrian Darya 1, nombre bajo el cual acaba de atracar tranquilamente en el puerto ‎sirio de Tartús. ‎