Hace 3 días que se registran motines en casi todo el Líbano mientras que ya hace 3 meses que ‎los bancos siguen rechazando ilegalmente toda extracción de dinero superior a los 300 dólares semanales. ‎La economía libanesa se derrumba y numerosas personas ya no pueden satisfacer sus ‎necesidades fundamentales, a pesar de que tienen suficiente dinero depositado en sus cuentas ‎bancarias. ‎

El presidente de la República, el cristiano Michel Aoun, ha solicitado al ejército y a las fuerzas de ‎seguridad que restablezcan la calma. El 17 de enero, los motines dejaron, en un solo día, ‎al menos 75 heridos, 30 de ellos graves. En los motines del 18 de enero hubo más de ‎‎100 heridos, 40 de ellos tuvieron que ser hospitalizados. Los policías heridos fueron atacados en los hospitales. ‎

El presidente del parlamento, el chiita Nabih Berri, recordó que el presidente del Banco del Líbano ‎‎(banco central), Riad Salamé, por demás amigo de su familia, es «intocable» ya que dispone ‎de inmunidad total. También reprochó al ejército no haber intervenido, el 16 de enero, cuando ‎se registraron motines frente al banco central. El ejército respondió que estaba listo para ‎intervenir pero que la policía no solicitó su intervención. ‎

Por su parte, el primer ministro designado, el sunnita Hassan Diab, no logra formar ‎gobierno. Todos los nombres mencionados en la prensa como posibles ministros fueron ‎abucheados en las calles. ‎

El primer ministro designado se halla también bajo la presión de varias potencias extranjeras, ‎principalmente del Reino Unido, que amenaza con la adopción de sanciones contra el Líbano si el Hezbollah es incluido en el nuevo gobierno. Pero el primer ministro no puede simplemente excluir ‎del gobierno a la principal fuerza política del país. ‎