Los periodistas extranjeros presentes en Afganistán pudieron visitar, gracias a los talibanes, la ‎base secreta de la CIA en ese país [1].‎

Antes de huir de Afganistán, los agentes de la CIA que operaban allí quemaron todos los ‎vehículos y volaron el arsenal de la base. ‎

La base secreta de la CIA en Afganistán incluía una reproducción a escala real de una aldea ‎afgana, que se utilizaba para entrenar a los colaboradores locales de la agencia, quienes ‎aprendían allí a realizar “intervenciones” nocturnas. ‎

Dentro de la base secreta de la CIA se hallaba también la «Cárcel Negra» ‎‎(The Dark Prison) de Salt Pit (ver la foto satelital), donde los detenidos sufrían torturas al parecer incluso más crueles que las utilizadas en el campo de detención que Estados Unidos todavía mantiene en su base naval de Guantánamo. ‎

Los detenidos en Salt Pit eran mantenidos por meses completamente desnudos –‎incluso en invierno– en la oscuridad absoluta, interrumpida sólo ‎a veces por las lámparas individuales de los guardias. ‎

La CIA hizo algo menos duras las condiciones de detención en su Cárcel Negra de Salt Pit sólo ‎cuando el diario estadounidense Miami Herald reveló que varios detenidos habían muerto de ‎frío al permanecer 2 semanas encadenados a la pared. ‎

Muchas de las personas que la prensa internacional mostró luchando por subirse a los aviones que ‎partían de Kabul después de la entrada de los talibanes en la ciudad eran precisamente ‎colaboradores afganos de la CIA, desesperados por huir del país con sus familias a causa de la ‎abrupta retirada de las tropas estadounidenses. ‎

[1«Inside the CIA’s secret Kabul base, burned out and ‎abandoned in haste», Emma Graham-Harrison, The Observer, 3 de ‎septiembre de 2021.